Capítulo 3 DE REGRESO

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Rob salió de su habitación, aún se sentía aturdido, con paso vacilante se dirigió hacia la de huéspedes, no tocó.
Con cuidado utilizó la llave de la cual no se había acordado la noche anterior debido a su estado de exaltación, al abrir se sobresaltó al no ver a Hania sobre la cama, esta ni siquiera había sido deshecha, con angustia pensó que se había marchado, y un sudor frío atravesó su cuerpo, no... no podía irse, no podía dejarlo, él la amaba, se moriría si ella se iba, angustiado se movió para dirigirse hacia el cuarto de
baño, quizás ahí estuviera, al
rodear la cama se quedó paralizado... ahí, en el piso helado estaba ella, el sueño y el cansancio la habían vencido.
Se sintió morir, él y nada más que él era el culpable, si algo le pasaba no se lo perdonaría.
Con un movimiento rápido se acercó a ella.
_Hania -la movió con cuidado.
Ella se movió, abrió sus lindos ojos sin fijarlos en ningún punto en particular, parecía estar dormida aún, de pronto lo reconoció y de un salto se incorporó en la medida en que su avanzado estado de embarazo se lo permitía.
_ ¡No!, ¡por favor! -suplicó aterrorizada, cubriéndose con las manos esperando que él descargara su furia sobre ella, no sería la primera vez que lo hacía.
_Tranquila -trató de acercarse con el alma en un hilo, no alcanzaba a comprender por qué ella le tenía tanto miedo.
Ella retrocedió angustiada, no se fiaba de él, lo amaba pero conocía de primera mano los ataques de ira que él experimentaba, lo peor era que rara vez recordaba la magnitud de lo que había hecho.
_Amor, por favor, tranquila. -se acercó a ella tomándola entre sus brazos, agradecido de que no se hubiese marchado. Ella sollozaba temblorosa. No tenía opción estaba entre la pared y sus brazos, así que se dejó llevar por ese abrazo tierno que él le ofrecía, hacía tanto tiempo que no estaba así con él, quiso aferrarse a esa sensación de seguridad que sintió, que se abandonó a sus brazos y lloró, lloró aferrándose a la esperanza de que él podría estar cambiando.

*****
Hacía rato que la junta había dado inicio, Derek ocupaba la cabecera de la sala de juntas como dueño y presidente de la empresa, los ejecutivos hacían sus presentaciones conscientes de que su jefe no los estaba escuchando, sus pensamientos estaban muy lejos de ahí, su hermano los acaparaba por completo. Intentaba encontrar la forma de confrontarlo sin hacerle más daño del que ya tenía, era cierto que había prometido no meterse con el manejo de la sucursal de los Ángeles, pero ésta iba en picada y necesitaba tomar el control antes de que fuera demasiado tarde, también estaba lo de su casa, esa casa era de él, le había enviado dinero a Rob para que se hiciese de ella pero lo pagado no correspondía al tipo de vivienda ni a la ubicación de ésta, también en eso le había mentido su hermano y no tenía idea de que estaba haciendo con esas enormes cantidades de dinero que estaba perdiendo. Solo esperaba que los asuntos que lo retenían se solucionaran rápido para poder regresar y poner orden antes de que fuese demasiado tarde.

*****
Hania preparaba la cena esperando que en esta ocasión Rob si llegara temprano a casa, la alacena casi estaba vacía como siempre y ella tenía que ingeniárselas para darle algo decente que comer, lo triste era cuando él no llegaba y esa comida se desperdiciaba, pero ya estaba acostumbrada, aunque seguía doliendo.
El timbre de la puerta se escuchó, ella se apresuró a abrir, por un momento se cruzó en su mente la idea de que algo le podía haber pasado a Rob.
Abrió y se quedó sin aliento, parado frente a ella estaba de nuevo él, el hombre que le quitaba el sueño, el hombre que la sacaba de sus casillas, el hombre que hacía tambalear su vida y la de su esposo tan solo con su presencia, el hombre que la incomodaba con tan solo mirarla y que había trastocado su mundo conocido.
_ ¿Puedo pasar? -preguntó con su equipaje aún en el piso y su maletín en su mano ante la indecisión de ella.
_Sí, por supuesto se movió dejándole el paso libre.
Él tomó su pequeña maleta y su maletín y entró esperando a que ella le indicara en donde dejar sus cosas, cosa que nunca sucedió, por lo que él discretamente los dejó a un lado del sillón en un lugar donde no molestara a sus anfitriones.
Hania observó lo que hizo pero, no tenía opción, prefería pasar por descortés a enfrentar la furia de su esposo, no tenía idea de qué forma actuar, ni siquiera sabía si su esposo le permitiría que se quedara y había otro problema, las cosas de Rob estaban en la habitación de huéspedes, donde él había dormido la vez anterior y aunque quisiera no podía sacarlas sin que Derek se diera cuenta.
_Supongo que Rob no se encuentra en casa -afirmó más que preguntó, había llamado a la oficina antes de aterrizar y le habían informado que Rob no había regresado después de la hora de comida, por lo que supuso que estaría en casa
_No tardara en llegar. -dijo tensa.
El sintió esa tensión, deseaba poder lograr que se relajara y que estuviera tranquila sobre todo por ese bebé que esperaba, pero, pensó sarcástico, el primero que necesitaba relajarse era él, tenía que hablar con su hermano y no sería fácil, le habían llegado los informes que le envió el detective que había contratado en esa semana.
Había sido muy eficiente.

