26.-|Epilogo|

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El día estaba fresco, tibio, pero lo suficientemente agradable para permanecer aún en la cama.

Simplemente estaban recostado, cubiertos por las mantas en un fuerte abrazo mientras la cabeza de uno se hundía en la del otro, aspirando el maravilloso aroma de su persona amada.

Aquella sonrisas atontados que le adornaban los labios serían difíciles de quitar y el apretado agarre de sus brazos para con el otro sería aún más complicada de deshacer. No querían separarse ni para ir al baño.

¿Y porqué era de ese modo?, ¿Porqué añoraban tanto aquel tacto y un momento de tranquilidad?, la respuesta no podía ser más fácil y sólo se adjuntaba a una persona.

Taehyung.

Taehyung se había resistido de dejar solos a los amantes, poniéndose en medio ante cada beso, abrazo o simplemente una conversación, y aunque su novio Hoseok, porque si, todo aquel tiempo el castaño había tenido pareja, intentaba arrastrarlo hasta el departamento que compartían para darles privacidad a Jungkook y Yoongi, el castaño se afirmaba con uñas y dientes a cualquier mueble o pared a su alcance tal como una garrapata a la piel de un perro.

Taehyung no era un rival como había pensado Jeon, pero si algo mucho peor. Una especie de suegra suplente.

Se mantenía tan pegado a Yoongi todo el día que a Jungkook no le costaba imaginar una escena donde Taehyung bañaba al mayor o incluso podía visualizarlo dándole comida en la boca como a un bebé.

Era como una mamá gallina. Cada vez que Jungkook alzaba una de sus manos dispuesto a tocar a Yoongi uno de los picotazos del castaño le hacían retirar sus dedos antes de que fueran arrancados.

Por lo que, cuando el de piel canela tuvo casi de manera obligatoria salir para ir a por algo de cenar no tardaron en acurrucarse entre las mantas con pequeños mimos de por medio y leves besos en los labios.

Había sido una buena idea que Jungkook se escondiera. No quería volver a ayudar a Taehyung con las bolsas de compra, sabía de antemano que sería lo suficientemente capaz de comprar cuanta cosa se le cruzará por delante para hacerle llevar una montaña de artículos, resintiéndose a echarle una mano con la excusa de un inexistente dolor de espina que obviamente sólo era para fastidiarle.

Habían querido ir por algo más, levantar sus camisas y despojarse de sus pantalones en un movimiento rápido para fundir sus cuerpos pues no habían tenido la oportunidad, pero sabían ya de sobremanera que cuando estuvieran en lo mejor una cabeza castaña los separaría hasta con agua hirviendo si fuera necesario.

Un suspiro se les escapó a ambos, uno lleno de satisfacción por el envolvente calor en el que estaban, uno que demostraba amor viera por donde se viera cuando sus ojos se conectaban antes de un sutil roce de labios. Estaban embriagándose con el otro, estaban desconectándose del mundo un momento sólo para tener un espacio de dulce intimidad y estaba funcionando.

-Suga... -susurró Jungkook, jugando con las manos de Yoongi y prosiguiendo luego de recibir un "Mm" como respuesta- Cuando fuimos de viaje con Jimin y Namjoon.. vi una foto cuando tuve que cuidarte de tu fiebre.. -sus manos se entrelazado, y se vio obligado a subir su vista para con la mirada de su Hyung. Había tenido aquella duda durante mucho tiempo pero no había podido preguntar, ¿Y porqué no hacerlo en ese momento?- Había un niño.. Una mujer y un hombre..

El de piel pálida no necesitó más, ya sabía para donde iba la cosa por lo que luego de acercar al más joven a su pecho, jugando con las hebras de su cabello le explicó el porqué.

-Es una foto que tomaron en el tiempo en el que mi padre aún vivía. Había decido dar un paseo familiar, uno bastante aburrido para mi gusto. Fuimos a recoger moras. Era un niño, no quería hacer nada parecido a un trabajo por lo que me quejé hasta que terminamos. Todavía recuerdo lo purpuras que habían quedado nuestras manos, fue una de las cosas por la cual me quejé con mayor insistencia como también los rasguños que me habían quedado en los dedos pero callé cuando mi padre me sostuvo las manos en un agarre firme. Pensé que iba a regañarme así que intenté soltarme pero él sólo me abrazó.
"Yoongi, las moras reflejan los buenos momentos en tu vida y las espinas a su alrededor los problemas que tendrás para conseguirlos. Puedes quejarte todo lo que quieras, maldecir, incluso llorar, pero si eres lo suficientemente fuerte para continuar y tomarlas tendrás tantos momentos dulces como quieras".. O algo así jaja.

¡Holy Shit!, I Love You 《YoonKook》Kde žijí příběhy. Začni objevovat