Capítulo 10

236 19 0
                                    

El estado en el que me encontraba no me favorecía en absoluto, no podía pensar con claridad siendo presa de mis pensamientos hacia Thomas. La intensidad de sus besos pasaron de mi boca al cuello, yo había dejado de resistirme a ellos. En un momento soltó mis muñecas adoloridas, por el fuerte agarre que había provocado, él se dio cuenta al ver que tenía la piel colorada. Luego, llevó una de mis manos cerca de su rostro y luego plantó un suave y delicado beso en la muñeca. –Lo siento Anna, no me había dado cuenta que te hice daño-. Dijo en voz baja. Sin pensarlo, lo abracé. Él no tenía la culpa, porque había sido yo la que entró aquí y le dio un gran susto pensando que era un intruso. Después de un largo abraso y de escuchar nuestras respiraciones al unísono, me acostó nuevamente en la cama quedando él encima de mí. Se quedó viendo fijamente mis ojos y luego volvió a darme un apasionado beso.

Sin darme cuenta las manos de Thomas desabrochaban la camisa que llevaba puesta. Me había olvidado por un momento que seguía con la ropa de hombre. Por un lado quería detener lo que estaba haciendo pero por el otro lo deseaba tanto como él. Una vez que se despojó de mi camisa dejándome solo con la tela que envolvían mis pechos, prosiguió a besarme nuevamente el cuello y acariciando mis hombros desnudos.

Al sentir el contacto de su piel tocando la mía provocó que trajera en mi mente recuerdos dolorosos. Yo había hecho todo lo posible por correr alejándome de él pero fue todo en vano, Low me había alcanzado. Me dio asco recordar sus manos sobre mi cuerpo, queriéndome arrancar el vestido. – ¡No!  No me toques con tus asquerosas manos-. Grité, mientras daba manotazos con mis manos. La cálida voz de Thomas hizo que entrara en razón. –Oye tranquila Anna, no haré nada que tú no quieras-.

No me había dado cuenta que tenía los ojos cerrados, mientras recordaba ese horrible pasado. De a poco fui abriéndolos para encontrarme con un Thomas muy preocupado ¿Cómo iba a decirle que imaginé que él era Low?
-Anna, dime ¿Qué sucede contigo?-. Dijo acariciando mi mejilla. –Lo que pasa es…-. No pude terminar de hablar porque tocaban la puerta desesperadamente. –Capitán, hemos escuchado el grito de una mujer ¿está todo bien ahí adentro?-. Por su voz, sé que era Hernry. –Quédate aquí un momento, iré a aclarar las cosas-. Dijo depositando un casto beso en mi frente para luego salir por la puerta. Por un momento me sentí pequeña estando sola en el camarote, todavía me sentía asqueada.

Como Thomas demoraba mucho me acurruqué en la cama cerrando los ojos hasta quedarme completamente dormida. Unas gentiles manos sobre mi cabeza hizo que me despertara. Al abrir mis ojos me encontré con un brazo rodeando mi cintura y la otra debajo de mi cabeza dándome apoyo. No sé en qué momento había entrado Thomas.
-¿Por qué no me despertaste?-. Pregunté sin más. –Cuando entré te habías quedado dormida y te vi tan frágil que no quise molestarte sino abrazarte-. Dijo hablando cerca de mi oído. –Pero si te pone incómoda puedo dormir en el suelo, todavía queda una larga noche-.
-No, está bien así. Creo que más que nunca necesito que me hagas compañía-.Dije acomodándome más cerca y posicionando mis manos en la suya. Escuché por última vez la voz de Thomas antes de volver a quedar dormida.
Duerme pequeña-.

Comencé a moverme sobre algo cómodo, abrí los ojos y me di cuenta que no estaba en la cocina. Por un momento había olvidado que dormí en el camarote de Thomas y después recordé lo que pasó entre nosotros quedando ruborizada. Me giré para ver si él seguía en la cama, pero solo había quedado las sábanas arrugadas signos de que estuvo allí y que pasó la noche conmigo.

Di un brinco y me dirigí a la puerta necesitaba tomar aire fresco, estaba de buen humor. Por fin había dormido bien, después de estar sufriendo varios días en el piso de la cocina. Al salir la tripulación entera dejó de hacer sus labores para voltearse a verme, sus miradas eran de picardía. Hice una cara de no entender sus acciones así que me dispuse a mirar a Thomas que se hallaba con las manos en el timón para esperar una explicación.

Vendida a los piratasWhere stories live. Discover now