Capítulo 2 MUNDO DE CABEZA

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Una semana, era la que Derek llevaba en ese lugar, había estado acompañando a Rob a la oficina durante los seis días que tenía ahí, todo se veía tan normal, él se desenvolvía como todo un gerente, sus empleados lo respetaban y lo obedecían, en su casa las cosas no eran distintas, su esposa lo amaba, el a ella, se veía que eran felices, su bebé estaba en camino, entonces, ¿qué le preocupaba?, el siguiente día tenía que volver a Nueva York y sentía una angustia que oprimía su pecho, no tenía opción debía estar el lunes muy temprano en la matriz que se encontraba allá.

*****
La semana para Hania había llegado a ser muy contradictoria, primero estaba Rob, después de haber puesto a su hermano como la peor persona del mundo, durante esa semana se había dedicado completamente a mantenerlo contento, como si en eso le fuera la vida, con ella se había portado como el hombre más enamorado sobre la faz de la tierra, la cuidaba, la mimaba, estaba al pendiente de lo que pudiera necesitar, sentía que todos sus sueños se habían vuelto realidad,aunque sabía en el fondo que esto sería pasajero, que pronto se rompería esa burbuja sobre la cual flotaba ahora, y por otra parte tenía a Derek, no deseaba que se marchara porque nada más hacerlo sus sueños se desmoronarían, lo sabía, pero por otro lado estaba él, su presencia, el sentir constantemente su mirada penetrante sobre ella era algo que no podía manejar, era muy serio pero atento y servicial, se daba cuenta de sus necesidades y sus limitaciones a causa del embarazo y no perdía tiempo para ayudarla. Todo esto cuando Rob no se encontraba presente porque cuando él estaba, Derek daba oportunidad de que él lo hiciera y para su asombro lo hacía.

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Una semana, una larga semana era la que Derek había estado en Los Ángeles, suficiente para estar al borde del colapso, si él no le hubiese anunciado esa tarde que partiría al día siguiente seguramente en esos momentos estaría explotando... de rabia... de frustración... de incertidumbre.
Quería a su hermano lejos, lejos de su casa, lejos de su familia, lejos de su negocio, lejos de él.
Se consoló sabiendo que ya solo faltaban horas para que él se marchara.

*****
Hacía unas horas que Derek había partido y Hania lloraba acurrucada en un rincón de la habitación de huéspedes que él había ocupado apenas unas horas atrás, estaba aterrada y adolorida, aún le ardía la mejilla donde había recibido la bofetada que Rob le propinó, y le dolían los brazos de donde la había sujetado con excesiva fuerza.
_ ¿Crees que no te vi cómo lo mirabas? -le había gritado nada más regresar del aeropuerto de dejarlo.
_Rob... yo no...
_ ¡Cállate! -le había dado una bofetada. _te vi... los vi. Eres y siempre serás una cualquiera, la había sujetado con fuerza de ambos brazos, la lastimaba, pero más la lastimaban sus palabras, ella lo amaba pero él no podía confiar en ella, como pudo se liberó de su agarre y huyó, el lugar más cercano al que pudo llegar fue esa habitación, sin pensarlo se introdujo poniendo el seguro de la puerta, Rob la siguió, furioso le ordenaba abrir pero ella se mantuvo firme, aún después, cuando él más calmado le pedía que abriera asegurándole que no la lastimaría.
Ella no se había atrevido a abrir, no era la primera vez que sucedía, lo que no se explicaba era ¿por qué?, ahora él estaba sobrio, durante esa semana no lo había visto tomar ni había notado que estuviese bajo el influjo de alguna droga, su hermano debía de tener mucho poder sobre él para lograr que se mantuviera alejado de todo eso.

*****
Eran las siete de la mañana del siguiente día. Rob despertó con un intenso dolor de cabeza. De momento no supo en donde se encontraba, estaba desorientado, esa no era su habitación, ¿qué hacía ahí?, debería estar en su recámara, no en la de su esposa, ¿y ella?, ¿en dónde se encontraba ella?, se levantó de golpe, ¿qué estaba pasando?
Se dirigió a la puerta cuando recordó... todos los acontecimientos de la semana... lo que había pasado la noche anterior... todo estaba ahí, se sobrecogió de temor, ¿le habría hecho daño a ella?, ¿al bebé?
Odiaba a su hermano, él tenía la culpa de todo, ¿por qué tenía que haberse presentado?, recordó cuando le dijo que iría a visitarlo, después de dos años de no verse, él estaba bien así, no lo necesitaba, pero él se había entrometido en su vida, había tenido que hacer cambios que no le agradaban, recordó como esa misma noche cambió sus cosas de la habitación de huéspedes a la recamara principal donde dormía su esposa, había tenido que fingir que todo estaba bien entre ambos cuando ni siquiera dormía con ella, había tenido que soportar ver como el la trataba bien y ella se sentía bien con esas muestras de afecto, ella era de él y nadie tenía derecho a mirarla siquiera. -instintivamente apretó los puños. No quería que él se volviera a acercar a ella, ni a su trabajo, también ahí había tenido que hacer cambios, sabía que todos le temían, no había sido un buen jefe y le temían y gracias a eso había podido sobrevivir esta semana aparentando lo que no era, porque todos temían perder sus empleos y actuaban como él quería.
Y lo otro... su adicción, cada vez podía prescindir menos del alcohol y las drogas, eran su refugio.

*****
_Derek, tienes que tomar cartas en el asunto -lo enfrentó Mathew su mano derecha en los negocios y mejor amigo.
_Lo sé. -se pasó una mano por el cabello con cansancio. Pero antes tengo que solucionar otras cosas.
_Mira. -lo miró Mathew con reproche. _entiendo que es tu hermano y que tiene serios problemas de actitud pero es tu empresa y está a punto de entrar en banca rota sino haces algo, tienes que ponerle un alto.
Su amigo tenía razón, su empresa estaba perfectamente bien, con varias sucursales dentro y fuera del país y la única que tenía problemas era la sucursal de Los Ángeles la cual manejaba su hermano desde hacía dos años, al parecer su hermano había estado robando a su propia empresa. Él se negaba a creerlo y a pesar de que Rob aseguraba que todo estaba bien, cuando él lo llamaba cada mes, había decidido visitarlo y cerciorarse por sí mismo, sabiendo que eso lo molestaría.
Hacía dos años había tomado la decisión más difícil de su vida y había sido soltar a su hermano menor, confiar en él y darle la oportunidad que él tanto pedía.
Ambos habían heredado muy jóvenes la empresa de su padre, y aunque él aún vivía cuando se las entregó, Derek se hizo cargo de ella, mientras que Rob se dedicó solo a gastar lo que podía disponer de ella, entonces su padre lo obligó a terminar su carrera porque deseaba que los dos hermanos dirigiesen la empresa pero al fallecer él, Rob se enfrentó a su hermano exigiéndole su parte de la herencia y amenazando con vender la parte que le pertenecía.
Derek recordó esos tiempos difíciles cuando a través de préstamos y de ayuda de algunos amigos y conocidos logró comprar la parte que le pertenecía a Rob y le entregó su herencia.
A Rob no le interesaba la empresa porque tenía otros proyectos y se aventuró a realizarlos, pero fracasó y en el inter perdió su fortuna, por lo que no le quedó más remedio que regresar con su hermano, pero le dolía ver como él triunfaba, mientras que él fracasaba, aunque reconocía que Derek le había advertido en innumerables ocasiones respecto a esas inversiones y como siempre él lo había tomado personal pensando que Derek solo quería fastidiarlo cuando en realidad trataba de evitarle un desastre.
Rob siempre había sido muy competitivo y veía en Derek un enemigo a vencer no a un hermano que siempre buscaba lo mejor para él.
De tres años a la fecha el carácter se Rob había empezado a cambiar pues aunque con Derek siempre había sido hosco, con los demás era mas tolerable, amistoso e incluso mostraba sentido del humor, pero ahora era extremadamente irritable, con frecuencia le daban ataques de ira, los cuales le era difícil de controlar.
A Derek le preocupaba esa situación y en innumerables ocasiones le había pedido consultar con un especialista ya que él pensaba que se trataba de algún trastorno de índole médico y no de simple carácter, pero él se negaba sistemáticamente, por eso para él había sido un gran reto dejarlo ir a los Ángeles y confiar en él soltándole parte de su empresa que tanto esfuerzo le había costado levantar, ya que la había convertido en una gran empresa reconocida mundialmente, aun así decidió arriesgarse y no solo eso, le había prometido dejarlo solo manejándola y no entrometerse más que lo estrictamente necesario como dueño que era de ella y hasta la fecha lo más que Rob le había permitido acercarse era aceptarle una llamada cada mes para informarle cómo iban las cosas.
Ahora a la vuelta de dos años, se arrepentía de no haber estado más al pendiente de Rob, pero él no le permitía acercarse, al grado de que no se había enterado de su matrimonio hasta mucho tiempo después y no sabía que esperaba a su primer bebé hasta que llegó allá y vió por primera vez a su esposa, ella contaba con 7 meses de embarazo y él apenas se enteraba.
Aún estaba sorprendido por lo que había encontrado allá, o Rob era un as del engaño o verdaderamente tenía un matrimonio envidiable, con una excelente esposa, con un bebé en camino y una empresa donde no pasaba nada y los reportes recibidos tendrían que ser una equivocación.
Sin duda él tenía un sexto sentido que lo hacía ponerse en alerta, pero no veía nada fuera de lo común, no lograba distinguir en donde se encontraba la falla.
De no ser porque tuvo que regresar a atender asuntos urgentes de la empresa, aún se encontraría allá, lo único que delataba a su hermano era la incomodidad que no podía disimular al estar ante él, aunque lo intentara de mil formas.
De cualquier manera no importaba, en una semana resolvería sus asuntos y regresaría, necesitaba sentarse y hablar con su hermano, en esta ocasión solo se había dedicado a ser un simple espectador, la próxima vez sería diferente.

LA MUJER DE MI HERMANOWhere stories live. Discover now