Anton y Ernesto fueron grandes aliados y socios en otro tiempo. Su estoica hermandad fue debilitada por intrigas y conspiraciones, dejaron de ser amigos para convertirse en adversarios.
En medio de la vorágine de odio, una pareja de enamorados luchó por no verse involucrada en la disputa. Situación que empeoró al morir uno de ellos.
Años después, los hijos de esos dos amantes frustrados se enamoran, desconociendo el pasado que unió y separó de forma misteriosa a sus respectivas familias. Ivet y Emanuel tendrán que desvelar la otra cara de la verdad si quieren ser felices.
¿Quieres saber si lo conseguirán? Te invito a leer esta obra.
Una historia de músicos, atletas, empresarios y enigmas ocultos.
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¿Saben? Cuando leí la sinopsis, ya sabía por dónde tendía en asunto. La realidad, es que no me molestó.
Deben saber que esta historia se desarrolla en un país latinoamericano: Ecuador, específicamente, en la ciudad de Guayaquil. Siempre que pienso en México para abajo, me imagino climas tropicales, colores, luz y calidez. Esta obra lo muestra muy bien, pues todo el contexto donde está situada tiene sentido.
Bueno, pues la historia comienza mucho antes de que Ivet y Emanuel, los protagonistas, hicieran su aparición. Los padres y abuelos de estos están en medio de una disputa y un malentendido descomunal; ya que, los abuelos de Ivet perdieron todo por unas malas jugadas, culpando a los abuelos y al hijo de estos.
Obviamente, Ivet y Emanuel se conocen. El destino está escrito en las estrellas, como buena historia de amor. La sinopsis nos avisa, de alguna manera, cómo será el inicio y el final, pero no lo que transcurra entre esos dos hechos. Dicho sea de paso, sí pasan unas cuantas cosas, quizás algo obvias por momentos, pero siguen el ritmo de la historia.
La autora me advirtió que, cuando superara los diez primeros capítulos, todo mejoraría. La realidad es que no es una historia mal escrita, o sea, los guiones Wattpad lo cambia cada que se le viene en gana; sí hay palabras mal escritas, con falta de acentos, o simplemente no concuerdan con lo escrito, pero eso se lo adjudico al ansia de escribir, a todos nos pasa. Sin embargo, en esta historia en especial noté ciertos cambios en los personajes, mezclados con situaciones que pudieran suceder con mucha facilidad en la vida real.
Es como una realidad que tu mejor amigo podría contarte, o una historia que oyes de tu vecino. Ese tipo de situaciones que pueden sucederle a cualquiera, con las que te sientes identificado en tu día a día. Algo tan simple como la música, hacer ejercicio o bailar, porque los personajes realizan esas actividades, vaya, incluso con lo de colarse a antros.
Y hablando de personajes, ivet y todos quienes conforman esta novela son ese tipo de personajes que pudieran no gustarme al principio, pero evolucionan en cuanto la historia avanza. Si bien Ivet a veces me trae recuerdos de Milagros de la telenovela "Al diablo con los guapos" y Emanuel, aka Manu, es como muchos protagonistas de novelas juveniles y telenovelas, ambos funcionan muy bien juntos. Ella es bonita, sencilla, que vive para el futuro y se prepara para ello, mientras que él hace lo posible para resaltar en el ámbito musical.
Ambos tienen sueños, pero lamentablemente, también tienen obstáculos. Sí, hay una de esas novias neuróticas en esta historia: la 'Tuti Frutti', me encantó ese apodo, la cual es plástica, superficial y la vida le devuelve el favor de una manera deliciosa. Y me gustó que Ivet y su amiga, Lila, le alegraraN, aunque sea un poco, lo que le pasó. Admito que soy una simple humana y disfruté de ese momento.
SÍ hubo romance, pero tampoco hasta el punto de tornarse empalagoso; lo cual, para mí, fue sUper bueno, ya que no se centró solo en desarrollar sentimientos, sino en crear escenarios para que las emociones fluyeran. Que me sigue pareciendo una telenovela, no lo puedo negar. Pero, pude ignorar ese detalle con facilidad.
Es una obra ligera, romántica, con personajes normalitos y genéricos, a los que la autora saca mucho jugo. Explotó la trama hasta dejarla seca, en el buen sentido. Es un romance como muchos otros, algo cliché, pero con ese puntito especial en la trama.
Hace un tiempo alguien me hizo un comentario sobre los clichés y me cambió la perspectiva (me calló la boca, en pocas palabras xD), puesto que tiene razón. Percibimos nuestra realidad de una forma diferente, es una visión que cada uno se forma acorde a lo que conoces en ese momento, la realidad; es dificilísimo no caer en estos. Incluso, lo que para mí es un cliché, podría ser una idea sUper original para alguien más.
¿Que el final ya me lo sabía y no fue porque lo haya leído antes? Sí, la realidad es que sí lo presentía. Pero todo fue tendiendo hacia ese lado de forma natural y, por momentos, evidente. Así que, tal vez en esta ocasión, mi sentido literario/bibliotecológico no tuvo nada que ver. Se cerraron ciclos y empezaron otros, como todo en la vida.
Con todo lo que he mencionado, me puedo dar cuenta de algo que me atreveré a decir, ya que no lo puedo asegurar: La autora comenzó con este proyecto sin saber muy bien qué rayos hacía. Y no me refiero al tema de la obra, los personajes, situaciones, etc., sino, cómo iba a desarrollarla en sí. Conforme avanzaba en los capítulos era evidente cuando fue cogiendo el ritmo que la acomodaba. Ya no divagaba tanto, sus personajes crecieron, cambiaron, fueron más concretos y reales. Las cosas no les caían del cielo. Está bien pensada y coherente, las cosas tienen su porqué, demostrándonos que, a veces, el amor entre dos personas no siempre es suficiente.
Admito que no esperaba mucho de esta obra, pero disfruté al leerla, sobre todo porque lo hice dos veces, necesitaba refrescar mi memoria para cierto asunto. A las personas nos gustan las historias de amor, y esta no se queda atrás.
