Capitulo 18

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Percy:

Annabeth y yo seguíamos abrazados, ella lloraba en mi hombro y yo la reconfortaba deslizando mi mano en su espalda que poco a poco la calmó, hasta el punto en el que se quedo dormida entre mis brazos.

La cogí estilo princesa y la deposite en su cama, se veía hermosa dormida, le tape con la sabana y me quede un rato allí viéndola dormir, podía oír su respiración en calma, la combinación de ella tan tranquila, sus rizos rubios perfectos y su pequeña sonrisa la hacían parecer un ángel, yo sonreí por verla tan tranquila y quieta en un sitio.

Me quede como una media hora ahí viéndola dormir, cuando me quite de mi ensoñación, gracias a que Clarisse gritó a no sé quién por no sé qué, y decidí marcharme, ya que si ella despertaba yo le parecería un loco acosador que estaba contemplándola dormir, y yo no quería que pensara eso de mí.

Salí sigilosamente del camarote para no despertarla, y cerré la puerta con todo el cuidado del mundo.

Camine y me dirigí a mi cuarto aún con la perfecta imagen de Annabeth durmiendo plácidamente, ¿Qué pensara cuando despierte? ¿Recordara lo hace un rato? "Claro que lo recordara tonto no ha bebido y tampoco se ha dado un golpe" me regañe a mí mismo.

Entré en mi habitación, estaba igual que como la había dejado esta mañana, mire toda la habitación, pero había algo encima del escritorio que no era mío.

Camine lentamente hacia él con toda la precaución del mundo, pues podía ser una bomba que me había regalado Clarisse, es mejor ser precavido que después se pagan las imprudencias, cuando por fin pude verlo mejor suspire de alivio, era solo un libro, lo mire con más detenimiento y la sorpresa me invadió, era el libro que me había dado mi padre antes de morir, este libro debería estar en mi maleta, que se encontraba preparada en mi casa, ¿Cómo es posible que había llegado hasta aquí? ¿Estaría embrujado? ¿El fantasma de mi padre lo habría traído? Di un paso atrás, me daba mal rollo, no quería tener que ver con un libro embrujado o con fantasmas cabreados, salí de la habitación a toda prisa.

Llegue a la habitación de Jason, toque la puerta y él me abrió enseguida, y entré.

Él había escogido la habitación contigua a la mía, pero la suya era más pequeña y de color amarillo, su habitación estaba ordenada ¡Qué novedad! Jason ordenado imposible, ah no que ese era yo.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunto enfadado.

- Tío siento haberme comportado así contigo, pero estaba enfadado - me disculpe.

- ¿Por qué estabas enfadado? -

- Porque Clarisse y Thalía me dieron una paliza con la espada -

- Pero si tú eres el mejor - dijo sorprendido.

- Soy el mejor luchando solo, pero en equipo digamos que no es mi fuerte - respondí.

- No te entiendo Percy - Jason ladeo la cabeza.

- No lo tienes que hacer - dije y acto seguido me recosté en la cama de mi amigo arrugándola y él me miro enfadado.

- ¿Sabes que tienes un cuarto y una cama donde acostarte? - Preguntó enfadado y levantándome de su cama mientras le veía arreglarla

- Sé que tengo un dormitorio y una cama, pero en el hay una presencia -

- ¿Cómo que una presencia? -

- Jason amigo mío una presencia es una presencia - dije.

- Explícate Percy, ¿Qué clase de presencia? - Preguntó cansado.

- ¿Te acuerdas el libro que me regalo mi padre antes de morir? -

- Sí, lo recuerdo -

- Pues que esta embrujado o un fantasma lo ronda - le dije y su cara me decía que si estaba hablando enserio y yo asentí.

- Percy ¿Cómo que embrujado? -

- O que un fantasma lo ronda -

- Explícamelo, por favor -

- Pues que yo lo puse en mi maleta para llevarlo en mi viaje -

- ¿Y por eso esta embrujado? -

- O un fantasma le ronda - complete.

- Respóndeme Percy -

- No por eso no -

- ¿Y entonces? -

- Apareció en mi mesa de noche, en el camarote y esas son las únicas explicaciones lógicas para saber cómo ha llegado ahí -

- Percy, no sé, no se te ha ocurrido que ¿tal vez alguien lo puso allí? - dijo Jason.

- No, es una explicación poco probable -

- ¿Y crees que un fantasma lo ronda... -

- O esta embrujado - lo interrumpí.

- ¿Es una explicación más probable? -Preguntó.

- Por supuesto - Jason rodo los ojos.

- Vete a tu cuarto Percy - dijo con un deje de enfado

- ¿Para que el libro y/o el fantasma me ataquen? - Pregunte escandalizado.

- Exactamente -

- Pero... -

- Percy te prometo que no hay ningún fantasma -

- ¿Entonces el libro esta embrujado? -

- Tampoco Percy -

- ¿Cómo lo sabes? -

- Confía en mí -

- Si me pasa algo será culpa tuya y tendrás que vivir con los remordimientos - dije mientras Jason me echaba de su habitación.

- Me arriesgare - dijo y acto seguido me cerró la puerta en las narices.

Me quede solo en el pasillo sin querer entrar en mi habitación, paseaba de un lado a otro, el fantasma y/o el libro embrujado estaba ahí dentro y solo querían hacerme daño porque si no, no estarían en mi habitación.

Oí un grito proveniente del cuarto de Jason.

- ¡ENTRA DE UNA MALDITA VEZ NO HAY NINGUN FANTASMA Y/O LIBRO EMBRUJADO! -

Me arme de valor y entré, mi habitación seguía igual, me acerque al escritorio y después cogí el libro, cerré los ojos esperando una fuerza sobre natural, pero no apareció.

Suspire aliviado y tras varios intentos abrí al fin el libro de las narices, tenía una nota, la cogí.

La nota estaba escrita con una letra muy bonita y femenina y olía a limón.

Se lo mucho que aprecias este libro y no podía dejar la oportunidad de cogerlo, soy una pirata como dices tú está en mi naturaleza, espero que te guste este detalle, eres una gran persona Percy que nadie te diga lo contrario siempre estaré para lo que necesites.

De Annabeth, no te diré mi apellido, la capitana del Argo II

Jason no se equivocaba con lo que decía, y me alegro que me animara a abrir el libro, cogí la nota y la guarde al lado de mi cama así todas las noches podría dormirme con su olor.

Un amor inesperadoWhere stories live. Discover now