Mi Venganza

Capítulo XXVIII

Víctor corre, y consigue llegar al bosque. Huye esquivando la maleza. Salta un tronco, pero escucha una voz dentro de él.

- ¡Víctor!- grita Alejandro- ¡Estamos aquí! ¡En el tronco!

Víctor frena en seco y mira el tronco confuso. Se acerca despacio al tronco y ve a los chicos dentro, apretados y angustiados.

El chaval se relaja y sonríe.

- Venga.- vaciló- Podéis salir. Ya se han ido.

Los demás chavales intentan salir todos a la vez, pero no son capaces, así que empiezan a discutir por quien sale primero. Mientras las chicas pelean, Alejandro sale fuera y se pone de pie, despacio. Las otras miran sorprendidas como el chaval se levanta. Lidia empuja a Sandra y sale de allí. Luego sale la que queda.

Todos, ya levantados, se miran con preocupación.

Alejandro avanza hacia un arbusto y se agacha. Los demás le miran confusos.

- ¡Un machete! ¡He encontrado un machete!- exclama el chaval.

Víctor se acerca y todos le siguen.

Mientras los chicos miran el arma, Laura los observa desde la lejanía.

La asesina se acerca despacio hacia ellos, teniendo cuidado de no ser escuchada.

El grupo mira como Víctor coge el arma y se prepara para lanzarlo a un árbol.

Laura sonríe y se pone detrás de Víctor.

- ¡Buh!- dice al oído del chaval.

Del susto, el muchacho lanza el cuchillo, falla, y se pierde de vista entre la vegetación.

Todos se giran y se quedan mirando a la encapuchada.

- ¡Sorpresa! Os he encontrado.- dice Laura dando unos pasos- Pero, como para no encontraros... Habéis echo  demasiado ruido. Bueno, a lo que iba. Yo, os he venido a buscar para deciros que tengo, ahora mismo, un ayudante por aquí, pululando por este bosquecito- sonríe con picardía- No os preocupéis tanto, no está entre vosotros, nisiquiera lo conocéis. Pues esa persona no está muy lejos y para vuestra desgracia, me va a ayudar a mataros. Él no os va a matar, no os preocupéis, eso lo haré yo- ríe- Solamente venía a deciros que tengáis cuidado de por donde vais y que vigileis por donde vais.

Laura se separa unos pasos de los chicos y les mira uno a uno directamente a los ojos. Ellos la miran con miedo, rabia y odio. Han recibido una información tan impactante, que no saben como reaccionar a eso.

Lidia grita y se va corriendo hacia la asesina. Laura, al verla, saca un cuchillo de su bolsillo, con el otro brazo coge del cuello a la chica y con la rodilla le golpea las piernas haciendola caer al suelo de rodillas. Además le pone el cuchillo en la garganta para que no se pueda mover.

- Vaya, vaya... Tenemos aquí a una prepotente- dice Laura con voz de odio- Pues, ¿sabes qué? Las prepotentes no me gustan.- ríe con malicia.

La asesina empuña el cuchillo con más fuerza y se prepara para clavárselo en la tráquea.

-¡No! ¡Por favor! ¡No me mates!- grita Lidia entre lágrimas.

Víctor coge carrerilla y consigue empujar a Laura hasta tirarla al suelo. El chaval se pone encima de ella y se apoya en sus hombros.

-¿Ahora quien está acorralada?- dice Víctor con rabia.

De pronto se escucha el ruido de un motor.

-Desde luego que yo no - ríe Laura a carcajadas.