*****
Sentados a la mesa Derek la observaba con una mirada penetrante, ella estaba incomoda, preocupada y angustiada, había optado por ofrecerle a Derek la cena que su esposo ya no se comería, lo habían estado esperando en vano y ya era tarde, ahora estaba en la disyuntiva de pedirle que se marchara u ofrecerle la habitación de ella para que no se diera cuenta de que Rob dormía en la de huéspedes, sabía que de cualquier forma se enteraría, era muy observador y muy perceptivo.
_Te prepararé una habitación. -se puso de pie ella.
_No, espera. -la detuvo del brazo.
El solo contacto con ella le provocó una extraña sensación, ella también lo sintió y se apartó de inmediato.
_Voy a esperar a Rob aquí en la sala.
Ella no supo si alegrarse o angustiarse más, pues no sabía a qué horas llegaría Rob ni en qué condiciones y por supuesto habría problemas entre los dos hermanos.

*****
Mientras Derek esperaba ayudó a Hania a lavar los trastes de la cena, luego ella se despidió y se marchó a su habitación, era evidente que se encontraba sumamente nerviosa. _ ¿y cómo no? -pensó. Casi era media noche y su esposo no regresaba y él estaba ahí incomodándola, ella intuía que algo se avecinaba, él hubiera querido tranquilizarla y decirle que todo estaba bien pero sabía que no era así y no sabía si después de hablar con Rob algo volvería a estar bien.

*****
Eran las tres de la mañana, el ruido que hizo la puerta principal al abrirse lo despertó, no se movió de su lugar en el sofá donde se había quedado dormido, cuando logró enfocar en la oscuridad distinguió la silueta de Rob, venía en pésimas condiciones, caminó tambaleándose y no fue una sorpresa para él verlo dirigirse hacia la habitación de huéspedes y no a la de su esposa, él lo intuyó desde que Hania no le ofreció una habitación para que descansara y aparte estaban los informes recibidos, no solo había números y letras, había fotografías, muy explícitas por cierto, sintió lástima por Hania y unas inmensas ganas de romperle la cara a su hermano, como era posible que teniendo la mujer que tenía fuera capaz de buscar en otro lado. Se sentía muy enojado con él, estaba a unos meses de tener a su bebé y él tirando su vida por la borda, ¡por favor!, ¿en qué pensaba su hermano?

*****

_ ¿Qué?, ¿por qué lo dejaste quedarse? -gritó furioso.
Hania se había levantado muy temprano, después de todo no había podido dormir casi nada y ahora estaba en la habitación de Rob informándole que su hermano se encontraba en la sala esperándolo.
_Te estuvo esperando -dijo con temor ante su reacción. _no lo podía correr.
_ ¿Por qué no? -gritó furioso poniéndose de pie. _no es bienvenido en esta casa.
_Rob... no podía echarlo, no sabía que tu no lo querías aquí.
_Claro que lo sabías. -la miró con furia. Dime ¿que hicieron anoche? -acortó la distancia que los separaba.
_Por favor Rob, es tu hermano.
_Lo sé -gritó fuera de sí. _es mi hermano pero también es un hombre. -la tomó de los hombros con brusquedad, dime, ¿lo comparaste conmigo? -la zarandeó. _ ¿es mejor que yo?
_Rob, me lastimas. -estaba al borde del llanto.
_ ¿Te gusta? -la estrujó con más fuerza. _¡Dime! _ ¿te gusta? -gritó fuera de sí.
_ ¡No!, ¡por favor suéltame! -suplicó.
_¡No puedo confiar en ti! -le gritó a la cara. _estuviste toda la noche sola con él.
_Rob, no...
_ ¡Cállate! -le dio una bofetada
Ella sintió arder su mejilla luego sintió como la aventaba hacia la salida. Trastabillo, quiso mantener el equilibrio pero le fue imposible, cerró los ojos esperando el golpe al caer, pero en lugar de eso sintió como unos fuertes brazos la sostenían. Angustiada abrió los ojos y se encontró con la mirada de preocupación de Derek.
_Tu ¿qué haces aquí? -se escuchó el grito furioso de Rob. Luego ambos fueron separados con brusquedad, Hania fue y dio de llano contra una mesa de noche, pero se incorporó de inmediato.
_¡Basta Rob!, ¿qué te pasa?
_lo detuvo Derek furioso.
__¡Me pasa que no me da la gana que estés en mi casa! -gritó fuera de sí. _¡lárgate! -le señaló la salida.
_Rob, tranquilízate, tenemos que hablar, lo tomó de los brazos impidiendo que siguiera tirando manotazos como loco.
_¡No quiero hablar! -se removía intentando soltarse.
_No te dejaré hasta que hablemos. -apretó su agarre.
_Está bien -dijo después de unos minutos que permaneció inmóvil. -conocía a Derek y sabía que no lo iba a dejar en paz hasta que aceptara, intentó calmarse, de reojo observó a Hania, se había apartado hacia un rincón, permanecía abrazada a sí misma, con los ojos llorosos pero se veía bien gracias a Dios -pensó.
_Bien -empezó Derek a aflojar su agarre. _salgamos de aquí. Lo movió hacia la salida, no sin antes buscar con la mirada a Hania, la observó estremecerse por el llanto, sabía que se estaba conteniendo, gracias a Dios se veía bien, se llevaría a Rob para darle tiempo a ella de recomponerse.

LA MUJER DE MI HERMANOWhere stories live. Discover now