Kino

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—Esa no es excusa—contestó Reiji acomodándose sus lentes.

—Pero Reiji—Hinata quería explicar el porqué Yui estaba en su cuarto, pero cuando ya le dio una muy detallada explicación este no le creyó.

—En vez de estar discutiendo conmigo. Vete a dormir—contestó, entonces el menor bufo y se fue a cambiarse.

Hinata se puso la pijama que Reiji le había traído. Y se fue a acostar de espaldas a su ventanal. De pronto sintió una respiración y unos brazos que lo estaban apresando.

—Hola Shuu—saludó con una sonrisa mientras se giraba y quedaba frente a frente con el de ojos azules.

—Ummm, vamos a dormir—contestó mientras cerraba los ojos e intentaba dormir. Hinata miro a su alrededor por ultima vez.

Hinata se sentía incómodo, la razón no era precisamente por que su hermano mayor lo estuviera abrazando, sino era algo fijo en su espalda, sentía la presencia de alguien detrás suyo, mirándolo fijamente, o como dicen, clavando la mirada en su nuca. Quería girarse y encarar a lo que sea que estaba allí, pero para eso debería primero escapar de la fuerza sobrehumana de Shuu, y no podría hacerlo a menos que lo levantase y eso era demasiado peligros.

—Tu no eres yo—eso no pudo ignorarlo, se levantó de repente, un poco asustado con la mirada aterrada y la respiración irregular. No había absolutamente nada, parecía incluso que nadie estuvo allí.

—¿Qué te pasa? Ruidoso—preguntó Shuu mientras se levantaba. Miraba molesto a su hermano, Hinata estaba en un pequeño momento de pánico, que ni siquiera prestó atención a las palabras—Ey—llamó tocando uno de sus hombros. Ante el tacto salto rápido y giró a su dirección.

—Lo lamento Shuu—dijo algo avergonzado—me-mejor volvamos a dormir—contestó, antes de que su hermano le preguntara sobre la situación.

Shuu decidió no prestarle atención a la situación y aunque le resultará imposible dormir, cerró los ojos y tranquilamente cayó en los brazos de Morfeo. En cambio, su querido hermano menor sólo cerró los ojos y fingió dormir, con la esperanza de poder dormir. Ya era las diez de la noche para cuando Shuu se levantó y se fue del cuarto, Hinata se levantó, al no sentir la presencia del mayor, y se dirigió al baño, se miro al espejo y la verdad era patético lo que contemplaba.

La piel de su rostro estaba marcada con ojeras gracias al cansancio, su cabello desordenado y su piel cada vez más pálida, tanto así que parecía enfermo. Empezó a desvestirse, pero dejó su ropa interior, y se metió a la tina llena de agua tibia, no quería mojar su cabello así que se lo ató con una cola alta. De un momento a otro cerró sus ojos, dejándose llevar por la falta de sueño. Aunque estaba en un aparente lugar poco concurrido para los demás, Hinata no se sentía seguro, volvió a sentir la mirada y de la nada un aliento chocó con su mejilla izquierda, abrió los ojos por la sorpresa, el miedo, y todo, para ver a un chico de cabellos negros y ceño fruncido. 

—¿Qué demo...?—no pudo hablar, porque de un momento a otro estaba debajo del agua. Estaba siendo ahogado por un extraño, que lo tenía agarrado del cuello, estaba entrando en desesperación y en un acto de soltar ese agarre rasguño la muñeca, provocando que sangrara. 

Kino pudo presenciar cómo los ojos de ese chico estaban desenfocados, uno de ellos empezaba  a tornarse negro, mientras que otro mostraba un rojo carmín. La sangre de Kino estaba mezclado con el agua, y Hinata estaba sintiéndolo.

