Capítulo 8 DE VUELTA A CASA

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Dos horas después, por fin el médico de Hania se presentaba en la sala de espera a donde lo habían conducido, iba acompañado de otro médico.

Él se puso de pie de inmediato y se acercó a ellos.

_Señor Harrison, él es el doctor Harold Mackenzie, es el pediatra de su sobrino.

_Mucho gusto Sr Harrison, por desgracia no le tengo buenas noticias acerca del bebé, como sabe fue prematuro y eso en sí ya trae complicaciones además al momento de nacer permaneció un tiempo considerable sin recibir el oxígeno suficiente en su cerebro, por lo que es muy probable que durante su desarrollo presente algunas deficiencias.

Aún es muy pronto para poder evaluar el daño, pero es importante que lo sepan para que estén preparados y no sea una sorpresa cuando se presente el caso.

Derek se sintió morir, no podía estarle yendo peor ese día, acababa de perder a su hermano, su sobrino tenía problemas de salud y Hania... ¿cómo estaba Hania?, la última vez que la vió también tenía problemas.

_ ¿Y mi cuñada? -se volvió hacia el medico de ella.

_En unos momentos la pasaran a recuperación, su estado de salud también es delicado, el hecho de que nunca acudiera a sus chequeos regulares propició que no se tratara el cuadro de anemia que presentaba y en esas condiciones una hemorragia por pequeña que sea es peligrosa.
Ya está fuera de peligro pero su estado se considera delicado, tendrá que permanecer en observación uno o dos días más.

_ ¿Podré verla? -preguntó, aunque en el fondo no quería hacerlo, ¿Cómo le daría tantas malas noticias?, ¿con qué cara le diría que su esposo había muerto y que su hijo tendría que permanecer por un largo periodo hospitalizado y no solo eso sino que quizás nunca fuera un niño normal?.

_En cuanto esté lista lo llevaremos a su lado. -le anunció.

Ambos médicos se despidieron y él se quedó solo.
Por primera vez en muchos años no se sentía así, solo y desamparado, la primera vez fue cuando murió su madre y la última cuando perdió a su padre.

Cuanta falta le hacían ambos y ahora su hermano, prácticamente se había quedado solo.

Tenía primos y tíos por parte de sus padres, pero vivían tan ensimismados en su mundo pensando en el dinero y que beneficios poder obtener de éste que prácticamente era como si no los tuviera, ni siquiera les avisaría, sabía que tendrían cosas más importantes que hacer que perder el tiempo viajando para asistir a un funeral, así eran ellos.

*****
Hania despertó, se sentía adolorida y mareada, por instinto se llevó sus manos al vientre y lo notó plano, entonces fue consciente de donde se encontraba y de que su bebé había nacido. -intentó incorporarse pero alguien se lo impidió.

_Hania. -escuchó su voz y sintió su mano sobre su hombro impidiéndole levantarse. _tranquila, no te puedes levantar, estas débil.

_ ¡Mi bebé!-exclamó angustiada. _ ¿en dónde está mi bebé?

_Recuerda que nació antes de tiempo, está en la incubadora.
-trató de tranquilizarla. Supongo que cuando estés más recuperada te llevarán a verlo.

_ ¿Está bien?, ¿lo viste?

_Sí, lo vi, tranquilízate, es hermoso aunque muy pequeño.

_Como desearía que Rob estuviera aquí. -expresó su deseo en voz alta.

El corazón de Derek se contrajo de dolor. ¿Cómo decirle?

_Tu que lo ves -continuó ella. _por favor dile que lo extraño y que lo quiero. -su voz se quebró, sabía que si su matrimonio no había funcionado en este tiempo, ahora con el bebé de por medio ya no funcionaría, Rob no olvidaría y no perdonaría y ella se veía en la necesidad de escoger y aunque se le partía el corazón no podía abandonar a su hijo aunque su padre fuera un delincuente, no lo dejaría, no lo haría, también era su hijo y llevaba su sangre.

