Capitulo 19

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Percy:

Oí un toque en la puerta, y se abrió.

En mi habitación entro una Thalía muy sorprendida.

- ¿Ya estas preparado? - Preguntó sin creérselo aun.

- Sí, Thalía hoy estoy preparado - sonreí.

- ¿Se puede saber por qué no he tenido que levantarte hoy? -

- Porque os vamos a dar una paliza en el entrenamiento - y con eso salí del cuarto dejando a una Thalía con la boca abierta.

Mientras caminaba hacia la cubierta tuve la mala suerte, algo normal en mí, de encontrarme con Clarisse, esta me miro mal y me empujo, me caí al suelo, ella siguió caminando sin detenerse

Mi tobillo me dolía como mil demonios, me levante y el tobillo me dolió todavía más, pero seguí adelante, no quería perder contra Clarisse y tampoco quería decepcionar a Annabeth.

Yo fui el último en llegar, algo raro pues creía que había dejado a Thalía por detrás, todos me miraron y enseguida Annabeth se coloco a mi lado, nuestras contrincantes desenfundaron las espadas y se lanzaron al ataque.

Yo fui a por Clarisse dejando a Annabeth ir a por Thalía, yo y la morena chocamos las espadas, ninguno de los dos quería rendirse, por el rabillo del ojo vi como Thalía caía al suelo y Annabeth le daba con el mango en el pecho, eso solo significaba que Thalía había perdido.

Clarisse me obligo a retroceder y mi tobillo me traiciono, caí, sabía que estaba perdido que Clarisse me mataría, Clarisse me iba a dar con el mango cuando una espada se interpuso en su camino, Annabeth me estaba defendiendo, ella estaba intentando por todos los medios alejarla de mí, Annabeth le consiguió quitar la espada, y Clarisse se sacó otra que tenía muy bien escondida e hizo tambalear a Annabeth, Clarisse le iba a dar para tirarla cuando yo le di en su pie con mi pie bueno haciendo que se cayera y dándole la oportunidad a Annabeth de darle con el mango, oportunidad que ella no desaprovecho.

Habíamos ganado, me levante fui a abrazarla pero ella hizo algo inesperado, me cogió de la oreja y me arrastro por toda la cubierta hasta que llegamos a la enfermería y allí me soltó

Doy gracias a los dioses porque no hubiera nadie en la enfermería ni en cubierta, porque estaba haciendo el ridículo.

- ¡¿Cómo alguien puede ser tan estúpido?! - Gritó mientras me sentaba en una camilla.

- No te estoy entendiendo -

- ¡¿Cómo fuiste al entrenamiento con una esguince en el tobillo?! - Chillo presa de la ira.

- No quería que Clarisse me ganara - me excuse.

- ¿Por una estúpida enemistad vas en ese estado? - Preguntó enfadada.

- Tampoco quería defraudarte -

- Pues lo has hecho, ¿A quién se le ocurre semejante estupidez?, claro solo a Percy Jackson -

Iba a replicarle cuando ella me acalló con un gesto, cogió unas vendas y con mucho cuidado me empezó a vendar el tobillo.

- Además es solo un esguince -

- Solo un esguince - me arremedo ella.

- No me duele - y ella apretó un poco la venta y lance un gritito de dolor.

- ¿Con que no te dolía eh? - Soltó ella con su lengua viperina.

- Me has pillado desprevenido -

- ¿Te puedo apretar un poco ahora? -Dijo ella desafiante.

- Venga - la anime, y ella apretó otra vez el vendaje pero con menos fuerza y apreté los dientes.

- ¿Paro? -

- No, ¿Ves no me duele? - Dije apretando todavía más los dientes.

- Los chicos y su orgullo - gruño ella terminado de vendarme el tobillo.

- No sé porque precisamente tú me dices eso -

- ¿Por qué? - Preguntó peligrosamente.

- Porque tú, yo y mucha gente más sabe que tú eres la persona que tiene más orgullo que cualquier otra -

- Bueno al menos yo por orgullo no me presento herida a una pelea - dijo ella sagazmente.

- ¿Y qué importa si me presento a una pelea herido? - Pregunte con enfado.

- Importa porque Clarisse te tiene en el punto de mira y quiere liquidarte, si no hubiera intervenido ahora mismo no estarías teniendo esta conversación conmigo porque estarías muerto - dijo mi rubia.

- ¿Y a ti que te importa si me mata? - Yo estaba completamente cegado por la ira.

- Me importa porque... -

- Porque estropearía la misión, porque tú quieres ese estúpido tesoro, lo quieres hasta el punto de que nos has secuestrado a Jason y a mí, tu codicia no tiene límites -

- No me importa por eso imbécil - dijo con las lagrimas a punto de salir.

- ¿Entonces por qué te importa? -Pregunte enfadado

- ¡Porque tú me importas! - lágrimas surcaban por su perfecta cara.

- ¿Qué? - Pregunte sin poder creérmelo.

- Me importas Percy -

No sabía cómo sentirme, ¿Le importaba como un amigo o... como algo más? Yo estaba enamorado de ella, pero ¿y ella de mí?

Mis dudas fueron respondidas cuando sus labios se posaron en los míos.

Eran de sabor dulce, nuestros labios se sincronizaban, yo tenía mis ojos cerrados, quería abrirlos pero temía que cuando los abriera despertara en la cama como pasaba cada vez que yo y Annabeth nos besábamos, temía que solo fuera un sueño.

Me separe de ella lentamente, abrí los ojos y lo primero que vi fueron unos preciosos ojos grises que brillaban, me levante de la camilla, la atraje hacia mí juntando nuevamente nuestras bocas, coloque mis manos en su cintura y ella posó sus brazos alrededor de mi cuello, abrió su boca dándome premiso para entrar, mi lengua recorrió cada rincón de su boca, de repente nuestras leguas se enfrentaron en una batalla, que ella me dejo ganar para no herir mi orgullo.

Nos quedamos besándonos allí sin importándonos nada, podría haber caído un meteorito allí mismo y no me habría importado.

Coloco su mano detrás de mi cabeza y enredo su dedo en mi cabello, la pegue todavía más a mí, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, no quería que ese momento acabara nunca, despegue nuestros labios, mezclando nuestros alientos

Ella se apoyo si cabeza en mi pecho, mientras yo la rodeaba con mis brazos.

Un amor inesperadoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt