Capítulo 179

48 6 2
                                    


Amy supo que Nat se había salvado aun antes de que Jon la soltara, mucho antes de que le contara lo que había sucedido la noche anterior, entre risas y lágrimas. Es que el beso había sido tan diferente, tan apasionado, tan limpio, tan distinto de la desesperación de ayer, que lo intuyo de inmediato. Y fue tan grande su alegría y su alivio, que ni siquiera podía preguntar. Solo podía escucharlo y reír y llorar con él, y volver a besarlo, y dar gracias a Dios, porque en esta ocasión la había escuchado.

Luego se quedaron abrazados en silencio, sintiendo mutuamente el latir de sus corazones, tan cerca, tan como si fueran uno solo, que una inmensa paz se apodero de los dos.

-Ha sido un milagro...-murmuro ella luego de un momento.

Jon la aparto un poco y puso su frente contra la suya, mirándola a los ojos muy de cerquita.

-Tú, eres mi milagro... siempre lo eres. Eres milagrosa Amanda Dashwood... y te amo.

-Yo te amo más...-contesto acariciando su cara y sonriendo.- Te ves cansado, y más delgado...

-Estoy bien, ahora estoy muy bien. Mi hijo se ha salvado y estas aquí, y no pido nada más. No quiero pensar en nada mas... estoy feliz.

Amy lo llevo hasta el sillón y allí se sentaron muy juntos, ella apoyada contra su pecho.

-Ayer me fui tan angustiada Jon, sentí que no te había servido de nada...

-No es cierto. Ayer... no sé qué habría sido de mí si no te encontraba. Estaba tan desesperado, tan asustado... tenia tanto miedo por Nat.

-Yo también tuve miedo, pero por ti.

-¿Por mí?-pregunto mientras le acariciaba la cabeza.

-Si, después de leer la carta, y después de verte y hablar contigo... estaba aterrada. Creí que mi presencia bastaría para darte fuerzas, para sostenerte si algo terrible pasaba. Pero cuando te fuiste, me di cuenta que no era suficiente, que nada podía hacer contra ese dolor. Me sentí impotente... Estaba segura de que ibas a hacer algo terrible.

Jon detuvo sus caricias, pero no le contesto.

-Fui a ver a Claudette... Fui a pedirle que hablara con Charly, a contarle de la pistola. No sabía si tú la tenías.

La aparto de si, mirándola con el ceño fruncido.

-¿Le contaste eso?

-Si... Jon, perdóname! Estaba asustada, no sabía a quién recurrir! Tenía miedo de que...- se detuvo abruptamente.

-¿De que me matara?

Amy asintió sin decir palabra.

-No tengo el arma, Amy. Stuart jamás me la devolvió y yo jamás se la he pedido otra vez. No sé porque... pero nunca lo hice. Quizás no quiero tenerla cerca, quizás evito la tentación, no se... Estos días me he dado cuenta que el suicidio siempre está presente en mi vida, de una u otra manera... Es como un estigma, ¿no crees? No se... De todas formas, no era importante que tuviera el arma o no. Si de veras quieres hacerlo siempre encuentras la manera...

Se detuvo en seco ante la mirada aterrada de Amy, arrepentido de sus palabras. Había estado hablando más para sí mismo que para ella, y la había asustado.

-Lo lamento! Perdóname, no quise asustarte! No me hagas caso... Es que estoy... algo confundido todavía. Estos días han sido terribles Amy... agotadores, negros... Sentía que no iba a poder con eso, es más, no quería poder con eso. No quería sentirlo. Me han pasado muchas cosas a lo largo de mi vida, pero jamás había sentido un dolor como ese, ¿me entiendes? Y no quiero volver a sentirlo, nunca más... Perdóname.

Otra vida, otra historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora