Capítulo 5

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"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."


Pablo Neruda
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Narra Nicky

Hoy como de costumbre, me levante temprano para ir a la escuela, tengo que caminar mucho.

Entro al baño y hago mis necesidades, cuando termino me miro al espejo.

Soy delgada, mi pelo no es largo, más bien es un "paje" o "afro rizo", mis labios son rosados. ¿soy bonita? si, si lo soy.

-¡Nicky!- me llama mi hermano Caym- ¡si no bajas en 5 minutos, te irás caminando a la escuela!- toca mi puerta.

Caym y Abell están en la universidad, tienen que llegar temprano y de paso me llevan a la escuela.

-¡Ya bajo!-grite

Me pongo ropa a toda velocidad, salgo del cuarto y bajo las escaleras.

-¿Caym? ¿Abell?- los llamo al no verlos, pero no responden.

-Ellos ya se fueron, cariño- me avisa mi mama.

-¡Esas malditas ratas de alcantarilla!- grito furiosa.

-Nickaury Emiliana
Garcia Hernandez- se cruza de brazos- ¿que te he dicho de maldecir?- pregunta.

-Que es malo para la salud y que si Maldigo me iré al infierno- murmuro con la cabeza gacha.

-Ahora ve a la escuela, ya esta tarde- me besa la mejilla.

Salgo de la casa con un animo de perros.

Saco mi telefono celular y conectó mis audífonos.

Busco mi lista de canciones y empieza a sonar Coseme de Beret.

Voy todo el camino distraída tarareando canciones de Beret, hasta que choco con alguien y caigo al suelo.

-¡Mierda!- me quejo.

-Lo siento ¿estas bien?- pregunta el chico con el que tropecé.

-Si - contesto seca.

Trato de levantarme, pero el dolor punzante en mi tobillo no me deja.

Hago un mueca de dolor.

El tipo se agacha y me revisa el tobillo.

-Es una torcedura- avisa - no puedes apoyar el pie si no quieres que empeore.

-Pero tengo que ir a la escuela- lloriqueo.

-¿A cual?

-A la High School Web- digo.

-Hoy es mi primer día en esa escuela- sonríe

-¡Y eso a mi que me importa! ¡No puedo dañar mi récord de asistencia perfecta!- me quejo.

-Yo te puedo llevar- sonríe con arrogancia.

-¿Como idiota? No veo que traigas carro- ruedo lo ojos.

-Cargada, no es por presumir pero soy bastante fuerte- dice flexionando sus brazos.

-Prefiero ir caminando- vuelvo a intentar pararme, pero vuelvo a caer.

-Son mis brazos o arruinar tu asistencia perfecta- dice imitando mi voz en las dos últimas palabras.

Bueno, el chico no se ve mal y si me ven llegar en sus brazos sere la envidia de todas las chicas, además, no quiero faltar, nunca lo he hecho y no pienso hacerlo.

-Está bien- suspiro cansada.

El tipo me levanta con cuidado y luego pone uno de sus brazos por detrás de mis muslos y el otro en mi cintura.

-Pensé que pesabas menos- dijo.

-¿¡me estas diciendo gorda!?- finjo enojo.

-N-no, yo no quería decir eso- se sonroja.

Me rio, es divertido ver su cara preocupada por no herir mis sentimientos.

-Es broma- pongo mis brazos al rededor de su cuello -tranquilo- sonrio.

El chico se tensa.

-¿cual es tu nombre?- pregunta cuando comienza a caminar.

-Nicky ¿y tu?

-Darwin- Sonríe.

Y esa sonrisa, esa maldita sonrisa, fue mi perdición.

El Proyecto VWhere stories live. Discover now