Capítulo 14 ¡SALVALO!

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Confusión... médicos y enfermeras corriendo de un lugar a otro... llanto...desesperación... fue lo que Derek encontró al llegar al hospital a donde habían llevado a Adam de emergencia, ante una nueva crisis. Hania estaba acurrucada en un rincón de la salita de espera, las lágrimas fluían sin control por sus mejillas, nada más levantar la vista y ver a Derek se levantó de un salto y corrió a sus brazos, él la recibió con ternura, se sentía tan frágil, tan vulnerable, hubiera querido protegerla de cualquier dolor pero no podía y menos cuando a él le dolía tanto como a ella, ese pequeño era su hijo, su adoración, su vida, ¿cómo evitar que pasara por eso, se moría y él con su mucho dinero y poder no podía hacer nada, sino estar ahí haciéndose el fuerte para poder reconfortar a la mujer que amaba y sostenerla para que ella no cayera.

Una hora después el medico salió.
_Su hijo ha sido estabilizado -anunció. _pero no tengo buenas noticias, necesita el trasplante con urgencia, de lo contrario no creo que resista mucho más, por el momento está estable, podrán verlo en unos minutos más, se les avisará cuando esté listo. -se marchó.
Hania no pudo contener el llanto, a pesar de que Derek la envolvía en sus brazos ella estaba perdiendo el control y el la comprendía porque se sentía igual.
_ ¡Derek!, ¡se muere!, ¡mi bebé se muere! -lloró amargamente. _si tan solo supiéramos quien es su padre. -sollozó con dolor. _ ¡por favor ayúdalo! -lo miró con angustia, como si él de verdad pudiera hacerlo. _ ¡sálvalo Derek! -gritó con desesperación. _ ¡por favor sálvalo!, se aferró a sus brazos lastimándolo, _ ¡por favor sálvalo! repitió derrumbándose.
El corazón de él se hacía añicos con cada súplica de parte de ella, _ ¿salvarlo?, ¿cómo podía el salvarlo, si estaba a punto de derrumbarse junto con ella?, por fin poco a poco se fue calmando, una enfermera le había suministrado un tranquilizante a petición de él.

Cuando ella se hubo dormido él la recostó en un sofá colocado cerca de la cama donde llevarían a Adam. La enfermera le aseguró que ella estaría bien, entonces él salió. No volvió la vista atrás, tenía una determinación y no iba a descansar hasta conseguir lo que se había propuesto.

*****
Derek estaba en su oficina, era tarde, a esas horas no había nadie en la empresa donde se había refugiado.

Desde que salió aquella mañana del hospital no había vuelto.

Después de dos días y una noche de llamadas y reuniones continuas por fin le llegaba la llamada esperada.

Sin pensarlo tomó su saco y salió de prisa.

*****
Hania estaba al lado de su hijo, su pequeño de tres años, que luchaba por sobrevivir.
Se sentía agotada, se había cansado de tanto llorar, sentía la soledad y el abandono. Cuanta falta le hacía Derek, desde el día que internaron a Adam y la había dejado dormida no había vuelto.

Ciertamente desde donde estaba se había ocupado de que nada le faltara ni a ella ni a su hijo pero ella lo necesitaba a él y estaba angustiada pensando que al final él se había cansado de ellos, lo había presionado tanto la última vez que estuvieron juntos que probablemente no volvería.

El corazón se le encogió de solo pensarlo.

*****
Era jueves, Mark estaba ansioso, deseaba que fuera lunes para presentarse en la empresa donde había trabajado y volver a ocupar su puesto, entonces y solo entonces se permitiría volver a soñar. Podría retomar todos esos sueños que habían sido destruidos años atrás, aunque ya nada sería igual, ¿quién le devolvería todos esos años de angustia y zozobra que pasó en prisión?, ¿quién le devolvería todo ese tiempo que se perdió al lado de su familia?, ¿el ver crecer a sus niñas?, ¿el estar al lado de su esposa quien había cargado con toda esa responsabilidad sobre sus hombros, con un esposo en la cárcel, con tres niñas pequeñas y tener que trabajar para mantenerlos?,
Con tristeza miró a su alrededor, esa casa desvencijada que era lo mejor que podían pagar después de haber vivido en un lugar exclusivo y de haberlo tenido todo, ahora tenían que sobrevivir día a día y no les era suficiente. Pero estaba ella, su esposa, que no lo había dejado en ningún momento y por ella tenía que levantarse y luchar y volver a salir adelante.

-Mark. -se asomó ella por la puerta entreabierta de la pequeña recamara, su rostro estaba pálido y una sombra de temor cubría sus ojos.

_ ¿Qué sucede? -se sobresaltó al verla en ese estado.

-La policía... te busca. -dijo con voz temblorosa.

