Lastimas mis verdes 1pra parte

1.6K 90 3
                                    

Harry.

Estoy sentado en el retrete, con las manos en mis cabellos.

Los gritos en mí cabeza dejaban huellas.
Eran tan elevados e imponentes que nada de lo que hiciera los dejaría tranquilos. Nada, ni siquiera buscar ayuda. Porque quizás era lo que yo quería, quizás era lo que debía u necesitada.
Aunque no se como paeso. Mi cuerpo lucía anestesiado. Nada de lo que hacía causaba reacción o estimulaba mis emociones inexistentes. Tomé la vieja afeitadora de mi padre, la que se gasta rápido. No creí que cortaría mucho, jamas lo hace. A veces solo rozaba mí piel dejando alguna que otra mancha roja.

Cuando pasé el objeto azul de tres hojas unas cuatro veces con facilidad por mi brazo derecho, solo dejó unas dos lineas rojas pequeñas, inofensivas. Las lágrimas seguía callendo por mis ojos dolidos. Mi sonrisa fingida seguía siendo grande y acumulaba agua salada. Mi pelo negro rizado y húmedo era una ensalada de mechas sueltas en mi cara y algún que otro trozo de él en el piso.

Cuando la primera cortada logró como resultado la primera gota gruesa y real la sangre caía al suelo frío de mi triste y amarillo baño, y se siente como un vaso de agua en el desierto. El dolor no existe. El alivio llega en formato coagulado y se desliza en tres filas por mi susodicho brazo ensangrentado. Dejándome una oleada de felicidad y buenos deseos. Un éxtasis, un orgasmo de segundos. Y continúo a mas no poder.

Embestía con velocidad y sin piedad todo mi brazo. Gozando y riendo como maniático mientras las diminutas hojas destrozaban mi pobre y blanca piel. Fue hermoso y fue asqueroso, cómo las tiritas rojas se despegaban de mi piel.

No sentí dolor, por unos segundos lo único en lo que pensaba era en darle una lección a "Ellos"

¿Como pudieron haber pensado eso de mi? Soy su hijo, se supone que cuando confías en tú hijo no lo acusas de semejante cosa.

Papá dijo esa mañana que necesitaba el dinero que habíamos ahorrado el ultimo mes para pagar cuentas. Mamá lo buscó y no lo encontró, recuerdo la cara de mi padre crisparse ante esas miedosas palabras

-¡Quiero que aparezca ese dinero ahora mismo! Ya se me ponen a buscarlo!- Gritó con fuerza,parado desde la puerta de mí habitación. Yo me sorprendí mucho más. Estaba dando por sentado que nosotros habíamos visto y tocado ese dinero, ni siquiera debía decirlo,él no confiaba en sus hijos. Y un sentimiento amargo y difícil de tragar me había recorrido la garganta, dándome motivos para querer llorar y gritarle muchos insultos incoherentes, pero nada salia de mi cobardía. En vano buscamos por toda la casa esa cantidad que él quería. Estúpido fue pensar que mi vos no se quebraría cuando le dije mirándole a los ojos que yo no había sido el que tomó aquel dinero, que tampoco desconfiaba de mi hermano, que es cuatro años mas pequeño que yo y que no gastaríamos ocho mil dolares. Ni siquiera teníamos permitido salir de casa sin su permiso, no habría manera de gastar un dolar, menos ocho mil. Pero no nos creyó

-Yo no lo gaste, tú madre tampoco! - Repetía mientras yo me erguía mas en mi lugar. Mi casa parecía víctima de un allanamiento policial. Por momentos, en esa conversación, me sentí culpable, quise saber donde fue a parar ese dinero que no aparecía, quería entregárselo a papá y ver su cara iluminarse con orgullo y honra. Pero nunca supe que fue de ese dinero.

Mí casa se encuentra justo en el medio de una hileras de casas humildes y de gente trabajadora. Quisiera creer que lo fuimos. Aquel día de insultos y nombres despectivos con los que según Des, me quedaban perfectamente, tapé mis oídos pidiendo por favor que se callara por que los vecinos escucharían. Por que sabía que Louis nos escucharía.

One Shot LSWhere stories live. Discover now