32 (¡¿Padres?!)

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*Nicky*

Adrien entra en mi habitación pocos minutos después de que cuelgo el teléfono y me lanzo a la cama.

- Tenemos que hablar. -dice.

Pero yo no quiero hablar con él, no ahora que me siento fatal. Cierro los ojos y finjo dormir para que me deje en paz. Pero no lo hace, más bien unos segundos después siento unos dedos cálidos acariciando mi rostro.

¿Así pretende que lo olvide?

- No tienes que sufrir sola. -susurra.

Deja un beso en mi frente y lo escucho abrir la puerta.

- Sé que no estás dormida.

Dice antes de marcharse.

Luego de eso me duermo de verdad, despierto y veo la hora en mi teléfono, han pasado unas tres horas.

Escucho la voz de Shane abajo.

¿Qué hace aquí?

Bajo para saludarlo. Es raro que venga a mi casa, solo lo hace cuando se trata de asuntos importantes.

Llego al pie de las escaleras sobándome el estómago y mi cara debe haber formado una mueca de dolor porque Adrien me mira horrorizado.

- ¿Estás bien? Te duele el estómago. -pregunta.

Lo miro confundida. ¿A qué viene eso ahora? Se supone que no hablamos. Verdad?

- Solo tengo hambre, no te alarmes. -gruño, pero él me sigue mirando preocupado.

Ruedo los ojos.

- Bueno... Bien, porque he pedido comida china. -avisa Shane.

- Pues dispón tú de tu casa. -bufo irónicamente.

Shane me mira con ojitos inocentes y no puedo evitar sonreír.

- Comida china, eh? La favorita de Camille, creo que ya sé a qué se debe tu visita. Quieres que la llame, verdad? -digo riendo.

En realidad sé que ese no es el motivo, él y Adrien estaban hablando muy serios antes de que yo apareciera y al verme hicieron silencio.

Shane no suelta la sopa, más bien toma el tema de Camille como excusa que le viene como anillo al dedo. Y de paso mata dos pájaros de un tiro.

- Tú sí que me conoces bien, debería ser yo tu gemelo y no este idiota. -bromea señalando a Adrien, que le dedica una mueca graciosa.

Unos minutos después Camille llega hecha una locura, despeinada y con una bolsa en la mano.

- Qué te pasó? -pregunta mi hermano observándola divertido.

- Escuchó comida china y olvidó todo lo demás. - le sonrío a mi amiga y ella me devuelve la sonrisa.

Servimos la comida y nos sentamos en un círculo en el sofá curvo del cuarto de Adrien, frente a su televisor pantalla plana a comer.

La comida está deliciosa, solo queda una porción de algo, que no sé que es, pero está buenísimo.

Me inclino para alcanzar el plato pero Camille lo coge antes que yo.

- Eh! Es mío. -hago pucheros.

- Demasiado lenta. -se burla.

Una vez más vuelvo a inclinarme  y le arrebato el plato de las manos.

- Ya, pero yo debo alimentarme bien, sobre todo ahora que... -miro a Adrien y no me atrevo a decirlo, su mirada es extraña cuando se posa en mí.

Invisible guysWhere stories live. Discover now