Su corazón se detuvo, no... no, no podía ser de nuevo... no resistiría regresar a la cárcel, estuvo tentado a huir, pero no podía agregar un problema más a su amada esposa, no lo haría, tendría que enfrentar lo que viniera, aún sin saber de qué se trataba.

Cuando salió dos hombres corpulentos lo esperaban, se identificaron y le pidieron que los acompañara, él no opuso resistencia solo dio gracias a Dios de que sus pequeñas no estuvieran en casa para ver eso, le dio un fuerte abrazo a su esposa, le prometió que todo estaría bien, la besó y se fue con ellos.

Durante el trayecto no preguntó nada y ellos no dijeron nada, solo se limitaron a bajarlo del auto cuando llegaron y lo condujeron al interior de un cuarto donde lo único que se encontraba era una mesa tipo escritorio y dos sillas, por suerte no lo habían esposado.

El permaneció de pie, estaba demasiado nervioso, todos sus sentidos estaban alerta, no sabía qué hacía ahí, nadie le explicó nada, el supuso que el infierno que había comenzado años atrás aún seguía vigente, no había otra explicación, probablemente habían encontrado nueva evidencia que ahora sí lo implicaba en el tráfico de droga de la empresa donde había trabajado y a donde de no ser porque ahora estaba detenido se presentaría el próximo lunes.

*****
Derek bajó del auto, ya lo esperaban, fue conducido hasta una elegante oficina.
_Hola. -saludó al llegar. ¿Es vedad que lo tienen? -fue lo primero que preguntó.
_Así es.-contestó uno de los presentes, fue muy difícil dar con él porque estábamos buscando a dos sujetos, pero resultó que eran tres.
-¿Tres? -interrogó. -ella siempre dijo que habían sido dos.
_Bueno, el caso es que dimos con él, si hubieran puesto una denuncia las cosas se hubieran dado más rápido pero no entiendo porque no lo denunciaron.
_Yo tampoco mintió Derek imaginándose a su hermano vuelto loco gritando y prohibiéndole a Hania hablar de lo que le había sucedido. Derek se quedó callado, no podía creer que habían encontrado a ese hombre.

_ ¿Cómo saben que es él?, ¿cómo pueden estar seguros de que no es cualquier otro? -los miró con incertidumbre.

_Por el lugar donde sucedieron los hechos, esos tres eran las únicas personas que se encontraban cerca, además interrogamos a los otros dos y ambos coincidieron en que fue él, ¿sabes que no se han visto entre sí desde que están en prisión? y ambos contaron la misma historia, ambos coinciden en que le tendieron una trampa para quitárselo de en medio a su jefe y era inocente de trafico pero lo otro fue real, él lo hizo, sin lugar a duda.

Derek se pasó una mano por entre el cabello, eran muchas emociones contradictorias las que sentía en esos momentos, sentía rabia e impotencia porque ese hombre no había recibido su castigo por lo que había hecho, sentía dolor por todo el sufrimiento por el que había tenido que pasar Hania todo este tiempo y sentía alegría porque Adam, su pequeño tenía una oportunidad de vida real, palpable y estaba en ese hombre.

_ ¿Puedo verlo? -dijo por fin.
_ ¡Claro! -dijo uno de los hombres. _solo recuerda que no está detenido y que si no quiere ir contigo no está obligado a hacerlo, además espero que no armes un escándalo cuando lo veas, yo entiendo tu coraje pero esto es un favor que se te está haciendo no solo de mi parte que soy tu amigo, si no que viene de más arriba, así que confiamos en ti.

_Gracias. -dijo Derek, el más que nadie sabía las influencias que había tenido que mover y la cantidad de llamadas que había tenido que hacer y las reuniones a las que había tenido que acudir para poder llegar a ese resultado, era la ventaja de ser quien era y de tener buenos contactos en todos los niveles del gobierno.

*****
Hacía como tres horas que Mark permanecía encerrado en ese lugar, pequeñas gotas de sudor perlaban su frente, estaba a punto de sufrir un ataque de ansiedad, quería salir, quería irse de ese lugar y estar al lado de su esposa abrazando a sus niñas, las había echado tanto de menos y ahora que apenas tenía tres meses de haberlas recuperado, ¿sería apartado de nuevo de ellas? Abatido se sentó en una de las sillas, tenía la cabeza agachada entre sus manos cuando escuchó la puerta abrirse, levantó la mirada y sus peores sospechas se volvieron realidad. Ahí frente a él estaba parado su antiguo jefe, el mismo con el que tenía una cita el lunes próximo, seguramente venía a informarle que todo se cancelaba y que él volvería a prisión con nuevos elementos en su contra.

Por un momento pensó en defenderse, en suplicar una nueva oportunidad, pero se topó con una mirada tan fría, tan llena de odio que se quedó estático sin poder pronunciar palabra.

LA MUJER DE MI HERMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora