EPILOGO

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El corazón de Derek estaba destrozado, no solo por tener que despedirse de su querido hijo, y tener que dejarlo bajo aquella loza de cemento fría e impersonal, sino por tener que ver a su amada esposa deshecha por la tristeza.

Ambos permanecían tomados de la mano ante aquella tumba donde ya descansaba su hijo, Hania se estremeció cuando Derek la rodeó con sus fuertes brazos, ella sabía que él estaba tan destrozado como ella pero como siempre anteponía su bienestar y sus sentimientos para protegerla.

Estos últimos dos años habían sido maravillosos.

Después del trasplante de Adam las cosas les habían ido mejor.

Hania por fin había superado sus temores y dudas, había hecho las paces con sigo misma y con Mark.

*****
Adam había evolucionado satisfactoriamente, sus padres se habían casado y él no podía ser más feliz, sobre todo porque habían llegado a su vida nuevas amistades, tres hermosas niñas que lo amaban con locura y lo hacían disfrutar de la vida y estaban dos adultos que lo amaban igual que ellas, se sentía feliz cuando ellos estaban, pero no se comparaba con lo que sentía cuando estaba con sus padres, su madre lo amaba y lo cuidaba, pero su padre, con Derek era como tocar las estrellas, con él se sentía seguro como con nadie más, como esa noche que se sintió tan mal, estaba seguro de que él lo protegería como siempre lo hacía y no lo defraudó, todo sucedió tan rápido, cuando sintió que no podía respirar bien y pulsó el botón que él había puesto en su habitación para llamarlos si algo no andaba bien y de inmediato ahí estaba él , lo tomó en sus brazos, y le habló palabras hermosas que lo tranquilizaron mientras al mismo tiempo llamaba al servicio médico, no supo a qué horas llegó la ayuda, el solo fue consiente de que su padre estaba ahí y lo abrazaba con ternura y le hablaba al oído y con esa voz que lo tranquilizaba se fue yendo hasta que no supo más de sí mismo.

*****
Mark, Karen y sus niñas se alejaron del panteón donde había quedado ese pequeño guerrero, que les había hecho pasar tantos momentos felices, nunca imaginaron que finalmente él uniría a las dos familias como si fueran una sola y ahora solo quedaba un gran vacío, un paro respiratorio era lo que se lo había llevado, pero estaban seguros de que sus últimos años de vida los había vivido a plenitud, gracias a que había contado con una excelente familia que se había dedicado al cien por ciento a él y a hacer de su vida más llevadera dándole una inmejorable calidad de vida.

*****
Seis meses después Hania esperaba a Derek en el recibidor de su casa para despedirlo cuando él se fuera al trabajo, estaba absorta mirando el gran retrato que colgaba de la pared donde se apreciaba a Adam sonriendo feliz con sus padres uno a cada lado, también sonriendo felices.

Entonces sintió su presencia dos fuertes brazos la rodearon y su aroma la invadió, era el mejor hombre que hubiese podido encontrar en su vida, el hombre que dio todo por ella y por un niño que no llevaba su sangre, que movió cielo mar y tierra para que ella pudiera sanar sus heridas y para que él pudiera alargar su vida en esta tierra cuando los pronósticos no eran alentadores y los médicos solo le daban meses, y no solo había logrado prolongar su vida un poco más, sino que ese tiempo había sido un tiempo de calidad, lleno de amor, de risas, de compañerismo.

_Te amo. -susurró él sobre su oído.

Ella sonrió y le iba a contestar del mismo modo, cuando sintió que las fuerzas le fallaban, quiso mirar su rostro pero su vista estaba borrosa, intentó sujetarse a él, pero no lo logró, si él no la hubiese estado sosteniendo hubiese caído irremediablemente.

_Hania. -exclamó él aterrado al sentir como su cuerpo se desvanecía.

Su primer impulso fue llevarla a su habitación y llamar al médico pero no podía perder tiempo, la tomó en sus brazos y salió con ella subiendo a su auto. Dio indicaciones a su chofer hacia donde dirigirse mientras él llamaba a su médico de confianza.

*****
Hacía quince minutos que la habían ingresado al hospital, había recuperado la conciencia y el médico les había dicho que esperaran a que tuvieran los resultados de los análisis que le habían mandado hacer.

Mientras esperaban en la habitación ella lo miró con agradecimiento.

El sostenía su mano.

Aunque aparentaba estar sereno ella sabía que estaba tenso y preocupado.

_Amor -lo miró a los ojos. _nunca te agradecí por haber amado tanto a Adam y por haber estado siempre para él.

_Era mi hijo. -dijo sin inmutarse. _lo amaba como a nada en el mundo... después de ti -aclaró con una sonrisa traviesa.

Ella sonrió, también ella lo amaba más que a nada en el mundo, estaba tranquila sabiendo que su pequeño ya no sufría más y que ahora era más feliz de lo que había sido aquí y que ahora estaría al lado de Rob, quien también estaría feliz.

*****
El médico entró, su cara era inexpresiva y eso los asustó.

_Bueno -dijo mirándolos a ambos, según los estudios que hemos practicado tengo que decirles que no tienen de que preocuparse, todo salió bien, su esposa está en perfectas condiciones.

_Pero... -iba a protestar Derek.

_Lo sé. -lo interrumpió el médico, se preguntarán del porqué del desmayo, bien pues petmitanme felicitarlos, van a ser padres.

Ambos se miraron.

Derek no podía creerlo, iba a tener un hijo, un hijo que llevaba su sangre y era de Hania, el amor de su vida, la mujer por la que había esperado tanto tiempo, la mujer que su hermano también había amado pero que había despreciado.

Ahora ella era suya y el hijo que esperaba también.

La abrazó con fuerza y no logró retener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, no podía imaginarse cuanto amor podría sentir por este bebé si el amor que sintió por Adam era incalculable y no era sangre de su sangre, cuanto más amaría a este, que había sido concebido por su amor por Hania.

La besó con ternura, ella también estaba conmovida, quizás haciéndose los mismos cuestionamientos que él, pero de una cosa estaba seguro, este bebé vendría a ser un bálsamo para minimizar y llenar el vacío que Adam había dejado.

_Gracias. -fue lo único que pudo decir y volvió a sellar sus labios con un beso, la amaba y siempre la amaría.

Ella lo abrazó correspondiendo a su beso, luego se sonrieron uno al otro.

Ya no era la mujer de su hermano, de hecho nunca lo habia sido, ahora era suya y el bebé que empezaba a formarse en su vientre tambien era suyo.

En ese momento se sintió euforico y dio gracias a Dios porque no podía irle mejor en la vida que en ese momento.

                             FIN

LA MUJER DE MI HERMANOOnde histórias criam vida. Descubra agora