Prologo.

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Entra el rey Michael al castillo se le nota a leguas que ha estado corriendo, su cara de preocupación es notoria.

—Ellas están dando a luz— grita en un hilo de voz, los cuatros se levantan de un solo salto, nadie entiende que está pasando porque las reinas están dando a luz, en el mismo tiempo.

—Tal y como lo dijo la profecía hace diez años—dijo el rey troy; trayendo los recuerdos breves de ese día.

Hace diez años.

Estaban los reyes de los cuatro reinos unidos.

El rey Michael del elemento tierra, el rey troy del elemento aire, el rey Christian del elemento fuego, el rey Stuart del elemento agua.

Estaban frente el espejo profético, apunto de soltar la profecía para saber el destino de los cuatro reinos.

Y he así no olvidar estas palabras.

En 10 años vuestras reinas quedaran embarazadas trayendo al mundo a los líderes de nuestros reinos, pero un peligro se avecina y dolor y sufrimiento consigo traerá, nuestros líderes como mortales crecerán y a sus 18 años cuando la mayoría de edad cumplan sus protectores con ellos volverán, para poder ellos ganar la batalla que se avecinara. Mi obsequio es el elixir de la vida todo aquel que lo beba vivirá más su alma mortal será y el elixir del crecimiento para a sus protectores poder ayudar.

El espejo dejo de brillar y la voz dejo de fluir.

Volviendo al presente

—Mis reyes — sale Amanda del cuarto donde las reinas estaban dando a luz —Fuego y aire hombres son, y tierra y agua mujeres.

Los reyes expulsaron el aire de sus pulmones, sus respiraciones se regularizaron sabiendo tristemente que tendrían que despedirse de ellos tan pronto a como vinieron al mundo, entran los reyes con las cabezas gachas para poder ver a sus príncipes y princesas.

—Amanda, trae los colgantes. —dice el rey Stuart, Amanda salió apresurada de la habitación casi corriendo.

— Hay que ir a escondernos— Nadie debe de saber que ellos ya nacieron.

Herederos a la coronaWhere stories live. Discover now