Ella es mi adicción

Capítulo 5

Soy Jennie Kim. Tengo 16 años, soy una chica bastante fría, excepto con mi mejor amiga, Jisoo. Vengo de una familia bastante adinerada, gracias a todo eso soy la más popular y una de las más lindas de la escuela. Soy bastante respetada por las perras sucias y los tarados de este recinto educacional.

Desayunaba tranquilamente mientras revisaba mis redes sociales, twitter, kakaotalk, Instagram y tumblr. En estos dos últimos era bastante conocida, pues mi belleza y popularidad provocaban que mucha gente me siguiera.

De pronto mi celular vibra, era mi novio.

Chat:

Baboso: Hermosa, ¿Lista para hoy?

Jennie: Sí, estoy lista. ¿Te veo allá?

Baboso: Claro. Apresúrate o llegarás tarde.

Él tenía razón. Rápidamente comí y como no me maquillo tanto, me fui. Después de todo soy una de las chicas más deseadas por toda la escuela y siempre estaría buena.

. . .

Ya había llegado atrasada anteriormente, así que corría rápidamente por el pasillo en busca de mi salón. Cuando de pronto siento que algo me frenó. Caí sobre un cuerpo, era una chica. Lentamente subí mi mirada, desde su pecho que es donde caí hasta su rostro. Mi corazón se detuvo; ella era una chica rubia, tez blanca, unos hermosos labios y a pesar de sus rojos granos y grandes ojeras, era perfecta. Espera, en qué diablos estoy pensado. ¡Yo soy heterosexual!

Dispuesta a salir de esos absurdos pensamientos en base a ella, rápidamente me paré y le dije fríamente para demostrar quién manda:

-¿Quién te crees que eres para cruzarte en mi camino?, ¿Acaso no sabes quién soy yo?

-Pe-perdón. Yo no quería. Lo siento mucho.-Respondió, con un tono suave pero sin dejar atrás una gruesa voz que me impresionó totalmente.

-¡Qué esperas para recoger mis cosas, idiota! -Le grité, haciéndola sentir humillada. Pero, ¿Eso qué? Era Jennie Kim, nadie se puede cruzar en mi camino, nadie.

Lisa pov:

-Completamente humillada y llena de nervios aguantando las ganas de llorar, recogí sus cosas y las puse todas en su bolso. -Aquí tienes. Por favor, discúlpame.

Me miró por última vez y sin darme respuesta alguna se fue. Dejándome ahí, totalmente desconcertada. No entendía cómo una chica con apariencia tal dulce y hermosa podía llegar a ser tan fría y mala. Sin embargo, ni su crueldad, ni su poca empatía lograron sacarla de mi cabeza.