La Cena.

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—Vamos a juntar flores. Teddy—dijo Kanato mientras miraba al cielo y empezaba a caminar. Hinata sólo lo seguía con la mirada, la verdad no sabe si le hablo a él o al oso, al percatarse de que no lo llamaba, supuso de que quería estar solo con su amigo. Subaru miraba desde lejos al chico, para él no era más que una molestia.

—No deberías molestar al pequeño—anunció Laito detrás del peliblanco.

—Tsk... No me importa ese mocoso— expresó mientras, con una mano en el bolsillo se iba dejando hablando sólo a su hermano mayor.

—Eso no lo sabemos—dijo Laito mirando al cielo nocturno.

Antes de que Laito pudiera acercarse a su pequeño hermano, este entró corriendo hacia adentro.

—Ummm ¿Qué raro?—susurró.

—Tu.... También lo quieres—la voz de Shuu se hizo presente detrás de Laito, el rubio estaba acostado cerca de la fuente con la espalda recostada en ella—se nota por tu actuación de buen hermano—Laito lo miro y luego mostró una sonrisa.

—Eso es lo que crees, ¿Verdad?—dijo con una sonrisa. Shuu y Laito caminaron entre los rosales hasta la entrada de la mansión. Entonces fueron testigos de una conversación entre Ayato y Hinata.

—Yo soy Ore-sama—contestó—y soy el mayor, por ende debes hacerme caso—Hinata sólo lo miro por unos segundo.

—Tienes razón en dos cosas. Uno si eres el mayor, dos si debo hacerte caso, supuestamente. Pero sinceramente no creo que tengas un nombre o apodo tan horrible como Ore-sama— contestó— Ayato-kun, ese nombre es menos raro y te sienta bien— dijo con una sonrisa que logró sonrojar a Ayato.

Laito se molestó un poco por eso, entonces se acercó a ambos chicos y se colocó en medio de ambos.

—Hinata-chan. Tu y yo tenemos que hablar—dijo mientras se acercaba peligrosamente a él y acariciaba su cintura. Cualquier movimiento de Laito fue interrumpido por Shuu, que al estar detrás de menor lo tomo del hombro.

—Reiji dice que.... La cena esta servida—Shuu tomo el brazo de Hinata y se lo llevo al comedor. Hinata se sentía incómodo con Shuu cerca, pero empezó a auto-convernserce de que todo había sido una broma o un juego «se supone que ellos piensan que somos hermanos, entonces deben actuar como tal»se recriminó internamente.

Los ocho jóvenes estaban sentados en la mesa, el menor estaba frente a Subaru y entre Kanato y Laito, Reiji y Shuu estaban enfrentados, y Ayato y Yui estaban a cada lado del peliblanco, comiendo lo que el segundo hijo había cocinado. Todos disfrutaban la comida, a excepción de Kanato quien no disfrutaba de las cosas saladas.

—Teddy y yo odiamos esta comida—comentó tirando el plato entero al piso, ronpiendole en el acto. Hinata vio eso cuando iba a hablar Subaru contestó.

—Cállate, a nadie le importa si no te gusta—respondió bruscamente. Hinata miró la actitud infantil de su hermano, entonces antes de que empezara una guerra en la mesa, él movió su plato al frente de Kanato, este lo miro extraño.

—¿Qué te parece un trato?—preguntó el menor llamando la atención de todos en la mesa «¿Qué planeas hacer Hinata-kun?» cuestionó Yui internamente.

—A Teddy y a mi no nos gustan los trato—contestó, pero antes de que pudiera tirar otra vez el plato Hinata le  tomó ambas manos.

 —En vez de tirar el plato, porque no mejor escuchas mi trato—Kanato se sonrojo un poco al sentir la cálida piel de su hermano—¿Qué te parece esto? Si comes toda esa comida, yo te preparare el postre que más te guste—ofreció mientras soltaba ambas manos. 

—¿Qué te parece si me cocinas a mi?—preguntó Laito mientras estiraba su brazo y lo acercaba a su cuerpo con una sonrisa medio perversa.

—¡Esta bien lo haré!—gritó Kanato logrando hacer que Hinata saliera de los hipnóticos ojos de Laito y se alejara un poco. Giró su cabeza en dirección y ambas miradas se conectaron, y fue la primera vez que Kanato se sonrojada por una sonrisa, pero a Shuu no se le pasó por alto los colmillos nacientes que poco a poco hacían presencia en su boca. 

—Esta bien, come todo esto—dijo mientras movía frente a su hermano su plato. Reiji pidió de favor a Yui que traiga un plato más para servirle la comida a Hinata.

Yui se levantó para traer un nuevo plato para Hinata, pero en el trayecto se tropezó y se cayo al piso en consecuencia el plato de porcelana se rompió. Reiji se levantó bastante molesto y al mismo tiempo el menor de la familia hizo prácticamente  lo mismo.

—¿Qué insolencia fue esa? Tu estas buscando que te castigue—antes de que Reiji pueda levantar su mano para golpear a Yui, Hinata se puso entre ambos y tomó la manos del de anteojos.

—¿Qué demonios crees que haces?—preguntó bastante molesto. Reiji lo miró con un brillo superior. 

—Ella es una simple humana. No deberías preocuparte—sentenció el segundo hijo acomodando sus anteojos.

—No me importa que demonios sea—contestó- tu no tienes el derecho de golpearla, es más por ser humana debe cometer errores, es normal eso, pero nada te justifica de ser un idiota- sentenció el menor.

—Vaya eso si es interesante—susurro Laito con un pequeño sonrojo—salió salvaje el pequeño- comentó el de cabello marrón vino. Nunca había presenciado a alguien que se meta entre los ideales de Reiji.

—Que insolente—contesto Reiji dirigiéndose a la mesa.

—Esto es tener razón, no es insolencia—susurró el menor, miró a Yui y luego le tendió la mano, para alguien que vivió casi toda su vida entre humanos Hinata, siempre sintió esa empatía por las demás especies, a pesar de descubrir repentinamente su supuesta descendencia, nunca se podría borrar esa actitud. Aun se acuerda de las palabras que su madre siempre le decían "cada vez que alguien te agradezca sonrie esa es la mejor respuesta"

—Gra-gracias—dijo Yui un poco avergonzada, Hinata solo sonrió tal y como le había enseñado su madre. Tomaron asiento de nuevo, Reiji miraba con cierta molestia  a su hermano menor, pero después se acordó que tal vez debería enseñarle cómo debe comportarse.

Por otro lado Subaru se dio cuenta de la mirada brillante que tenía la única mujer del grupo, Yui estaba sorprendida mirando a Hinata,  su corazón late rápido cuando él chico solo mostro una sonrisa.

Todos se fueron a sus respectivas habitaciones, excepto Subaru y Hinata ambos estaban afuera, el primero estaba en los jardines y el segundo se encontraba en el techo de la mansión.

—Todo esto fue planeado—habló a la nada como quien espera una respuesta del cielo. Subaru no pudo ignorar más al nuevo inquilino, debido a que escuchó el sonido de su voz, así decidió ir a verlo. Su sangre hirvió al ver en donde estaba sentado, Hinata no era consciente que el lugar en donde decidió ahogar sus penas, era la Torre en donde se suicidó la madre de Subaru.

El mencionado apareció detrás de Hinata bastante molestó con el objetivo de echarlo pero grande fue la sorpresa que se llevó al verlo derramar lágrimas bastantes amargas.

Hinata era consciente de que cuando él lloraba no paraba hasta que todos sus problemas abandonaban su cuerpo, la forma de llorar de Hinata no era linda y mucho menos natural. Pues el quinceañero sólo miraba a la nada mientras permitía el libre albedrío a sus lágrimas quienes desembocan en el límite de su rostro y caen al vacío, solo a veces sus lágrimas eran capaces de recorrer su cuello y colarse en su camisa.

Subaru no entendía que lo tenía así, desde un principio creyó que este chico era alguien serio y careciente de sentimientos, cambio de parecer al ver la ayuda que le brindó a Yui y la sonrisa que le regaló a Kanato. Pero por sobre todas las cosas pensó que...

—Eres fuerte—las palabras salieron solas como si no tuviera control de sí.

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Wow tan tarde y con tantas ideas.

Continuación

el séptimo SakamakiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora