Capítulo 13

213 13 0
                                    

Un nuevo día comenzaba, y lo que había sucedido el día anterior, con la sorpresiva aparición de mi padre siento un peso menos en mis hombros. Desde que salí a altamar, no he podido estar tranquila, pensando y rezando por no cruzarme en su camino, pero ahora ya no es problema para mí. En el momento en que me vio, di por finalizada mi venganza, conociéndolo, me llevaría arrastrando si fuera necesario hasta La Española, pero por alguna razón que desconozco, mi padre ha hecho todo lo contrario de lo que esperaría de él. Se con certeza, que si Thomas no le hubiese plantado cara, en este momento estaría siendo obligada a bordar por mi madre.

Es de mañana y yo ya me he puesto a prepararles la comida, porque por más que la relación entre Thomas y yo haya mejorado bastante, no es motivo para dejar de trabajar. Yo no me olvido que gracias a él es que puedo estar aquí tranquilamente y siguiendo sin ningún problema mi plan. Solo espero el día en que pueda reunir todo el dinero que pagó por mí y devolverle hasta el último centavo, no soy esa clase de persona que le anda debiendo favores a alguien y mucho menos si se trata de dinero.

-Anna, tan temprano y ya estás trabajando-. Habló aquella dulce voz.

-Margaret, yo debería sorprenderme de verte aquí, fuera de tu camarote. A caso ¿ya estás mucho mejor?-.

-Tranquila, claro que me encuentro mucho mejor. Estoy con bastante energía, en comparación de cómo estaba antes, ahora soy una persona nueva-. Dijo con una gran sonrisa, eso me ponía contenta. La primera vez que nos conocimos no fue en las mejores condiciones. Quien hubiese pensado que aquella mujer atada por unas cadenas, pálida y con el cuerpo delgado, era la misma que se encontraba frente a mis ojos.

-Pues me alegra escuchar eso-.

-Déjame ayudar con la comida, o si quieres me encargo de limpiar la cocina-Dijo mirando con asco su alrededor. –Se nota que es un barco de solo hombres, parece que no han limpiado aquí desde hace años ¿Cómo puedes cocinar así?-.

-Lo mismo dije cuando llegué aquí, pero ahora mismo para mí es lo más normal, lo raro sería no ver suciedad en este barco-. Dije riéndome.

-Pues no se hable más, ya mismo me pondré manos a la obra y dejaré este lugar como nuevo, luego iré a recorrer todo el lugar, para ver donde más se junta la mugre-.

-Oye, calma Margaret. Es bueno que ya te encuentres con energías, pero no es para que las malgastes en estas cosas-.

-No me digas que quieres que vuelva a la cama y me quede allí como una persona enferma, no señor. Estoy harta de no hacer nada, les debo un gran favor a todos, lo menos que puedo hacer es colaborar en el barco-.

-Está bien, veo que no podré hacerte entrar en razón, pero solo limpiarás la cocina y luego de comer te irás a descansar, ya podrás continuar mañana-.

-A la orden señora-. Dijo riéndose.

Pasada varias horas, la comida ya estaba servida, y todos nos encontrábamos reunidos para compartir la cena. Mary también estaba con nosotros, ella me dijo que estaría compartiendo nuestro viaje, porque tenemos el mismo objetivo.

Terminada la cena, comencé a juntar las cosas para poder lavar e ir a practicar con la espada. Thomas se fue rápidamente a su camarote junto a Henry, por lo que escuché, alguien pretende enfrentarse a él pero más que nada se trata de una venganza. Me gustaría saber más del tema, pero no puedo meterme en los asuntos de un capitán. Estaba sumida en mis pensamientos mientras lavaba los platos, que no me había dado cuenta la presencia de Mary.

-Anna, tengo que hablar contigo-.

-Está bien, dime-.

-Necesito tu ayuda, bueno la de Thomas también, pero no puedo ir y  decirle que preciso su fuerza. Yo no te había dicho que tengo una hermana menor, ella estaba a mi lado el día en que terminamos metidas en aquella subasta. Poco antes de que llegaras tú, otra persona pagó por ella y he estado todos estos meses buscándola. Por fin pude dar con su paradero-.

Vendida a los piratasWhere stories live. Discover now