Su llanto se intensificó.
Quiso darse la vuelta para que él no la viera llorar, pero sus brazos se lo impidieron, iba a protestar pero se sintió tan reconfortada que se dejó envolver en ese abrazo cargado de ternura, de comprensión, como si el conociera todos sus secretos y la entendiera.

Por unos segundos hubiera jurado que él estaba llorando al igual que ella, pero no... estaba muy sensible y se imaginaba cosas.

*****
Hania entró a su casa, se sentía tan fría, tan vacía, como ella misma.

Hacía una semana que había estado por última vez en ese lugar y los recuerdos se agolpaban en su mente, en realidad la mayoría eran recuerdos amargos, pero no pensaría en eso, Rob merecía que lo recordara bien, él la había amado de eso no tenía duda, pero su problema había sido más fuerte que su amor.

Derek le había asegurado que él accidente donde murió había ocurrido cuando él se dirigía camino al hospital para estar con ella, deseaba creerle, se aferraba a esa idea, tenía que hacerlo para poder sobrevivir y enfrentar lo que viniera.

Cuando recibió la noticia no podía creerlo, y aunque había tomado la decisión de alejarse de él, jamás pensó que no lo volvería a ver o que no tendrían otra oportunidad de reconciliarse.

Él había sido su primer y único amor y ahora no sabía cómo vivir sin su presencia, aunque no le hubiera ido tan bien, pero era todo lo que tenía y el único amor que conocía, él la había amado, aunque a su manera.

Ahora a la vuelta de una semana, se encontraba ahí sola, sin nada, iba a recoger sus pocas pertenencias, esa casa ya no la consideraba suya, de hecho nada de lo que le pertenecía a Rob lo consideraba suyo, su matrimonio solo había sido de nombre así que no tenía nada que reclamar, si él en vida le había negado ese derecho de considerarla su casa y le había escatimado aún el pan que se llevaba a la boca, entonces no tenía oportunidad. Aunque ella sabía que lo había hecho cegado por la ira de no poder tenerla, de no poder consumar su matrimonio y en última instancia porque de verdad ya no tenía la liquidez de que antes gozaba debido a los malos manejos que estaba haciendo al asociarse con gente indebida.

Se encontraba en la sala estaba observando por última vez lo que había sido su hogar por cerca de siete meses, las lágrimas surcaron sus mejillas, no sabía que iba a hacer, no tenía a donde ir, lo poco que había sacado le cabía en una maleta que llevaría al hospital y el poco dinero que le quedaba lo utilizaría para comprarle lo básico a su bebé.

En cuanto a donde iría, se daba cuenta con horror de que su única opción eran sus tíos y aunque se había jurado no volver jamás, ahora se planteaba la posibilidad de rogarles si era necesario porque muy probable mente no la aceptarían con un bebé a menos que eso implicara una muy buena ganancia para ellos.

*****
Derek se encontraba en el área de incubadoras, se había escapado de la oficina para ver cómo se encontraban Hania y su bebé, pero no la había encontrado, una enfermera le informó que ella había salido a comprar algunas cosas que necesitaría para su bebé, eso no le agradó, ella aún se encontraba débil y podía pasarle algo, pero tuvo que conformarse. Hacía cinco días que la habían dado de alta pero no había querido moverse de ahí.

Él estaba preocupado, parecía una autómata, si él no le llevaba algo de comer ella no comía, si él no le traía ropa de su casa, ella podía permanecer con el mismo cambio por días, no se ocupaba de sus necesidades en lo más mínimo, solo permanecía sentada al lado de su bebé y se alejaba de él cuando médicos o enfermeras le pedían que saliera.

La noticia de la muerte de Rob, le había sentado muy mal, a diario la sorprendía llorando, o perdida en sus pensamientos, en varias ocasiones la había escuchado pronunciar su nombre, reprochándole porqué la había dejado y diciéndole que se sentía sola y desamparada. Esto le partía el corazón ya que no podía verla sufrir, además de que le había prometido a su hermano que la ayudaría y la protegería y estaba fallando, les estaba fallando a ambos.

LA MUJER DE MI HERMANOWhere stories live. Discover now