◇Capítulo 14◇

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Extrañamente, después de hablar con Aurora e irse a casa, siempre se generaba entre ambos un ambiente de conformidad, se sentían bien y en plenitud, una sensación tan exquisita en sentimientos que solo bastaba con una mirada para estallar y saber lo que pasa con el otro.

Ambos, después de cenar aquellas deliciosas pizzas, se acostaron en la cama, y en ese silencio ya formado por la timidez de ambos se escuchó una voz:

--Si bueno... ¿quién tiene hambre?

-- ¿En serio Bastián?

--Había que romper el silencio de alguna u otra manera, digo yo, siempre se genera este ambiente después de visitar a Aurora. - silencio - Tal vez nos está viendo en este instante.

--Se estaría burlando de nosotros. - Sergio se volteó en dirección a su novio, mirando en algún punto fijo de su camisa - Quizá se pregunte porqué nunca le traemos sus flores favoritas. - mencionó con melancolía.

--Son caras, muy caras.

--Aun así... podría hacer algún esfuerzo para comprar un ramo, aunque sea una flor.

-- Sergio, debemos estar felices por ella, tal vez está en un lugar mejor, si es que hay uno. Ella querría eso, vernos felices, ser felices. - suspiró- Te amo.

-- Yo... también te amo- sin previo aviso, de sus ojos empezaron a brotar lagrimas, no entendía porqué, por tristeza o por felicidad, y aunque lo supiera no le importaría, el sentimiento estaba ahí -- Perdón, por esto. Voy a salir un rato.

-- No - antes de que Sergio se parase lo tomó de la mano, lo miro a los ojos y dijo - No te voy a dejar solo, nunca lo haré, eres importante para mi, por lo tanto cada vez que te sientas afligido no dudes en correr hacia mi porque yo estaré para ti, en cada momento y en cada lugar. -con una de sus manos, le acarició la majilla, mientras con la otra secaba las lagrimas que recorrieron por el rostro de su amado.

-- Quién diría que fueras tan cursi - ahora él agarró la mano de Bastián y acaricio ésta.

--Si se trata de ti, puedo ser lo que sea, menos un imbécil. - la expresión de Sergio se volvía mas sorprendida, a medida que su rostro se sonrojaba y eso a su novio le encantaba.

--Eres tan sorprendente, gracias por todo, gracias por hacerme feliz a pesar de lo que hemos pasado a lo largo de los años.

Bastián le sonrió, mientras que el contrario sonrió genuinamente. El primero se acercó lentamente al de cabellos negros, estaban tan cerca que sus respiraciones chocaban y se volvían irregulares. Sergio dio el primer paso y besó a su novio. Se sentía tan mágico, aunque no era la primera vez que se daban un beso, sentían como si fuese su primera vez. Habían un sin fin de sentimientos en ese cálido choque de labios, como si fuegos artificiales estallaran dentro de ellos, como si el mundo se hubiera detenido solo por ellos, donde podían sentir y saber lo que pasaba con el otro en ese instante.

Bastián agarró de la cintura a Sergio, aproximándolo a él, el beso no solo se volvió mas intenso, sino que también ambos tocaban el cuerpo del otro, buscando sesear la urgencia de que sus cuerpos estuvieran juntos, sin ropa de por medio.

-- Sabes que - dijo Bastián mientras se separó de Sergio un instante. Se podían escuchar sus respiraciones agitadas, mientras que sus caras estaban enrojecidas - ¿Quieres hacer el amor conmigo? - se arrepintió al instante de hacer esa pregunta.

-- ¿Qué? --Esa pregunta lo tomó como sorpresa, anhelaba tanto ese momento, pero no se sentía seguro del todo. - ¿Estas seguro?- sentía temor, era su primera vez e iba a hacer con él, con el hombre que amaba.

-- Mas seguro de algo no puedo estar.

Ambos se miraron, no había necesidad de decir algo, ya lo sabían, ese era el momento, su momento.

En aquel acto tan intimo, donde solo ellos eran parte, su amor se volvió mas fuerte y se convirtieron en uno. Fue doloroso y a la vez placentero pero inolvidable para ambos, ya que era algo que anhelaban secretamente y esperaban con ansias, querían que fuera especial, y sin dudas lo fue. Ambos se sentían tan felices, tan plenos y completos, que solo el acto de mirarse hacían que sus sentimientos se incrementaran aun mas. Los te amo y los besos no se quedaron atrás, Bastián, quien estaba al mando, cada vez que oía un "te amo" de parte de su amado, le depositaba un cálido beso entre sus labios o ,para darle una mayor intensidad, entre sus muslos. Sergio por su parte, dejaba marcas en el cuello de su novio, como también en su pecho.

Después de ese intento encuentro, Bastián miraba a Sergio mientras que este dormía plácidamente al lado de él mientras lo abrazaba, y se preguntaba cuando llegará el día en que den un paso a un mayor que este, o mejor dicho, cuando se atrevería de él dar ese gran paso; proponerle matrimonio. Estaba inseguro, no sabia como se lo iba a tomar su novio, si estaba tan seguro como el para pasar el resto de su vida juntos, no quería que se sintiera atado o presionado, solo quería verlo feliz y ser feliz con él. Entonces, en ese mismo instante, tomó la decisión de hacerlo, pero primero tenia que hablar con su gran amiga, aunque ya no estuviera en este mundo.
























† Una Palabra †Where stories live. Discover now