Hinata de un momento a otro dejo de pelear, sus sentidos estaban concentrados en el sabor de la sangre, era delicioso y muy dulce. Con una fuerza sobrehumana se levantó, y con la mirada ensombrecida, se abalanzó contra Kino y sus roles se invirtieron. El de cabellos negros estaba sometido y con la ropa húmeda, mientras que el cuerpo semidesnudo de Hinata estaba sobre él, el menor de los Sakamakis estaba en un estado completamente errático, no pensaba en lo que hacía y en menos de un minuto, estaba mordiendo con fuerza el cuello de su contrario.

Kino estaba estático, el dolor no le importaba, lo que lo dejaba asombrado era la situación, empezó a sentir un calor inexplicable. No entendía como llegaron a esto, el tiempo transcurría lento mientras Hinata saciaba su sed, pero en un descuido soltó la muñeca izquierda de Kino, esté lejos de alejarlo simplemente acercó a su nuca y la acarició para llamar su atención, Hinata levanto su rostro de su cuello y lo miró a los ojos, la sangre empezó a escurrir de su labio haciendo un recorrido hasta su barbilla y pequeñas gotas empezaron a tocar la mejilla de Kino. 

Hinata volvió en si, se dio cuenta de la situación y se tenso, se sonrojó y empezó a temblar disimuladamente, de la nada su espalda sintió el azulejo de la pared detrás suyo, y unos labios sellaron su boca. Kino estaba sonrojado, pero no descarta el enojo que poseía porque dejó que un simple imitador tomará su sangre y para colmo, lo dejara excitado. 

—Hinata—llamaron  a la puerta, era la voz de Reiji, Hinata entro en un pequeño ataque de pánico, no podía separarse de los labios de Kino, y cuando lo soltó, lo dejo casi sin aire. Kino por su parte bajó a su cuello y en la unión con su hombro lo mordió y chupo, la única diferencia era que él no tomo su sangre, solo le dejo una marca de color morado. 

—Oe, mocoso. Ore-sama esta llamándote—habló esta vez Ayato, mientras golpeaba con rudeza la puerta. 

Kino chasqueo la lengua molesto y se fue, Hinata quedo en el piso un poco avergonzado, pero la voz de Kanato diciendo que iban a entrar lo despertó rápido, busco su ropa y la acomodo sobre su cuerpo medio húmedo. Entre abrió la puerta dejando ver su cara roja y el cabello goteando.

—Teddy ¿No piensas que se ve adorable?.... Si como un pequeño títere—dijo Kanato

—Emm.... ¿Qué necesitan?—preguntó mientras intentaba no mirarlos a la cara.

—Fufufufufu~ ¿Qué pasa hermanito? ¿Por qué estas avergonzado?—preguntó Laito mientras empujaba de la puerta por completo—De solo imaginarme el hecho de que estas haciendo algo indecente y no me invitas a ayudarte, me entristece—contestó con una sonrisa juguetona mientras que Hinata estaba avergonzado y empezaba a alejarse.

Por prestar tanta atención a lo que decía el castaño rojizo, hizo que se resbalara con el charco de agua, cuando cayo al piso Laito y Ayato no pararon de reírse.

—¿Por qué esta tan desordenado este lugar?—preguntó Reiji, él era el único serio, además de Kanato, quien estaba muy metido en una conversación con su "oso", con respecto a la situación, Hinata estaba callado con la mirada baja y su respiración empezaba a ser pausada. 

—Yo..... Digo, es que—su voz salía como un susurro, las risas de dos de los trillizos pararon de reírse y fijaron su mirada aun punto en la nada, justo sobre el cuerpo del menor—Yo.... bueno, me dormí en la tina—dijo con levantando su mirada.

—Dime Hinata—habló Reiji—¿Alguien más estaba contigo?—hizo una pausa, se acomodo sus anteojos y continuo—Y te pediré que no mientas, porque sino tendrás un castigo—la seriedad de la situación dejo sin alternativa a Hinata.

—Bueno...—

Continuara...

el séptimo SakamakiWhere stories live. Discover now