Revelación y osadías

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No mentiría si el pensamiento de que extrañar el sol era algo anormal. Desde hace mucho no lo había visto, levantarse con el sol no era una de sus mejores aficiones.

Pero ahí estaba. El sol iluminando con todo su esplendor y el sentado en esa gigantesca  cama, completamente sólo, y vaya que extrañaba esa soledad, desde que llegó a la denominada "casa de locos" no podía estar solo ni en sus pensamientos, se quedó unos minutos pensando en lo que ocurriría a partir de ahora, suspiro y se levantó. La mansión no parecía la misma, hasta podía decir que tenía toques humanos, parecía una casona vieja pero tenía pequeños detalles que la volvían hermosa y grata a la vista.

Camino por el lugar, a veces inconscientemente se le escapaba un "wow" ante aquellos objetos o lugares que nunca pudo observar detenidamente.

Caminaba por el lugar completamente desolado, hasta que una melodía especial lo dejó cautivado. Una suave y melancólica melodía de escuchaba por el segundo piso, Hinata subió despacio sin hacer ruido, quería espiar a quien componía esa música, porque estaba seguro de que lo había escuchado en otro sitio.

Lamentablemente jamás llegó a su destino, una fuerte punzada en el centro del pecho lo hizo caer de rodillas, su cabeza empezó a doler y de repente escucho el sonido de unas bisagras algo oxidadas abriéndose, de tras de él.

—Hinata —una voz extraña y ajena era muy molesta para él. Sólo le llamaba una y otra vez. Se quedó inmóvil sin saber porque, incapaz de articular una sola y simple palabra, su cuerpo se tenso y todo se volvió negro.

—Adán —ese llamado se le hizo muy familiar, por inercia se levanto algo desorientado y por la rapidez de su cuerpo quedo algo aturdido por un tiempo corto. Estaba en una cama matrimonial blanca y a lo lejos un sujeto de cabello largo estaba afilando un cuchillo, serio y perdido en los movimientos de sus manos. Hinata no estaba en todos sus sentidos, pero igual no dudo en salir de la cama e irse, fue difícil abrir la puerta pero en el corto trayecto empezó a ser más consciente de sus actos.

—Señor, no creo que sea prudente que se retire de esa manera —Hinata se quedó quieto en medio de su huida, estaba descalzo, con un pantalón de pijama y una camisa dos o tres tallas más grande, se sentía completamente incómodo. El extraño sujeto sólo se acercó a él con paso corto y relajado—, lamento que haya sentido la necesidad de escapar. Déjeme presentarme —dijo una vez frente a frente con el menor—, mi nombre Karla Tuskinami —Hinata lo miro detallando su rostro, el sabía que lo conocía de algún lugar, pero aquella sensación sólo quedó en eso, una sensación.

—¿De dónde te conozco? —preguntó seriamente. Karla se quedó callado por un tiempo, entonces Hinata se quedó mirando el piso con cierta molestia por no obtener una respuesta— ¿Sabes qué? No importa. Me voy tengo que volver a mi casa, no tengo tiempo que perder, ni menos con un extraño —contestó, empezó a caminar sin importarle si el extraño sujeto de nombre Karla estaba detrás de él o no. 

—Veo que no me reconoces —el comentario de Karla lo dejo quieto en su lugar por un tiempo corto. Con duda se giró encarando al hombre de ojos ámbar y cabello largo—. Tranquilo, cuando vuelva mi hermano podremos hablar con calma —comentó, Hinata no dudo en pensar que existía otro más aparte de aquel extraño que lo conocía.

—¿A qué te refieres? —preguntó con la mirada seria y el ceño fruncido, al ver que su contraparte no respondía decidió dejar ciertos puntos claros—. Mira y escucha atentamente, no se quien demonios seas, lo único que se es que quiero largarme de aquí —aclaro, y sin perder el tiempo se alejó. 

Camino en línea recta hasta que lo único que se lograba escuchar el sonido de sus pisadas, el lugar le resultaba extraño pero familiar, como si algo dentro de Hinata le avisará que él ya había pasado por allí. Su vista se empezó a nublar y su entorno cambió por completo, frente a él se extendía un espejo negro, que no reflejaba nada, Hinata sumergido por la curiosidad se acercó y con un simple roce de sus dedos contra la superficie, este mostró una escena.

el séptimo SakamakiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang