Capitulo 25

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Es como me imagino percabeth

Percy:

Todos estábamos paralizados, mire a los lados esperando ver al Argo II pero no había aparecido, seguro que al ver la armada real habían salido por patas y no los culpaba.

-Percy, me alegro que estés bien- sonrió mi mejor amigo.

-¿Qué está pasando?- Pregunto Thalía mirando a su padre.

-Hija mía lo que ha pasado es que tu hermano me ha llamado y dado vuestras coordenadas para rescatarlos, ahora vamos hacia el barco- explico el rey.

Caminamos hacia el fulminador, tampoco teníamos otra opción pues varios guardias nos apuntabas con sus armas y nos habían atado, así que subimos de mala gana al barco.

Desde que subimos el barco zarpó y a Thalía no le llevo ni cinco minutos en decirles tres o cuatro cosas a sus familiares.

-¡Traidor!- Le acuso a Jason.

-Hermana tenía que hacerlo, imagínate si a ti o a Percy les hubiera pasado algo.- contestó el

-¡Sabemos cuidarnos solos!- Thalía estaba perdiendo los estribos.

-Hija todo esto tú hermano lo hizo por tu bien- dijo Zeus calmado.

-¡Yo no necesitaba que me salvaran! ¡Me gusta ser una pirata!-

-¡Hija que blasfemias estás diciendo!- Dijo el rey escandalizado.

-Digo la verdad, odio ser una estúpida princesa mimada, soy problemática y allí donde estaba todos son como yo, ¡Es mi hogar!-

-Bueno voy a dejar que te calmes hija, ahora vamos con nuestros prisioneros- dijo girándose a nosotros.

Le hizo un gesto a un soldado, el chico me sonrió y me quito la atadura, me frote las muñecas.

-Gracias- le dije.

-Salve Perseus Jackson- sonrió Zeus.

-Salve- repitieron los soldados.

-Los demás tendrán una pena de muerte- sentenció Zeus.

-¡No!- Gritamos a la vez Thalía y yo.

-¿Cómo?- Pregunto el rey enfadado.

-Son piratas pero son seres humanos- dije.

- Además de mis amigos- ayudó Thalía.

-Vale, podréis vivir en Olimpia, sin ningún cargo menos tú- el rey señalo a Annabeth.

-¡Es mi mejor amiga!- La defendió Thalía.

-Sera tú mejor amiga pero ella es la capitana del Argo II, tiene miles de cargos de todas partes, ha destruido con su barco ciudades enteras y no puedo permitir que siga así, ella se enfrentara a la horca- dijo Zeus serio.

-¡No! No puede hacerlo- dije.

-Yo hago lo que quiera chico-

-Si lo hace ya no tendrá capitán para su flota-

-¿Me estas amenazando?- Pregunto incrédulo.

-No, solo le aviso, si le toca un solo pelo yo me voy- dije firme.

-Papa, está enamorado de ella- explico Jason.

-El amor hace que la gente pierda la cabeza, lamentablemente tú padre fue uno de esos y tú estás siguiendo sus pasos, Percy eres parte de mi familia y no me gusta que estés así por una sucia pirata, mereces algo más- no pude mas y me lancé contra el rey.

Miles de soldados corrieron a sujetarme.

-¡Eres un traidor!- Le grite a Jason.

-Dadle un calmante, necesita relajarse- ordenó el rey.

Mientras me inyectaban el líquido vi a Annabeth que me decía un te amo silencioso, lo último que vi antes de caer en los brazos de norfeo fue a ella.

La luz me dio de lleno en la cara, abrí los ojos y me encontré en mi habitación, ¿Cómo había llegado a mi casa? Todo lo sucedido esas últimas semanas parecía irreal, tal vez todo había sido un sueño, negué, no quería que fuera un sueño a excepción de lo último que había sucedido.

Me levante de mi cama y casi me caigo, el calmante que me habían inyectado debía de ser muy fuerte.

Me balancee, casi no podía caminar, vi las escaleras y poco a poco fui bajándolas, pero me tropecé, estaba a unos centímetros del suelo pero no lo tocaba, mire hacia arriba y encontré a la única persona a la que había extrañado en mi viaje, mi madre.

Me ayudo a ponerme en pie y yo estaba apoyado en sus hombros, me ayudo a caminar hacia la cocina, me senté en una silla con su ayuda, ella se sentó enfrente de mí.

-Hijo me alegro que estés bien pero la próxima ayudaría que me llamaras- sonrió.

-Te extrañe madre- le dije.

-Yo también hijo- mi madre se levanto y me beso en la mejilla.

-¿Cómo llegue aquí?- Pregunte.

-Unos soldados te trajeron diciendo que unos piratas te habían noqueado- explico mi madre.

-¡Serán mentirosos!- Intente levantarme pero no pude.

-Hijo cuidado, ¿Entonces qué sucedió?-

-Ellos me sedaron por defender a una pirata- dije.

-Pero si los odias- mi madre parecía contrariada.

-Los odiaba madre, es pasado-

-¿Qué te ha hecho cambiar de parecer?- Pregunto mi madre ladeando la cabeza.

-Una chica- dije.

-¿Cómo es?- Pregunto emocionada.

-Que como es, es preciosa, su cabello es dorado y tiene unos rizos rubios como de una princesa, sus ojos son grises cual tormenta y su sonrisa me encandila- le explique con una sonrisa

-Parece especial- sonrió mi madre.

-Mucho, es la indicada, pero hay un problema-

-¿Cuál? ¿Se puede solucionar?- yo negué con la cabeza.

-La ahorcaran, si no la han ahorcado ya- dije con tristeza

-¡Ay dios! ¿Es la capitana del Argo II?- Pregunto mi madre.

-Sí, lo es pero me da igual lo que pienses-

-Pienso que era como yo- dijo ella ausente.

-¿Cómo?-

-Hijo yo era una pirata, no tan importante como lo es ella, pero lo era, tu padre me rescato de un navío que hundieron y nos enamoramos con el paso del tiempo- explico ella.

-Pero entonces ¿Por qué papa me sembro el odio hacia los piratas?- Pregunte.

-Porque había gente que lo tenía en el punto de mira- dijo ella.

-Estoy... no sé cómo me siento-

-Hijo ¿Tú quieres a esa chica?- Pregunto mi madre.

-Se llama Annabeth- dije demasiado brusco para mi gusto.

-¿Quieres a Annabeth?-

-Con todo mi corazón- mi madre asintió y fue a la primera planta y en unos minutos bajo con una caja.

-Esto me lo dio tu padre, que a la vez se lo dio su padre, ha pasado de generación en generación y ahora es tuyo-

Lo abrí y encontré un anillo de diamante de pedida.

-Mamá...-

-Lucha por ella- dijo.

-Lo haré- intente levantarme pero me caí en la silla.

-Pero después de que te recuperes- dijo riendo

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora