Capítulo XXIV

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Laura baja las escaleras despacio, los perros le siguen entre ladridos.

La asesina sonríe. Con un sonrisa más bien de pena.

Está recordando esos malos momentos que le hicieron pasar sus víctimas. Las risas, las burlas, las humillaciones, los empujones... Pero ella siempre pensaba que lo hacían sin querer, que no sabían que le dolían esas cosas. Intentaba pensar que solamente eran niños, hasta que cumplió los doce, y ahí todo cambió.¿Cosas de niños? Para nada. Esas personas le querían arruinar la vida, se aprovechan de su lealtad.
Por cada intento de suicidio, la rabia hacia ellos crecía, hasta que se propuso que nada le iba a molestar ni a doler. Ella siempre soñaba con el día de su venganza. Hasta que un amigo le dijo una forma de poder vengarse. Crear un grupo de whatsapp y  molestarles.Al principio le parecía una mala idea, pero luego pensó que era la mejor manera de vengarse, pero tambien quería matarles. Lo último le parecía un poco exagerado a su amigo ¿Exagerado? No. Por culpa de esas personas Laura estuvo al borde de la muerte varias veces, no era nada exagerado.

La asesina limpia sus perros para que no tengan rastros de sangre. Les deja realmente impecables.

Les pone las correas, ella se pone la capucha y un pañuelo que le tapa la boca, seguidamente sale del recinto.

Ya en la calle, saca su movil y marca un número de teléfono.

«Si, hola, soy yo, Laura. Eh, voy para allá, espérame donde siempre. Llévate el botiquín, si,  una herida, no, no, no es muy grave. Bueno preparame la mercancía»

Laura sigue andando, hasta que una furgoneta se para al lado suya.

La furgoneta es negra y con los cristales pintados. Se abre el maletero y ella con sus perros sube.

- Bueno, ahí tienes tus cosas- dice una voz de chico joven.
- Oh, gracias- sigue la asesina- ¿Cómo las has conseguido?
- Ah- se ríe el muchacho- Esas cosas no se preguntan.
- Bueno Deck, lo que tu digas- ella ríe pícaramente- ¿Qué te devo a cambio?
- Un beso- Deck se ríe.
-Puf- vacila- Si ese es el precio, vengo aquí todos los días- se ríe.

Laura le da un beso. Deck sorprendido sonríe.

-Bueno, si me necesitas, ya sabes- dice el muchacho sonriente.
- Si, ya sé- ella se ríe.

Deja a los perros en la furgoneta y se va de allí.

***

Bueno, pues eso es todo, espero que os guste, bye!








Mi VenganzaWhere stories live. Discover now