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            Sonaba Welcome to my life de Simple Plan cuando decidió ponerle atención a la lista de reproducción que había programado hace bastante rato para que el silencio no fuera tan abrumador. Frunció el entrecejo y los labios al mismo tiempo, aunque desistió de la mueca en los labios porque seguía doliendo como la mierda. Tenía el labio superior partido y terriblemente hinchado, y su nariz no lucía mucho mejor porque realmente habían pasado solo dos días desde aquella pelea con Frank y era obvio que no iba a recuperar su rostro así de rápido. Era una mierda, de todos modos, porque le avergonzaba tener que inventar excusas cuando iba a visitar a su hija al hospital. No quería que supieran que habían peleado porque entonces quizás iban a decidir que no era el mejor lugar para que Bandit viviera una vez saliera del hospital... y aunque, hasta el momento nadie le había hecho el comentario, en serio temía que su médico o las enfermeras con las que conversaba hablaran de eso a sus espaldas. No iba a permitir por ningún motivo que le quitaran a su hija por culpa de Frank. Y aunque posiblemente eso no iba a pasar, tenía miedo.

También tenía miedo de enfrentarse a sus amigos, su familia o a Bert. No quería preocuparlos o que sintieran lástima por él. No había una razón para sentir lástima, de todos modos. No era como que Frank le hubiese pegado. Él golpeó primero y Frank solo respondió el golpe porque debía hacerlo... oh Dios, ¿Acaso estaba excusando a Frank? Pero tampoco había una razón para no hacerlo. Aunque tampoco había necesidad de inventar una excusa. Solo eran dos adultos que se habían golpeado porque las palabras no habían sido suficientes. Aunque antes, cuando las palabras no eran suficientes pasaban al sexo... a veces era sexo muy brusco, pero era un buen canalizador de energía. Aunque ahora no quedaba el amor que había antes... no le daba miedo o pena golpearlo en la cara. No pensó en lo que iba a pasar después porque simplemente no le importaba qué pasaría después. Solo... en serio quería sacar a Frank de su vida, ahora más que nunca se daba cuenta de ello.

Suspiró y tomó su teléfono para cambiar a una canción más feliz, y luego de cambiar a una playlist de Pulp, fue a la cocina a prepararse un té. Le vendría bien un té. Para despejar la cabeza. Y luego tomaría otro antiinflamatorio para ayudar a su labio. Estaba concentrado escogiendo la taza que iba a ocupar cuando escuchó a alguien golpear la puerta. Su corazón se aceleró al instante y aunque no quería, fue hacia la puerta.

— Vete de aquí —dijo a través de la madera, cuando los nudillos golpearon una vez más.

— ¿Qué te hace pensar que voy a irme a algún lado? —era la voz de su hermano menor, y aunque no quería verlo en ese momento, suspiró aliviado y abrió la puerta. La mirada que recibió por parte de Michael no fue de sorpresa, como esperaba. Solo analizó la hinchazón en su rostro y luego pasó al interior de la casa, acomodando un mechón de su cabello— Si te sirve de algo... él luce mucho peor.

— ¿Lo viste? —Gerard preguntó con un hilo de voz.

Michael asintió.

— Pasó la noche en mi sofá. Lo siento por eso, pero estaba jodidamente ebrio cuando llegó y no podía dejar que condujera así. Estuvimos hablando antes de venir para acá, apenas puede cerrar este ojo —dijo apuntando a su ojo derecho—, y en serio luce como la mierda.

— Si buscas que sienta lástima por él...

— No busco eso —se apresuró a decir Michael mientras tomaba asiento en un sofá. Gerard hizo lo mismo, en el otro extremo del sofá en donde su hermano estaba sentado. Suspiró cuando el menor de ambos se estiró y puso los pies en su regazo.

— Bien —Gerard suspiró, y luego de unos momentos en silencio agregó— ¿Qué buscas entonces?

— Hablar —dijo Michael—. Por dios, Gerard. Eres mi hermano mayor y cuando vi a Frank llegar así fue obvio que había discutido contigo y me preocupo. Ustedes dos me preocupan, desde... no sé, desde que estábamos en la banda. Son unos jodidos animales. Tienen sexo como animales y pelean como animales. Los odio. Ni siquiera entiendo por qué terminaron juntos. No lo entiendo. Son demasiado diferentes y es una locura que hayan terminado viviendo bajo el mismo techo y siendo padres de una pobre niña que va a tener que crecer sabiendo que ustedes dos, imbéciles, son sus padres.

linger ・ frerardWhere stories live. Discover now