Capítulo XX

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Sandra grita, pero es como si fuera un grito falso.

Laura se dirige a ella.

Se acerca a su oreja.

La encadenada puede sentir su respiración.

-Admítelo, no te importaba en absoluto- susura la asesina.

Se aleja y se coloca enfrente de todos, aunque ellos no saben donde está ella.

Abre los brazos y da una palmada.

-Bueno, ahora te toca a ti, Lidia- dice Laura.

Se acerca con los brazos cruzados y mirando a su cara.

Le quita la venda, y le desata una mano.

Se miran a los ojos, la encapuchada se sienta delante suya.

-Al estar donde estoy, parece que soy inferior, ¿verdad?- Laura se levanta y saca su cuchillo- ¿Y lo soy?- deja un silencio- No,- sacude la cabeza- no lo soy. ¡Pero tú! ¡Lidia! Un nombre que parece tabú, o algo por el estilo ya que no se puede nombrar. Me lo hiciste creer. Me hiciste pensar que yo era inferior a ti. Pero resulta que la cobarde eres tú, no yo. Yo no fui la que te acorralé, yo no fui la que traje a cinco personas contra una... Fuiste tú- mira a Lidia con cara de desprecio- Tú eres la inferior, que eres tan cobarde, que te trajiste a cinco personas. ¿Te parece normal? Uy, claro, para ti sí que lo es, ¿no? Para ti es normal pelearse todos los días, ¿verdad? Pues venga, si eres tan valiente como para hacer eso, serás tan valiente como para dispararte, ¿no es así?

Hay un silencio, Lidia se ha quedado sin palabras, mira al suelo sin saber a donde mirar.

Laura saca el revólver, abre el tambor, y mete la bala enfadada.

Se la tiende a la otra muchacha con desprecio.

-¿Ya no eres tan valiente?- pregunta la asesina con odio.

La atada, mira a la otra con desesperación y angustia.

Coge la pistola, despacio gira el tambor, se la pone en la pierna y dispara.

Lidia suelta un grito de alegría.

-¡Mierda!- grita Laura cabreada.

La encapuchada saca otra pistola y da un disparo al aire

-¡Qué está pasando!- grita Alejandro

-¡Qué no ha muerto!- contesta la asesina secamente- ¡Agh! ¡Cuanto te odio!

Laura está de espaldas a los chicos.

Lidia, mientras, a abierto el tambor y a colocado la bala para disparar.
Apunta a Laura y le dispara dando en el brazo.

La asesina grita de dolor y rabia, se apoya en la pared, quejándose del dolor y poco después cae al suelo.

Lidia ya se ha desatado y está soltando a los demás.

-¡No llegareis muy lejos!- grita Laura.

La encapuchada se ha quedado sola en la habitación intentado calmar el dolor.

***

Espero que os guste este cambio de tornas. Bye!

Mi VenganzaWhere stories live. Discover now