El Proyecto V

Capítulo 37

Narra Sol.

Abnel, el  primer chico del que por fin logro enamorarme, esta tirado en el piso con un charco de sangre al rededor de él, principalmente debajo de su cabeza.

Quito la mirada de su cuerpo inconsciente y la dirijo hacia su agresor, ahí está Samuel, mirando el cuerpo inmóvil de Abnel mientras respira agitado.

-¡Maldito!- grito- ¡Estas loco!- mi voz se quiebra. Temo acercarme al cuerpo de Abnel, temo que Samuel me haga algo peor.

-¡Lo hice por ti, por nuestro amor!- me grita devuelta.

-No me jodas- murmuro bajo.- ¿crees que matar a alguien por una chica que ni siquiera esta interesada en ti es amor? ¡Eso es una maldita obsesión!- le grito desesperada.

-Tu me amas- dice con una sonrisa ladida- sólo que aún no te das cuenta... Y yo me encargaré de hacerte abrir los ojos.- se acerca a mi sin quitar su mirada de mis ojos.

Instintivamente niego con la cabeza y me echo a correr hacia la ciudad.

-No vas a huir de mi, Solecito. No te volverás a escapar de mi.- escucho que grita.

Corro sin mirar a atrás, no me interesa ver lo cerca que esta de mi. Esquivo algunas piedras o palos que hay en mi camino, pero sin salir de la carretera. Si me adentro al bosque para esconderme posiblemente me atrape más rápido.

-Acepta tu amor por mi y vivamos felices- grita a mi espalda.

Tropiezo con mis propios pies al mirar atrás. Malditos nervios. Trato de volver a levantarme, pero Samuel me agarra por la cintura y voltea mi cuerpo para quedar frente a él.

-Te haría mía en esta misma carretera.- hunde su cabeza en mi cuello- pero debo ser caballeroso y al menos hacerlo en una cama.

Se sienta arriba de mi, veo como saca un pañuelo y un frasco de su pantalón.

-Eres un malnacido- escupo con rabia.

-Me lo han dicho.- vierte el líquido en el pañuelo y lo acerca lentamente a mi rostro. He visto demasiadas películas de secuestro como para saber que hacer en este caso.

Cuando el pañuelo llega a mi rostro,  aguanto la respiración y forcejeo,  cuando siento que la respiración me empieza a fallar finjo un desmayo.

-No pensé que funcionaria tan rápido.- murmura retirando en pañuelo.

Será idiota- pienso con fastidio.

Debería estar asustada, pero esta situación sólo me enoja e irrita.

Siento como me carga en sus hombros y aprieta una de mis nalgas, si no fuera porque estoy siendo secuestrada, ya le hubiera dado una buena paliza.

El cuerpo de Abnel tirado en el piso llega a mi cabeza, desesperandome y preocupandome aún más.

Ruego en mi interior que se encuentre con vida, con todas mis fuerzas lo hago. No me interesa lo que me pase, solo quiero que él este bien y que todo esto sea una maldita pesadilla.