Capítulo XXXV

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Laura se adentra en el bosque detrás de los chicos.

Deck mira como se aleja Laura hasta que la pierde de vista. Se dispone a recoger el cadáver de Sandra. Se inclina, pone sus brazos por debajo de los de ella y la arrastra unos metros hasta llegar donde tenía aparcado el quad. La deja a los pies del vehículo. Mira a su alrededor para asegurarse de que no están los chicos cerca. Se agacha, coge a Sandra en brazos y la coloca boca abajo, delante del asiento. Se asegura de que este bien sujeta y se monta en el quad.

Arranca y atraviesa el bosque hasta llegar a una puerta pequeña. Aparca, quita las llaves y se baja del vehículo. Una vez en el suelo mira para atrás. De su bolsillo del pantalón, saca un llavero con un par de llaves. Mete una de ellas en la cerradura, la gira y abre la puerta que da a una sala. Se guarda las llaves y vuelve a su vehículo.

Da la vuelta al cuerpo de Sandra y hace una mueca de asco. El cadáver tiene la cara llena de sangre que proviene de la boca. Al haber estado boca abajo, tiene los ojos cubiertos de sangre. Deck la coge en brazos y se mete dentro del cuarto.

Deja el cuerpo en el suelo con cuidado. Cierra la puerta por la que ha entrado.

Allí dentro hay un escritorio con un ordenador y una pila de periódicos. Se dirige hacia allí. En el periódico de encima, tiene de portada la noticia de la desaparición de un grupo de jóvenes. Los nombres de los desaparecidos son: Víctor, Lidia, Alejandro, Laura y Sandra.

Deck niega con la cabeza, mientras de un cajón saca una llave. Dentro de la sala, hay dos puertas, una es por la que ha entrado, y la otra da a la calle, ya que acaba de pasar un coche.

Se dirige a una estantería, la aparta a la derecha. Detrás se descubre una puerta, la mitad de grande que una normal. Mete la llave y la abre. Al otro lado se pueden escuchar unos gritos ahogados.

Deck pasa a gatas a través del agujero. En la sala, está Alejandro sentado en la silla, mirando con ojos de asombro al otro chaval.

-Antes de que intentes decir nada,- dice Deck levantándose- decirte solamente que estoy aquí, para ver que sigues vivo y que no has liado nada.

El chaval da una vuelta por la habitación.

-Bueno, ya veo que todo está correctamente.- continua el mayor- ¿Has visto como ha muerto Sandra? Ha sido curioso, ¿verdad? También habrás notado que el ordenador te habla, ¿no? El ordenador también le dice a Laura que estás haciendo en cada momento. Vamos, que os tenemos a todos vigiladitos.

Deck pone los brazos por encima de Alejandro, el último se resiste.

-Vaya, estate tranquilito. - dice el mayor con voz de burla- No tengo órdenes de matarte, nisiquiera tenía que estar aquí. Bueno, ya te dejo, disfrutando del espectáculo.

Deck se va por la puerta dejando al otro chaval solo otra vez.

Desde la otra sala, cierra la puerta y coloca la estantería tapando la entrada.

Coge una bolsa de basura grande negra y mete a Sandra dentro. También coge un petate y mete el cuerpo en él. Cierra la cremallera y lo arrastra hasta la puerta de salida. Antes de salir Deck se pone un uniforme de vigilante de seguridad. Se pone el petate en el hombro y sale a la calle. Fuera está aparcada su furgoneta negra. Saca las llaves del coche y lo abre. En el maletero mete el petate y cierra la puerta. Se monta en el asiento del conductor, arranca y dirige el vehículo a la otra punta de la ciudad, donde hay un descampado con un cubo de basura.

Se baja de la furgoneta y lleva la bolsa hasta el contenedor. Cuando ya se ha desecho del cadáver y está apunto de arrancar al vehículo, escucha el sonido de un coche. Mira por el retrovisor y ve una patrulla de policía. Arranca y se va de allí.

Cuando ya ha llegado al edificio abandonado, Laura le manda un mensaje diciendo que si ya se había divertido con Alejandro. Deck guarda el móvil y se baja de la furgoneta.

Vuelve a entrar en la sala por la cual había salido antes. Una vez allí, se quita el uniforme y lo guarda en un armario donde hay dos más.

Abre la puerta que da al bosque. Rápidamente cierra la puerta con llave y se la guarda en el  bolsillo. Anda unos cuantos metros hasta llegar al quad.

De pronto se escucha un ruido, de los arbustos sale Víctor a la carrera que tira a Deck al suelo. Forcejean un rato.

-¡Laura!- grita el mayor- ¡Tengo a Víctor encima! ¿¡Qué hago!?

Se hace el silencio, el pequeño le mira confundido.

-¡Mátalo!- grita Laura desde la lejanía- ¡Voy para allá!

-Bueno, ya has oído- dice Deck sonriente mientras Víctor le mira con miedo.

Mi VenganzaWhere stories live. Discover now