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Astrid

Luego de pasar por el portal, aparecí en la puerta de un orfanato ya me habían explicado lo que tenía que hacer, así que golpeé la puerta y me fui corriendo a esconder atrás de un gran árbol.

Una monja abre la puerta y voltea ver a los lados, pero no ve a nadie, casi cierra la puerta, pero el llanto del bebé la hace ver hacia abajo, la tristeza y ternura invadió su rostro.

La monja tomo al bebé y se metió al orfanato, ruedo los ojos no puedo creer que los humanos sean tan emocionales, salí de la reja del orfanato, pero un anuncio relucía en la ventana.

"Se necesita cocinera interesado, entrar a recepción".

—Las cosas no se me podían poner más fácil—dije en mi mente,

sonreí y camine hacia la puerta nuevamente, toque dos veces me hice a un lado y espere a que alguien abriera la puerta, una pequeña niña de siete a ocho años abrió la puerta y sonrió.

—Hola, ¿Necesitas algo? — preguntó la niña, me miro interrogante y esperó a que contestara tocándose su cabello rubio.

—¿Hay algún adul...? — deje la frase sin terminar por que apareció una chica de mi edad o menor que yo.

—Ally, te he dicho que no abras la puerta a nadie y esperes a que nosotras lo hagamos — dijo la adolescente un poco molesta ya que la niña le sonríe inocentemente.

—Ella — dijo apuntándome —golpeo la puerta, solo abrí nada más. — dijo la niña.

Una sonrisa se asoma por mis labios, yo las quedaba viendo como si tuvieran un tercer ojo.

—Disculpa — dijo la chica a frunciendo el ceño —¿necesitas algo? — pregunto.

—Bueno yo— dije torciendo mis labios —necesito hablar con el encargado de dar el empleo por él anunció —dije encogiéndome de hombros.

—Oh que descortés de mi parte, entra por favor debes estar muriendo de frío — entré tranquila.

—Muchas gracias— dije, a lo cual ella sonrió para contestar

Camine por un pasillo, observando con un poco de desconfianza donde iba a vivir el príncipe, no sabría si podría convencer a la monja de que me diera el trabajo, pero en todo caso como último recurso, recurriría a mis dones.

Se preguntarán, ¿Cuál es mi don? Bueno nosotros los protectores o cada persona que vive en el mundo de los elementos tenemos dones, fácilmente él mío es poder escuchar a través del viento, el este me trae las noticias hay un dicho que los humanos dicen y es, "¡las palabras vuelan como el viento!", y es algo gracioso ya que ese dicho vino de una persona que fue desterrada del reino de aire, otro de mis dones. No se sorprendan, no muchos tienen la suerte de poseer dos dones, pero cuando mi mellizo murió los dones que poseía él, se transfirieron a mí en el vientre, bueno el otro don es que puedo manipular las cosas que piensan los humanos ¿Cómo hago eso? Fácilmente, muevo mis labios sacando aire por la cual entra a la cabeza por él oído y remueve cualquier pensamiento que tenga, plantando en su mente lo que yo desee.

—Bueno, ya llegamos — dice la humana de la cual aún no se su nombre.

—Muchas gracias — dije.

Toco la puerta esperando a ver quién me contratará o correrá, pero con dudas ya que no sabía que decir y quería más tiempo para pensar.

—Pasa adelante — oí resonar la voz por todo el pasillo, empecé a decir pequeños susurros cargados de maldiciones, ya que aún no sabía que decir

—Buenas noches señorita, ¿Necesita algo? — preguntó amablemente.

—Vine por el puesto de cocinera — dije muy segura de mis palabras, y hablando muy tranquilamente.

—Grandioso, necesitábamos una con urgencia — dijo con una gran sonrisa —solo necesitare sus datos y los lugares donde ha trabajado—dijo mientras dejaba de leer la biblia y buscaba un cuaderno en su mesa.

—Bueno fui ayudante de cocina por dos años, y no he trabajado en otros lugares más que ese—dije con una sonrisa.

—Mire me encantaría darle ese trabajo joven, pero son niños y ellos necesitan de un requerimiento especial, puedo darle el trabajo hasta que me traiga algunas cartas de referencia, ya que necesito saber el lugar donde trabajo y poder saber si dejaría a cargo la salud de los niños. —hablo demasiado seria para mi gusto, pero muy amable.

La verdad no me quedo de otra más que empezar a utilizar mis dones, ya que de una manera u otra no podría conseguir lo que me pide.

Mis labios formaron un círculo, inhale y exhale veo a la mujer cerrar sus ojos, ese era el primer signo importante de que estaba haciendo mi trabajo bien, empecé a murmurar "necesita el trabajo"," se ve confiable", "no tienes otra opción ".

abre los ojos y me muestra una sonrisa que llega hasta sus ojos.

—Tienes el trabajo, ven mañana y te mostrare las instalaciones, tu lugar de trabajo y los platillos que se cocinan aquí— sonrió—por cierto, linda, soy la madre Merry.

Herederos a la coronaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon