The Exception||Pennywise [Bill Skarsgard]

Capitulo 21.

La casa más que "casa" era mansión, ya que era muy espaciosa y el interior parecia haber sido lujoso en algún momento, ya que ahora estaba todo arruinado por la humedad y el abandono.

Observamos todo alrededor con bastante cautela, temiamos que eso apareciera de repente y nos atacara por lo que estabamos todos alerta por si acaso. Yo lo intente y me mantuve aferrada al brazo de Ethan durante todo el trayecto pero de pronto algo me saco de eje completamente, haciendome olvidar el mantenerme junto a ellos. 

—¿Pequeño?

Pregunte dando pasos un tanto inseguros hacia aquella habitación en donde podía ver claramente a un niño de escasos cuatro años, con preocupante expresión.

—¿Que haces aquí solo?
—Evie ¿que estás haciendo?—oí la voz de mi hermano.

—Es un niño, William—le dije pero cuando volví mi mirada a la habitación, esta se encontraba vacia—Habia una criatura ahí, lo juro. Lo vi.

Aseguré adentrandome al cuarto, no tarde mucho en darme cuenta que fue una terrible idea ya que la puerta detrás de mi se cerró abruptamente, siendo imposible tanto para mi como para los muchachos volver a abrirla.

—¡Evie! ¡Evie abre la puerta!
—No puedo...no se abre.

Grite intentando no desesperarme aunque la situación no ayudaba para nada. 

—Intentare entrar por otro lado, tranquila.

Escuche decir a Ethan del otro lado de la puerta. Por mi parte seguí forzando el picaporte intentando abrir la puerta pero no habia caso, parecia sellada, era imposible de abrir. 

Di un último golpe a la puerta, recargandome en la misma después y resignandome a esperar que Ethan pudiese hallar algun modo de sacarme de aquí. Trate de recordar sus palabras y mentalizarme de que todo estaria bien, pero mis intentos se vieron frustrados en cuanto comencé a oír gritos del otro lado de la puerta. Los cuales aumentaban al igual que mis palpitaciones al saber que muy probablemente mis amigos del otro lado estaban en peligro. 

—¡Will! ¡Will!

Grite dando golpes de puño a la puerta, pero mi hermano no me respondía lo cual conseguía ponerme los nervios de punta. 

—¿Estas ahí?—pregunte insistente—Will por favor, responde.

Sollocé apoyando mi frente en la puerta al tiempo que cubria mi boca. De tan solo imaginar que pudo haberle pasado algo a mi hermano me quita todas las fuerzas; pero pronto, escuche su voz y la esperanza que recibí al oírlo se esfumo cuando escuche lo que me dijo. 

—Evie...Evie él esta ahi.

Sus palabras cayeron como un balde de agua fria, mi cuerpo entero temblo y fui girandome de a poco hasta que mi espalda quedo contra la puerta y yo quede de frente a eso que me miraba expectante mientras en su boca se dibujaba una macabra sonrisa.