Capítulo 11 El Vigilante.

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Cuando Gustavo llegó a su casa se tiró en su sofá y se froto el rostro esta situación lo tenía estresado.

—Tardaste.— Gustavo se levantó y la miro con una sonrisa.

—Mi flaca si parecía a meteoro pero creo que alguien corre mucho más.— ella rió y lo abrazo.

—Te extrañe todo el día Gus.—rronrroñeando se metía en su cuello.

—Yo también mi flaca mucho mucho ya quiero que todo acabe para poder hacer muchas cosas juntos.—apretandola contra su cuerpo.

—¿Como te fue hoy en la oficina?.—gustavo le contó todo mientras ella reía por las ocurrencia de su rubio.

—Tu has visto muchas películas.—diciendo muerta de las risas.

—Pero fíjate que logré asegurar que lisa si nos espía no se si es para llevar información o para saber todo de mí.— ella lo mira haciendo muecas.

—Babosa cuando la tenga cerca y todo esto se acabe la voy a desgreñar.—Dice con mucha seguridad.

—Flaca porque no utilizamos el premio que nos ganamos aquella vez en la boda de Gabriel y Lucía.—y ella abre los ojos inmensamente.

—¿Y como vamos hacer para que no nos sigan? Esto es patético debí haberme cambiado el rostro.—y él la miro con cara de asombro.

—Nooo y dejar este tan precioso esto lo vamos a superar tu lo verás.—Aquello le llegó muy profundo y la lleno de orgullo de tener aún hombre tan valiente a su lado.

Pasaron varios días y Marcela tenía que aparecer para cumplir con el trabajo de Juan Pablo.

Cuando iba llegando a la empresa sintió que alguien la miraba y su cuerpo se estremeció volteando miro por todos los lugares y no vio nada fuera de lugar pero si se sentía vigilada.

Eso la puso nerviosa así que rápidamente se anunció y la dejaron pasar.

El vigilante salió de su escondite sonriente.

—¿Asi que apareciste?.—sonrio y tomo su celular para llamar.

—Pendiente la paloma llegó a su nido va subiendo no la pierdas de vista y que tus oídos sean sean las paredes.—cortando la llamada se alejó del sitio para ponerse en un lugar estratégico y ver cuándo sale de la empresa.

Marcela con lo primero que se topa es con la mirada y la sonrisa maquiavelica de lisa ella le volteo los ojos y paso de largo.

—Buen día vengo a ver a Juan Pablo me espera.— la asistente de Juan Pablo le sonríe.

—Claro señorita Marcela pase dijo que no la hiciera esperar.—ella se despidió toco para escuchar un adelante y pasó.

—Hola ya llegué.—dice riendo.

Juan Pablo se levanta y la abraza.

—Hola Marce ¿cómo estás?.—dice indicando que tomara asiento.

Por otro lado lisa se pone en acción.

—¿Oye no te provoca un café?.—pregunta hipócritamente.

—No, no me provoca estoy muy ocupada.— dice de mala gana.

—Yo te cubro.—insiste.

—Bueno si te acepto un cafe ¿Lo buscas por fiiss? Ahhhh con poco azúcar.—ella la mira sorprendida.

—¿Crees que soy tu mucama?.—voltea y se aleja toma su celular y envía un mensaje.

LISA
Estos oídos hoy no serán las paredes todas estas estúpidas están a la expectativa se parecen vigilante de cada puerta, ni se diga la de Gustavo.

No Eres Tú #03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora