15 (Enemigos para siempre)

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Miré a Adrien, él me miraba como si fuera una idiota, tenía esa mirada de reproche y que me hacía sentir inferior, y lo odié por eso.

- No me mires así, esto es tu culpa. -mascullé.

- Mi culpa? Quién se puso a gritar como loca? -soltó.

- A caso grité solo yo? Eres un mierda Adrien. ¿Qué te crees? Que eres el mejor? Cierto, lo olvidaba. Adrien es perfecto, Adrien no comete errores.

- Nicole... -sonó como una advertencia.

- Adrien es una maldita porquería. -volví a gritar.

Él tiró furioso de la cadena que nos une y casi caigo al suelo, pero me sujetó antes de que eso pasara, se inclinó y me dijo algo al oído.

- Quieres que nos castiguen hasta que tengamos 130 años? Cierra la puta boca. -rugió y tiró de la cadena obligándome a subir a la segunda planta.

Se detuvo en el pasillo.

- ¿Dormiremos en tu cuarto o en el mío?

- En el mío por supuesto. Tu cuarto huele a mierda.

Y entré a mi cuarto casi corriendo, haciendo que él se tropezara y casi chocara con la puerta. ¿Quieres jugar? Juguemos entonces.

Tomé unas tijeras y comencé a cortar mi jersey, por suerte  me había puesto otra ropa, de lo contrario mi cazadora favorita hubiera sufrido las consecuencias.

Y también agradecí haberme duchado, porque no sé como iba a hacerlo encadenada a Adrien.

- Qué? No vas a voltearte o algo, intento cambiarme. -bufé.

- Estás cortando tu ropa.

- Oh! No lo sabía, gracias. -puse los ojos en blanco.

- ¿Estás loca?

Tean nos miraba como si fuéramos un show en vivo solo para él. Hasta que aparece el traidor, viene a burlarse luego de cambiarme por Tyler.

- No, Adrien. No estoy loca. ¿Se te ocurre otra cosa para quitarme un jersey cuando estamos encadenados? Y ya, voltéate.

En serio. ¿Cómo iba a sacar el brazo de la manga sin cortarlo?

Y también tendré que pensar en qué ponerme mañana, ya que tiene que ser algo sin mangas ni tirantes, que pueda entrar por los pies.

Cogí una blusa de dormir sin tirantes y una licra corta.

- Listo.

Él se volteó.

- Por cierto. Dime que ya te duchaste. Por favor. -pedí.

- Sí, antes de bajar a cenar. Por qué? Decepcionada? -dijo con su irritante tonito de soy lo más.

- Imbécil.

Lo miré y llevaba una sudadera negra y pantalones de dormir, me alegró que no tuviera que cambiarse de ropa.

Sé lanzó sobre mi cama y casi le caigo encima, pero fui rápida y salté para caer a un lado.

- A veces se me olvida que... bueno, la cadena y todo eso.

- Te estás disculpando? -arqueé una ceja.

- Tómalo como quieras. -bufó y se acostó de lado ignorándome.

- ¿¡Qué haces!?

- Dormir. No me ves? -dijo como si fuera lerda.

- Estás loco, no vamos a dormir. Solo son las 8:52 de la noche.

Invisible guysWhere stories live. Discover now