Capitulo 9

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Percy:

Solo recuerdo cosas sin sentido después de que me golpearán, recuerdo una voz que decía que se había pasado, que no deberíamos estar desmayados y que uno de los dos, Jason o yo, no debería estar en este lugar.

Recuerdo el olor a ron y de la comida rancia, y cantos, una canción pirata, no tenía ni idea porque estaban cantando justamente esa canción, ya lo sé debería haber saber qué es lo que pasaba, pero en mi defensa estaba todavía conmocionado por el fuerte golpe que me habían dado por la espalda, porque si no, lo hubiera noqueado y yo le hubiera dado con la maldita botellita de las narices.

Desperté, lo primero que vi fueron varias barras de hierro enfrente de mí, lo único que sabía era por lógica estaba en una celda, y ahora mismo me movía sin moverme, estaba en un barco, estaba en un estúpido barco. Me levante y mire las demás celdas, estaban todas vacías a excepción de tres, las que estaban a mis lados y la que estaba enfrente.

La que estaba enfrente tenía encerrada a una chica, su cabello era negro o marrón, cambiaba de color y sus ojos eran iguales que su cabello también cambiaban de color, la chica era guapa eso no lo niego, pero nadie puede entrar en mi corazón, pues está ocupado por una rubia de ojos grises.

A la derecha de mi celda estaba un chico afroamericano, no era muy guapo, pero a juzgar por cómo construía cosas rápidamente y después la desasía y construía otra, era muy habilidoso con las manos.

Mire a la izquierda y vi a una de las personas más importantes e influyentes en mi vida, era Jason. Ahora lo veía todo claro, yo era quien no debía estar aquí, como dijo la voz que escuche, era él el objetivo, era el hijo del rey pagarían mucho por su rescate.

Todos los presentes no hacían caso a los intentos de conversación, pues la chica se miraba una y otra vez en un espejo que tenía y escondía cuando un carcelero pasaba, y el chico afroamericano estaba siempre construyendo cosas con las piezas que tenía, como la chica él también las escondía cuando pasaba el carcelero, podría haber hablado con Jason pero estaba dormido, el golpe le afectaría más a él que a mí, pues yo crecí en un pueblo donde los borrachos y los locos te podían dar si estas desprevenido con una botella y Jason en un hermoso castillo que allí las botellas se usaban exclusivamente para abrirlas y poner su contenido en un vaso.

Así que hay estaba yo, en mi prisión sin poder conversar con nadie, me concentre en pensar y tener una conversación mental cosa que fue deprimente y al mínimo ruido me desconcentraba.

Empecé a repasar todo lo sucedido en este día nefasto, si es que es el mismo día no tengo ni idea de cuánto he pasado dormido, y caí en la cuenta de algo, más bien de que mi ángel no estaba, ella a la mínima oportunidad se había puesto a salvo y me alegraba que ella estaba sana y salva era lo único que me ponía contento y dibujaba una sonrisa en mi rostro en este momento, pero a la vez me sentía triste porque no podría hablar más con ella, no podría tocarla como deseo, no poder besarla hasta quedarme sin aire.

Por fin después de una media hora Jason se levantó, el chico debía de haber dormido bien y no estaría viendo, pues hizo lo que normalmente haría por la mañana cuando se levantara, pues hizo su cama imaginaria y comió el asqueroso pan que le dejaron y menos mal que lo pare antes de que se empezara a desvestir, ¡Qué trauma!

Lo llamé y salió de su ensoñación, miro a todos lados sorprendido, aterrado y a la vez emocionado.

- ¿Dónde estamos? -

- En un calabozo, en un barco, somos rehenes de unos asquerosos piratas -

- ¿Quiénes son ellos? - Dijo señalando a nuestros compañeros de prisión.

- No lo sé, no han querido decirme hasta ahora-

- Será porque no eres muy amable que digamos -

- ¡EH! Que yo soy un amor -

- Sí, por eso no quieren hablar contigo -

- Ellos tampoco es que sean súper amables que digamos, yo solo los trato como ellos me tratan a mí -

Jason me ignoro y se acerco a los barrotes de su celda, todos los presentes lo miraron, es normal pues él se crió para que todos lo escucharan, él era un líder, pero siempre me hacía caso, ya que él es un líder hecho y yo soy un líder natural, pero no amable.

- Chicos y chica, todos hemos compartido esta suerte así que porque no ideamos un plan para escapar, pero antes díganme su nombre y nos pondremos a trabajar -

- Yo me llamó Silena -dijo la chica.

- Y yo Beckenfor, Charles Bekenfor, todos me llaman por el apellido -

- Yo soy Jason Grace hijo del rey de Olimpia encantado -

- Y yo soy Percy Jackson capitán de un barco del rey de Olimpia -

- Es hora de pensar un plan para escapar - dijo Jason.

Teníamos un plan verdaderamente bueno y empezamos con él.

Silena llamó al guardia y él se acerco como muy tonto y lo cegó con el espejo, Bekenfor rompió las barras con un invento que hizo y le dio con todo en su cabezota y lo dejo tal y como ellos hicieron con Jason y yo

Salimos corriendo hacia arriba, yo noqueaba a toda persona que intentaba detener nuestro avance, cuando de repente apareció una chica con espada y como yo no tenía una nos noqueo a todos.

Ella era alta debía tener más años que yo, tenía el pelo negro corto con una mecha azul, sus ojos eran azules eléctricos iguales que a los de Jason.

Ella nos metió en el calabozo, nos quito el espejo y los cachivaches de Bekenfor, cuando Jason la vio mejor se quedo atónito y dijo solo una cosa.

- ¿Thalía? -

- Hola hermano - contesto ella con una sonrisa.

Un amor inesperadoWhere stories live. Discover now