Tu Nuevo Hogar.

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—¿Us-ustedes qué?— preguntó anonadado Hinata mientras Shuu se levantaba y caminaba directo a él, con su mano en el mentón ajeno lo obligó a mirarlo  a los ojos, los ojos azules del rubio llamó la atención de Hinata.

—Nosotros somos tus hermanos— repitió serio mientras solo escasos centímetros los separaban. Hinata se dio cuenta de la situación y se alejó del rubio.

—En primer lugar, ¿Por qué debería creer lo que un montón de extraños dicen?— preguntó con un tono nervioso mientras se alejaba de ellos y chocaba con el respaldo de la cama.

—Tenemos el mismo apellido— dijo Kanato al lado de él—eso es lo único que debe importar—Hinata realizó una vista panorámica, se dio cuenta de dos cosas, uno no sabía dónde demonios estaba, y segundo sus cosas no estaban  por ningún lado.

—En primer lugar, lo de los apellidos no importa, porque podemos ser completos desconocidos y aun así tener el mismo apellido como es este caso, y segundo yo solo vine para adquirir mi herencia— confesó, a pesar de su mirada seria, Subaru pudo distinguir ese brillo de miedo.

—¿Herencia?—preguntó Yui, entonces fue cuando los seis hermanos se miraron entre ellos.

—El hombre que dice ser mi "padre", me mandó una carta en donde decía que me dejaba una mansión como herencia—confesó mientras se sentaba contra la cama y apoyaba su espalda, de forma más relajada, en el respaldo de la misma.

—Esta casa es de la familia—informó Shuu, Reiji tomó asiento al lado del confundido chico y lo miró directamente a los ojos.

—¿Tu alguna vez has tomado sangre?—preguntó serio, Hinata solo se quedo quieto mirando y analizando la pregunta, para ver si no era algún tipo de broma.

—Esa es una pregunta innecesaria—contestó, en cambio Laito se acostó a su lado y tomo su mano, lo miro a los ojos mientras besaba su muñeca izquierda.

—Fufufu, que pena que nunca hayas podido tomar ese dulce néctar—contestó mientras dejaba un sonoro beso en su piel. Hinata solo miraba raro todo eso, «si siguen actuando así, pensaría que son vampiros. Pero eso no existe» pensó sin dudarlo.

—Hablan como si fueran una familia de vampiros—contestó mirando a un punto entre las sábanas, todos se quedaron callados—¿Ustedes son eso?—preguntó analizando la actitud de cada uno de ellos.

—Nosotros somos vampiros—contestó Ayato mientras se acercaba a Hinata, cuando sus alientos chocaban entre sí sonrío y le dijo—y tú eres nuestro hermano menor—él miraba a cada uno de ellos, esperando alguna reacción que no sea enfermiza o extraña, pero no lo encontró. Ayato tomo a Yui del brazo y la acerco a Hinata, a pesar de las quejas de ella—¿Por qué no tomas un poco?—el corazón de Hinata empezó a acelerarse—¿Acaso no sientes sed? ¿No quieres saciarla? Puedes hacerlo ahora, sin ningún problema- los colmillos de Ayato se asomaron en su sonrisa. 

Hinata empezó a sentir sed, para él no era extraño eso, recién se levantaba de un estado inconsciente obviamente tendría sed y hambre, o eso era lo que se esforzaba por creer mientras veía la piel expuesta de esa chica quien le dirigía una mirada llena de miedo. Reiji se fue a su laboratorio y de allí extrajo una fórmula en la que trabajaba, todavía no estaba lista pero él sabía que no podría matarlo, no era lo suficientemente letal para hacer eso. Sirvió la sustancia carmesí en una copa de porcelana blanca con detalles dorados en la boca, y se dirigió a la habitación de su recién levantado hermano. 

Al llegar, presenció como Hinata se negaba a tomar sangre a pesar de que sus colmillos estaban empezando a nacer de su boca, sin que el se diera cuenta, esa rotunda negación de su naturaleza era lo que le impresionó desde un principio «con mi ayuda y enseñanza podría ser un verdadero caballero» pensó el segundo hijo. Alejó a Yui de la vista de Hinata y le tendió la copa de porcelana frente a él.

—Toma toda esta infusión, y te sentirás mejor—dijo, Hinata estaba dudando de lo que le ofrecían porque nunca sabes cuándo te darán veneno—no es nada que pueda matarte—confesó el de anteojos al ver la mirada de duda de su contrario.

—No suelo tomar cosas con un olor tan raro—dijo mientras olfateaba la copa, Hinata sabía un secreto que utilizaba para comer cuando no le gustaba alguna comida, y era respirar por la boca de forma constante y rápida para que sus papilas gustativas se secaran, y así no sentir nada por un corto periodo de tiempo. Reiji se dio cuenta del cambio en la respiración del menor, cuando tomó toda la copa de un solo trago, Laito se encargó de limpiar su rostro claro que no pudo evitar sonrojarse al pensar que esa pequeña criatura sería su nuevo hermanito menor. 

—Bien, será mejor que descanses, aún no sanas por completo—sentenció Reiji mientras todos abandonaba la habitación. Al cabo de unos minutos casi todos se retiraron del lugar.

—Gra-gracias por no tomar mi sangre—agradeció Yui, Hinata solo estaba sumergido en su mente, tenía muchas cosas que pensar y muy poco tiempo para procesar todo lo que pasó.

—No fue nada—contestó por cortesía—si no te molesta voy a dormir—dijo mientras se acostaba y se tapaba con las sábanas hasta la cabeza.

—Claro—susurró mientras se retiraba del lugar, no sin antes dar una última mirada a ese extraño chico.

—Bien, ¿No creen que esa persona nos debe una explicación?—preguntó Ayato mientras miraba desde su silla a sus hermanos quienes también estaba pensando en el hecho de que tienen un séptimo hermano del cual no sabían de su existencia

—¿No les parece interesante esto?—habló Laito con una sonrisa—él es tan manipulable que puede caer contra cualquiera de nosotros—comentó con una sonrisa.

—¿A qué te refieres?—preguntó Subaru sin entender.

—Si tuvieras la oportunidad de implementar tus ideales a alguien, él es la mejor opción—comentó Ayato.

—A Teddy le agrada—dijo Kanato mientras miraba con un desconcertante entusiasmo la situación—¿No te gustaria tener un amigo Teddy? Al fin podré tener un hermano que comparta mis intereses—la última frase fue susurrada con cierta emoción.

—De todas formas, este es su nuevo hogar—Dijo Reiji mientras Subaru tiraba la identificación  de Hinata junto con la billetera a la chimenea de la habitación. Los seis hermanos miraron como  esas cosas eran consumidas por las llamas.

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Listo, ahora voy a aclarar algo.

Voy a publicar cada martes, siempre que pueda.

Gracias por leer, los quiero.

el séptimo SakamakiNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