4 (Castigados!!!)

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El día trascurrió igual que siempre si quitamos la parte en la que todos me preguntaban por mi "hermano" y que mamá lo ubicó en mi salón y en todas mis clases.

Ay! Mami, a veces te odio!

La campana de la salida sonó y salí corriendo hasta el estacionamiento, con la esperanza de no tener que regresar con Adrien si salía antes. Pero...

- ¿¡Mi auto!? Dios mío! Dónde está mi auto?

Saqué el móvil y le marqué a Chris.

- En dónde demonios dejaste mi auto??? -grité.

- Pues... No había lugar y lo dejé en el estacionamiento de empleados del Danne's Coffee.

- ¡¡¡¿¿QUÉ??!!! ¿Acaso estás demente? Voy a matarte como se lo hayan llevado.

- Por qué se lo iban a llevar?

- Tal vez porque está prohibido el estacionamiento de autos que no pertenezcan a empleados? Los infractores son remolcados. Idiota.

Y colgué enfurecida.

Fui corriendo hasta el estacionamiento del Danne's Coffee pero mi auto no estaba allí.

Perfecto, ahora tendré que ir caminando hasta mi casa y encima con Adrien. Si Camille hubiera traído su coche, pero no, vino de arrimada en el mío.

Escribí un mensaje rápido para Chris:

<< te juro que te mato idiota>>

Y otros dos para Camille y Adrien:

<<te espero en la puerta>>

Ambos aparecieron en pocos minutos y nos fuimos a casa.
En el camino Camille y yo planeábamos un paseo en el yate de su padrastro el próximo sábado, y Adrien...solo andaba, varios pasos delante de nosotras.

Mi amiga dobló en la esquina siguiente y cuando llegué a casa, me detuve en la puerta.

- Oye chica bipolar, no vas a entrar?

- Crees que papá se enoje mucho por perder el auto?

Adrien rodó los ojos y entró, yo tuve que hacerlo también.

Papá estaba sentado en el sofá, con las piernas cruzadas llenando un crucigrama.

- Papi?

- Si, Nicole?

Nicole? Dijo Nicole? Mierda, ya lo sabe.

- Estás muy enojado?

Él se levantó y vino hacia mí y me dio un beso en la coronilla. Eso es más aterrador, casi prefiero que me regañe y grite.

- Ya recuperé tu auto, princesa. Pero no lo usarás en un mes como castigo.  -dijo con calma.

- Pero papá... -y se me ocurrió la excusa perfecta- Y Adrien? Lo dejarás caminando? Pobre.

Fingí tristeza.

- Lo que haga uno lo pagarán los dos. Y limpien el ático también.

No dijo nada más y se perdió escaleras arriba. Cuando me giré Adrien me miraba con sus que eres idiota ojos. Se fue en dirección a su habitación y la pasar por delante de mí susurró:

- Esto es tu culpa, tonta.

Uffff! Limpiar el ático es una misión difícil, pero hacerlo con Adrien lo hace casi imposible.

Invisible guysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora