◇ Capítulo 10 ◇

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––Eres un imbécil -. dijo el mayor.

––¿Y ahora que hice?

––Nada, nunca haces nada. No sabes hacer nada.

––¿Porque estas comportándote así de repente?-. de verdad le enojaba que lo insultaran sin haber hecho algo, Bastian no comprendía porque Sergio lo despreciaba tanto en ese momento, en sus años de amistad nunca se había comportado de esa manera, al menos no con él.

–– Me iré a dormir.

Sergio se levantó dispuesto a dormir y esperar a que al día siguiente olvidara todo por arte de magia, sin embargo, algo lo detuvo. Bastian lo agarró del brazo cuando pasó por su lado.

––No.

La expresión facial de Bastian decia lo enojado que estaba. Sergio no comprendía porqué, el enojado era él no Bastian.

–– Ya suéltame.

–– ¡¿Por qué mierda te comportas así?!

Sergio estaba atónito, pero simplemente trató de calmarse un poco y tambien calmar a Bastian.

–– Sólo te comportas como un imbécil Bastian.

––¿Por qué lo dices? No he hecho nada.

–– Haz hecho sentir a Lenin como la mierda.

–– ¿Eso era? -. bufó - Él es mierda.

–– ¿Cúal es tu problema? Cuál es tu maldito problema de hacerlo sentir mal, de tratarlo mal - espetó Sergio.

––Es mi problema.

––¿Por qué? ¡¿Por qué es tu problema?!

––Por que sí. Ya déjalo.

–– ¡¿Qué lo deje?!, ¡¿Estás bromeando?!

–– Mierda, no te alteres por algo tan pequeño.

–– ¡Eres realmente un imbécil Bastian!

Sergio estaba muy furioso, y Bastian lo sabia, el no se comportaba de esa manera, nunca en sus años de amistad le había gritado con tanta hostilidad, pero Bastian estaba igual o inclusive mas furioso que él. 

Simplemente las palabras no querían salir de su boca, queria decir tanto, pero no podía decir nada, queria disculparse, porque en efecto, era un imbécil en su totalidad.

Sin embargo se dio cuenta de algo, de algo que lo estuvo persiguiendo durante un tiempo, y el como era tan idiota no se daba cuenta de las simples evidencias.

Estaba enamorado.

Enamorado.

Esa palabra hizo eco en su cabeza, tal vez solo sentía más afecto hacia su amigo, y el lo estaba simplemente mal interpretando.

Sin embargo, se dió cuenta que no valía la pena seguir escapando de la realidad, y aunque no lo quisiera admitir, Bastian sabia perfectamente lo que pasaba.

Le gustaba Sergio.

Sergio.

Podía darse cuenta, ya que Ema era solo una escusa en parte.

-- Sergio - con mucho cuidado, aflojó el agarre de su mano - Lo siento.

-- Da igual, solo pierdo el tiempo contigo - con fuerza desató su brazo de la mano de aquella persona que tanto le gustaba - Pero cuando lo sientas de verdad, te escucharé. Por ahora solo déjame descansar, estaré en la habitación.

Bastian veía como se marchaba, no pudiendo decir ni hacer nada. Se sentia impotente por no ser capaz de hacer algo. ¿Y por qué no lo hacia? Porque simplemente no era capaz, no era capaz de solo decir una palabra.

-- Espera -. exclamó.

Sergio se detuvo en seco antes de entrar completamente en su habitación. - ¿Qué?. - contestó. Se volteó para verlo, y sus miradas se encontraron, ambos estaban muy cerca uno del otro y podian sentir su respiración brevemente, juraba que podía oir el latido del contrario en ese silencio sepulcral. No se habia dado cuenta, ni tampoco habia oído como el de cabellos rubios se habia acercado tanto a él. Se sentia cohibido e incómodo por la repentina invasión de su espacio personal. No le gustaba que se acercarán mucho a él, aunque debes en cuando hacia una excepción por sus hermanas, su madre y su amiga. Estaba más acostumbrado al tacto feminino, ya que no era tan afectuoso con sus pares masculinos. Debes en cuando Bastian enredaba unos de sus brazos entre sus hombros, y sí, unas cuantas veces habían dormido en la misma cama, pero siempre respetando el espacio personal de él, aunque aquella vez hace unos días no contaba. Esta vez no era así, era extraño que estuviesen así en un ambiente tan tenso.–¿Qué mierda quie-. Fue interrumpido.

Los labios del mayor se posaron desesperados y bruscamente en los labios del contrario, queriendo así callar su malestar y disfrutar del momento. Sergio no podia creer lo que estaba pasando, ni en un millón de años se habria imaginado tal escena. Besandose con la persona que le gustaba hace un tiempo, un hombre. En cambio el mayor solo estaba dejándose llevar por sus impulsos, que aclamaban por besar al chico que estaba frente a él, y así lo hizo, no se dió ni cuenta cuando lo estaba besando de una manera desenfrenada y brusca, pero no podia parar, tampoco podia negar el hecho de haberlo querido hacer desde ya un tiempo, el estaba reprimiendo sus sentimientos y no se daba cuenta de ello, ahora por fin podia expresarse, a su manera, pero lo podia hacer.

Bastian lo tomó de cintura y lo apegó a él, sintiendo el cuerpo del contrario caliente e igual de hambriento por el contacto ajeno. Lo llevó a la cama de la habitación, no sin antes de cerrar la puerta en caso de que alguien los interrumpiera en tan dichosa escena. Sentó al menor en la cama todavía besandose, ahora ambos desesperados por continuar. Sergio tomó al menor de un extremo de su polera y se lo llevó consigo hacia atrás, quedando él con la espalda en la cama, y Bastián encima de él.

Continuando con la sesión de besos, algo los interrumpió.

Un celular, el celular de Sergio.

Bastian con un gruñido y sin importarle lo que dijera el mayor, rebusco el celular en unos de los bolsillos del pantalón de Sergio, sintiendo que al hacerlo el azabache brincó suavemente. Agarró el celular y sin importarle la persona quién llamaba, contestó.

––Oh. Ho--.

–– Seas quíen seas, no vuelvas a llamar –. Bastian un poco agitado siguió – Estamos un poco ocupados aquí -. ya dispuesto a colgar, escuchó la voz al otro lado de la linea algo agitada que interrumpió su acto.

––¿Bastian? ¿No le haz hecho daño verdad? –. se oía preocupado, y Bastian supo quien era.

–– Te aseguro que no –. una sonrisa se formó en su rostro – No te preocupes, yo lo cuidaré bien. No molestes -. Colgó.

Sergio un poco atónito preguntó.– ¿Quién era?.

–– Nadie importante. ¿En que estabamos?.

Una sonrisa se formó en ambos rostros, no pudiendo ocultar su aparente alegria. Ambos estaban más que felices en ese momento, no habia tiempo para arrepentirse. No ahora.

























































† Una Palabra †Where stories live. Discover now