Capítulo 2

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Los años pasaron y yo cumplí los dieciocho años, ya era toda una mujercita como me decía Rosa, mi madre. Antes había deseado poder crecer rápido y tener la edad adecuada para que mi padre me contase todo lo que sabía sobre los piratas. Pero ahora me arrepiento de haberlo hecho, ya que mi madre se le metió en la cabeza la idea de casarme, todo por haber estado hablando con mi tía Lucinda, quien por circunstancias de la vida era soltera.

En esta sociedad, no era muy bien visto que una muchacha de mi edad no estuviera comprometida. A mí no me interesaba nada de eso, no quería ser como aquellas tontas mujeres que les andaban moviendo la cola a sus maridos, siendo sumisas ante ellos. No quiero estar atada a una casa, porque así era, al casarse te convertía automáticamente en la “señora de la casa”, en otras palabras, una no debía de salir si no lo hacía con su esposo, mientras ellos se la pasaban de aquí para allá, nosotras debíamos estar bordando o leyendo alguna novela esperando el regreso de nuestros esposos. Además de que no nos  era permitido hablar de política como los hacían ellos, porque no eran temas que una dama podría entender. Con solo imaginármelo mi cuerpo se sofocaba.

Como en todas las mañanas, mi madre me torturaba con lo mismo de siempre-Te lo vuelvo a repetir niña terca, tienes que conseguir a un buen marido y tener tu propia casa. Mira si te quedas como tu tía Lucinda, ella sí que tiene una vida desdichada- otra vez comparándome con ella.

-Madre cuantas veces te lo tengo que decir, ni loca me caso. Además papá ya me dio el consentimiento de hacer lo que me plazca- Le dije poniéndome unas botas negras que me había regalado mi padre.
-Tu padre solo lo dijo para complacerte pero él también quiere lo mismo-mientras me reprochaba sus ojos se desviaron dirigiéndose a lo que estaba haciendo- ¿Otra vez te vas a poner esas sucias botas de hombre? no es digno de una dama-.

Antes de poder contestarle, entra mi padre -Pero mujer otra vez hostigando a tu hija para que se comprometa-decía mientras me besaba la frente.
-Tú porque no quieres que después se enoje contigo, pero tu muy bien sabes que con la edad que tiene no puede desaprovechar la oportunidad, además es muy difícil que alguien quiera casarse con una mujer que pase de los veinte- Era normal escuchar todas sus quejas, mi padre solo le decía que hablaría conmigo pero nunca lo hacía.

-Ven Anna, hoy hablaremos sobre los piratas y las funciones que me corresponde como almirante de la marina-dijo evitando que mi madre siga con su discurso de que está mal y que está bien. Lo seguí hacia su escritorio y me senté, mientras buscaba unos documentos.

-Mira, estos son todos los carteles de “se busca” aquí están los más peligrosos y sanguinarios piratas. Con mi capitán Francis Drake hemos marcado en el mapa los distintos paraderos en donde podrían estar estas ratas- lo dijo con una expresión de rabia. Él más que nadie quería atrapar a todos ellos y que no se volviera a repetir la misma escena que vivimos hace cuatro años atrás. Si tuviera la oportunidad haría lo mismo, los buscaría a cada uno de ellos hasta los confines del mundo, en especial a Edward Low. Al cual me gustaría atraparlo y hacer que pague por todo lo que hizo. No tengo en mente quitarle su vida, ya que no sería suficiente y no remendaría todas aquellas víctimas asesinadas por él, lo mejor sería castigarlo y encerrarlo para que se pudra para siempre.

Puede que a veces no suene como toda una dama con todas las ideas que se me ocurren y sobre todo los insultos que salen de mi boca en todo momento, si mi madre me escuchara hablar de esta forma creo que se desmayaría y probablemente me diría “que hice para que salieras torcida y no como las demás muchachas, creo que debimos de tener un hijo varón”.
-Padre ¿por qué Low desea vengarse de ti?- pregunté con una curiosidad más grande que mi cabeza. Si supiera cuantas noches no había podido dormir pensando en las posibles razones en las palabras de aquel pirata. Creo que mi imaginación sobrepasaba los límites que una persona podía tener. También me preguntaba si mi madre sabía el motivo o será que papá le esconde secretos. –Hace ocho años atrás mi capitán me asignó capturar al famoso pirata Edward Teach  más conocido como "barbanegra" fue una búsqueda exhaustiva pero que logre con éxito y  poco después de atraparlo fue ejecutado por todos sus crímenes-.

Vendida a los piratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora