Capítulo 9 HUIDA

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Hania regresaba de su casa, dejó su maleta en un pequeño cubículo con una cama que Derek había conseguido que le dieran para que descansara mientras permanecía ahí, casi nunca lo usaba pero era una ventaja contar con él.

Con paso cansado se dirigió hacia el área de incubadoras.

Al llegar lo primero que miró fue a aquél hombre, su tamaño y el poder y la autoridad que emanaba infundado en ese costoso traje a la medida contrastaba con la ternura con que le hablaba a su bebé, con la delicadeza con la que lo acariciaba, no pudo evitar compararlo con su hermano y de inmediato se sintió mal por ello, pero era tan difícil no hacerlo, eran como la noche y el día.

No podía olvidar todo el apoyo que él le había otorgado todos esos días, sin él no sabía lo que hubiera hecho, seguiría hecha un lio con todo ese montón de papeles que firmar y obligaciones que cumplir como la esposa de Rob que era, pero él le había quitado esa carga, había estado con ella, ayudándola, asesorándola y haciéndose cargo él de lo que él si podía hacer como encargarse del funeral de su esposo, a ella la había sacado del hospital para llevarla y que estuviera presente en su último adiós y se lo agradecía con toda el alma, y luego la había regresado al término de éste.
También había estado presente cuando estaba tan agobiada y tan cansada que le era imposible levantarse de la cama y atender algún requerimiento que médicos o enfermeras hacían para su bebé y él lo atendía, cuando la depresión hacía presa de ella y él se acercaba y en silencio con solo un toque de su mano la confortaba, cuando le pedían que firmara cuentas por pagar en el hospital y él ni siquiera permitía que llegaran a sus manos haciéndose cargo personalmente de ellas.

Esa era otra de sus peores pesadillas, ¿Cómo pagaría todos los gastos que se habían generado?, no solo los de su parto, los que generaba día a día su bebé, los que había generado la atención que le brindaron a su esposo, eran cifras que jamás en su vida había visto ni vería, todo esto la tenía al borde del colapso.

*****
Derek se apresuró a terminar todos sus pendientes en la oficina, por primera vez se sentía feliz, después de un mes de hospitalizado daban de alta al bebé de Hania, se sentía ansioso por sacarlos de ahí, Hania no lo sabía pero había comprado una casa para llevarlos ahí, había mandado acondicionar una recamara para el bebé y otra para ella, ellos estarían juntos y él los cuidaría, como se lo prometió a su hermano.

Tenía que reparar tantas cosas que su hermano se había encargado de destruir, entre ellas por desgracia estaba incluida su familia.

Hacía unas semanas se había enterado de que la casa que habitaban él y Hania ni siquiera le pertenecía, había sido alquilada dos años atrás, y muchas cosas como esas iban saliendo a la luz día con día ante la deseperación de Derek.

Se sentía impotente, enojado, frustrado, su esfuerzo de tantos años se estaba yendo a la borda por un año de malos manejos de su hermano, la empresa estaba hecha trizas, la auditoría estaba arrojando datos asombrosos, incluso se había estado intentando distribuir droga a través de ella, lo que ponía en entre dicho no solo esta sucursal sino las que tenía por todo el mundo incluida la matriz en Nueva York, la autoridad ya había tomado cartas en el asunto y por fortuna parecía ser que la participación de su hermano se limitaba a haber sido tan ingenuo que había permitido que alguien más tomara el control de la empresa sin siquiera él darse cuenta.

Ahora Derek estaba en la disyuntiva de cerrar esta sucursal y dedicarse a las que le quedaban, o si valdría la pena arriesgarse e intentar levantarla, esto último no por él, en realidad no la necesitaba, pero eran cientos de empleos los que dependían de ella, de hecho habían empezado ya los despidos, había demasiada gente innecesaria, contratada por capricho por el gerente de personal que Rob había contratado.

LA MUJER DE MI HERMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora