10 (Nuevo amigo)

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Regresé a casa, ya luego me encargaría del perro, pero antes necesitaba quitarme la ropa manchada ligeramente de sangre y ducharme, en serio necesitaba una ducha urgentemente.

El veterinario llamó en la tarde, Adrien debió de haberle dejado el número de la casa, avisaba que el perro se iba a salvar, pero aún estaba delicado y tenía una pata rota, tal vez para el viernes podría ir por él.

¡Vivirá! Lo sabía.

Bajé emocionada a la sala, mamá hablaba con Louisa acerca de la cena. Me senté en su regazo y le di un beso en la mejilla.

- Buenas noticias? -preguntó.

- En la mañana había un perro siendo apedreado por unos idiotas, el pobre casi se muere pero me ha dicho el veterinario que estará bien.

- Ay! Nena, me alegro mucho. Y supongo que querrás quedártelo ¿Verdad?

- Le prometí que si se salvaba me haría cargo de él.

- Solo no traigas a casa a cada animal indefenso. Y no vuelvas a ausentarte a la escuela por favor.

- No te preocupes, mom. -volví a besarla en la mejilla.

Cuando me iba entró Adrien por la puerta y me volví hacia él cuando mamá le preguntó qué le había pasado el la cara. Quería saber su respuesta.

- Tuve una pelea. -respondió fríamente.

- Con quién?

Él solo me fulminó con la mirada y se fue.

- Fui yo, mom. He perdido la paciencia. Dijo que era un maldito perro moribundo, es como si se hubiera metido conmigo. -puse ojitos para que no me regañara.

- Contrólate Nicky. Ok? Hablaré con él. -me besó en la frente y salió en busca del imbécil de mi hermano.

Entró en su habitación y cerró la puerta.

En la cena moría de ganas de saber sobre la conversación que mamá tuvo con Adrien, pero ella no soltaba la sopa y a él ni iba a preguntarle ni loca.

Los días siguientes no crucé palabra con Adrien, y la verdad no me importaba hacerlo. El viernes en la tarde me llamaron avisando que podía ir a recoger a mi nuevo amigo y a Tyler se le encendieron los ojos cuando llegué a casa con él.

Aproveché y compré todo lo necesario, un plato de comida, uno para el agua, una correa, algunos juguetes, champú antipulgas, comida para perro y vitaminas, y ahí por algún lugar de mi armario tenía un cojín lo suficientemente grande que podía usarlo de cama.

El perro había tenido una pronta recuperación ya que no tenía órganos vitales dañados, solo una pata rota y algunas heridas. Por eso me enojé aun mas con el veterinario que había querido sacrificarlo.

El perro andaba bastante bien, solo cojeaba de la pata delantera derecha que estaba vendada, que por lo que me habían dicho, pronto sanaría.

- Es más grande de lo que pensé. Y hermoso. -dijo mamá.

La verdad es que el can es bastante grande, de hecho es un husky siberiano (una raza grande por naturaleza) pelaje color crema y gris, ojos como los míos, algo grises y algo azules. Dios, lo amé al instante.

- Muerde? -balbuceó papá. Reí de veras con ganas.

- Rara vez. Depende de como los hayan educado. Los husky suelen ser muy nobles y cariñosos. Tienen una privilegiada inteligencia y se lleva muy bien con los niños. Aunque este en particular es muy posesivo y tiene un carácter algo fuerte. Tal vez se deba a lo que ha vivido. -expliqué.

Invisible guysWhere stories live. Discover now