Parte 39

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.-Bueno, desvístete.- dijo Chopper sacando su fonendo del maletín.
.-¿Es en serio? ¿No puedes solo revisarme por encima?.- respondiste aún temblando.
.-¡Por supuesto que no! Necesito auscultarte bien y examinar tu cuerpo en busca de lesiones.- ordenó Chopper estoico .-Sí sientes de vergüenza déjame decirte que no me interesa en lo absoluto y que suelo bañarme junto a las otras chicas además.- argumentó el reno.
Deslizaste el vestido por tu cuerpo y subiste hasta la camilla para permitir que Chopper comenzara a examinar tu cuerpo y tomar todas las pruebas necesarias.
.-Tienes suerte... No logro escuchar ruidos anormales en tu cavidad torácica y tienes algunas pequeñas magulladuras pero dentro de eso todo bien. Pero aun presentas una hipotermia leve así que ponte esta manta tibia, iré por más chocolate caliente y te quedaras a pasar la noche aquí.- exclamó Chopper cubriéndote con una manta caliente y dejándote sola en la enfermería.
.-¡Genial! Justo cuando me había acostumbrado a dormir en compañía de Nami y Robin.- pensaste haciendo una mueca de disgusto.
La puerta se abrió de pronto y Zoro entró en el lugar, se le veía pálido en comparación a su bronceada piel y sus labios azulinos temblaban levemente.
.-Chopper fue por más chocolate caliente.- le explicaste cubriendo tus piernas adrede.
.-¡Ya veo! ¡Toma!.- arrojó un montón de ropa encima de la camilla.
.-¿Qué es esto?.- preguntaste sin comprender.
.-Es ropa mía, supongo que la necesitaras, además es más gruesa que cualquiera de tus prendas.- respondió encogiéndose de hombros.
.-Gracias.- sonreíste mirándole fijamente.
.-¿Qué estás esperando? Chopper me dijo que hay que entrar en calor rápido.- espetó cruzándose de brazos.
.-¡Pensé que era obvio! ¡Voltéate!.- alzaste la voz haciendo un círculo con tu dedo índice, él enarcó una ceja molesto.
.-Debes estar de broma... ¿Después de todo lo que pasó me pides que voltee? Menuda tonta.- bufó dándose la vuelta y rápidamente te pusiste la camisa, pantalón y abrigo que él había traído.
.-Estoy lista.- dijiste pasando la manta sobre tu espalda y envolviéndote en ella.
La puerta volvió a abrirse entrando en la habitación está vez Chopper quien traía consigo dos tazas de chocolate caliente.
.-Ahora es tu turno Zoro, desvístete y siéntate en la camilla.- le dijo Chopper entregándote una de las tazas.
El espadachín obedeció sin chistar despojándose de su abrigo, su camisa y cuando iba a comenzar a desabrochar su pantalón se detuvo en seco y con una sonrisa burlona se dirigió a ti.
.-Voltéate pervertida.- sonrío de medio lado y tu resoplaste levantándote de la camilla para quedar mirando hacia la puerta.
.-Cuando lo diga debes respirar profundo por la boca Zoro.- le indicó Chopper poniendo su fonendo en la espalda del chico.
El reno practicó la misma revisión con el espadachín quien no se inmutó en ninguna de las pruebas aunque se quejó de que aún sentía frío.
.-Eso es normal, ahora la hipotermia que ambos tienen es leve. Podemos manejarla con líquidos dulces y calientes además de arroparse y permanecer en un lugar cerrado y cálido. Es por eso que la enfermería es perfecta para subir la temperatura de ambos, se quedaran aquí... Lamentó que la camilla no sea más grande pero tendrán que arreglárselas.- dijo Chopper tapando a Zoro con una gruesa manta.
.-Vendré a visitarlos un par de veces por la noche, si alguno se siente mal solo llamen por este Den Den Mushi y vendré de inmediato. Una cosa más... No pueden beber alcohol al menos hasta que estén recuperados.- agregó el reno dejando el caracol sobre el pequeño escritorio y cerrando la puerta.
.-¿Es idea mía o Chopper nos dejó aposta aquí?.- murmuraste pensativa.
.-No me importa, lo único que me molesta es no poder beber.- exclamó Zoro apoyando su espalda en la pared y cerrando los ojos.
Te sentaste junto a él sin decir nada, luego de lo que sucedió con Billy y la terapia de shock recibida por parte del espadachín. Estar a solas con él era además de incomodo, peligroso.
.-¿Todavía sientes frío?.- su voz te hizo dar un salto.
.-Sí, un poco. Chopper me dijo que la temperatura subiría de manera gradual.- respondiste mirándole, él abrió su ojo y te observó con picardía.
.-Tengo una mejor idea para aumentar nuestra temperatura corporal.- enarcó una ceja abriendo su manta y dejando su brazo a un costado.
.-¡Tú solo tienes una cosa en mente!.- le gritaste girando tu rostro en la otra dirección.
.-Mira tú sí que eres divertida, me refería a que podemos abrazarnos un poco.- aclaró él invitándote a acercarte, no lo rechazaste pues pese a todo necesitabas sentirlo cerca.
Le abrazaste y él rodeó tu hombro con su brazo pasando la manta por tu pecho y tú tapaste las piernas de ambos con tu manta. Reposaste la cabeza en su pecho para sentir los rápidos latidos de su corazón.
.-Zoro yo...-. él llevó una de sus manos hasta tus labios para silenciarte.
.-En realidad creo que no me gustaría escuchar detalles.- replicó cerrando su ojo y concentrándose en caer dormido. Permanecieron en la misma pose un par de minutos, Zoro al menos ya había conciliado el sueño.
.-Deberíamos hacer algo para pasar el rato.... Oye ¿no te vas a beber eso?- rompiste el silencio despertándole.
.-¡Sí, como dormir! ¡Ya cállate! Eres tan ruidosa... Bébelo tú, no me gusta el chocolate.- refunfuñó apegándote a su pecho.
.-¡Maldito grosero!.- le mordiste haciendo que él se retorciera por el dolor.
.-La verdad es que hay una cosa que quiero saber...-. Hizo una pausa y su mirada se ensombreció .-¿Te acostaste con él?.- preguntó apretando sus puños.
.-¿Cambiará en algo que responda eso?.- respondiste separándote de él.
.-Supongo que no... Pero al menos quiero saber si valió la pena.- agacho la cabeza mirando fijamente sus manos.
.-Estas en lo cierto... El resto puedes imaginarlo, si de algo sirve no lo disfruté.- dijiste en seco.
.-Después de no verle por cuatro años te lanzas a los brazos de un hombre que bien podría haberse convertido en un completo desconocido ya... Eres realmente estúpida.- gruñó cruzándose de brazos mirando a la pared.
.-¿Ves? ¡Esa es la razón por la cual no quería decir nada! ¡Te comportas como un niño!.- gritaste alzando los brazos.
.-No, no lo soy.- exclamó sosteniendo uno de tus brazos para que le miraras a los ojos .-Un niño es quien deja un juguete cuando este ya perdió su encanto.- exclamó sosteniendo una intensa mirada.
Tocaste con la yema de los dedos suavemente su piel apartando la gruesa manta de su torso, abriste su camisa blanca haciendo pequeños círculos entre su clavícula y cuello.
.-¿No te sientes mal por eso?.- le preguntaste deteniendo tus caricias, él sostuvo tu mano para que no la alejaras.
.-Ya lo dije... No me importa siempre y cuando sea el ultimo.- tiró de su brazo para apegarte más a su pecho.
.-Pues yo sí me siento mal... No podría....- murmuraste escondiendo tu rostro entre sus ropas.
.-Está vez será diferente.- susurró él tomando tu mentón con suavidad y acariciando tu mejilla.
Se levantó de la camilla para quedar frente a ti y besar lentamente tu cuello empezando a desabrochar la camisa. Por su parte se deshizo rápidamente de la suya y la arrojó al piso.
.-Zoro... Detente, esto está mal.- murmuraste con la voz entrecortada.
.-No puede estar mal si se siente tan bien.- respondió él y continuó besando tu cuello mientras acariciaba tu abdomen con suavidad palpando con cuidado la cicatriz que te había hecho Bartolomé en su enfrentamiento con Luffy, unió su frente con la tuya y rodeaste su cuello con tus manos.
Sin abrir el ojo quitó el pantalón hasta dejar expuesta tu total desnudez, dio unos pasos hacia atrás y te contempló.
.-¡Eres jodidamente perfecta!.- exclamó acercándose una vez más atacando sin descanso tu cuello en el cual iba besando y dando pequeños mordiscos.
En esta ocasión fue suave, todas sus caricias apaciguaban el dolor que tenías guardado dentro y aunque una nueva cicatriz se formó en tu corazón, él estaba dando todo su esfuerzo por demostrar que el tal Billy no era digno de tu sufrimiento.
Sus suaves movimientos entre tus caderas y la manera en que recorrió tu cuerpo, hacían parecer que nadie nunca antes lo había tocado. Zoro estaba borrando todas las caricias y recuerdos de otras manos que no fueran suyas y tu habías hecho igual con él. Ya no recordaba cómo se sentía estar con otra mujer pues en su mente el único recuerdo que volvía una y otra vez era la noche que ambos compartieron en el puesto del vigía.
Arqueaste la espalda enterrando tus uñas en su espalda, en ningún momento dejó de besar tu cuello. Jadeaste en su pecho haciéndole sentir una corriente desde el vientre hasta la punta de los dedos.
.-¡Zoro!.- le llamaste cuando sentiste que el final de tan placentero acto estaba cerca.
Él aceleró solo un poco más el movimiento y cuando ambos estaban a punto de tocar el cielo sostuviste su rostro con ambas manos, bajó su mirada hasta tus labios rojos e hinchados y rozó su boca con la tuya dejando escapar un ronco gruñido ahogando tu hondo suspiro. Lo único que deseaba en ese momento era besarte, tan largo y dulce como nadie lo había logrado antes. Pero desistió inseguro de si sería rechazado provocando tu malestar una vez más.
.-Sí te gusto... No te enamores de mí.- susurraste aún rozando sus labios jadeando por recuperar el aliento.
.-¡Tú aún no te enteras de nada! Para eso ya es tarde...-. Respondió separándose de ti y subiendo otra vez en la camilla para recostarse a tu lado y envolverte en un fuerte abrazo. Tomó la manta para que se cubrieran y rápidamente se dejó llevar en un tibio sueño manteniendo la sonrisa en su rostro.

El Corazón de la Espada ( Zoro x lectora ) ( Roronoa Zoro x lectora )Where stories live. Discover now