Entró a mi habitación con el corazón acelerado. No se porque rayos tenía que planear esto. Ahora estoy con la bata de baño puesta y mi ropa interior debajo, sin saber que rayos decir.
-¿Eli? ¿eres tu?- pregunta Alex al verme entrar.
-Si, soy yo.
-¿Por qué mierda estoy atado aquí?- pregunta. Se escucha enojado.
-¿Venganza?- respondo en todo de pregunta.
-¡Que venganza ni que mierda!- me grita.
En estos momentos estoy a punto de llorar. Odio que me griten.
-¡A demás estoy desnudo, por un carajo!- sigue gritando.
Trato de tranquilizarme y tragar el nudo de mi garganta antes de responder.
-Oye, solo es un broma, no es para tanto.- trato de sonar tranquila.
-¡No! Ya...-
-¡Deja de gritarme!- lo interrumpo.- ya basta.
-Lo siento.- dice.
-¿Que es lo que sientes?- le pregunto.
-Siento gritarte, engañarte e ilusionarte.- dice. ¿Ilusionarme? ¿En que sentido lo dice?
-¿De que hablas? ¿Cómo que ilusionarme?- pregunto temiendo la respuesta.
-Tu estas enamorada de mi- empieza a hablar-, y en un principio si me gustabas, mucho a decir verdad, pero tu sólo me querías como amigo o algo así, la verdad nunca llegue a entender tus sentimientos hacia mí. Cuanto más tiempo pasaba junto a ti, más mi enamoramiento iba pasando y al final solo termine sintiendo un cariño de hermanos. Nunca me di cuenta cuando tus sentimientos por mi cambiaron.
Cada una de sus palabras iban rompiendo mi corazón, yo si me enamore de él. Desde el principio.
-Y por un demonio, no sabes cuanto me arrepiento de haberte dicho que me gustabas, cuando estábamos en la cabaña, solo no quería que te enojaras conmigo, pero termine empeorando más las cosas. Lo siento.- dice.
-Yo también lo siento, siento haberme enamorado de ti, siento haber ocultado mis sentimientos desde el inicio sólo por miedo a terminar como estoy ahora.- digo con una sonrisa amarga.
-Eli yo...-
-Y te voy a desatar, solo para que te vayas y no quiero que me mires, ni hables, ni me toques. Necesito eso, por hoy y quien sabe, quizás por una semana o un mes.- digo acercándome a él.
Desató los nudos intentado no rosar su piel con mis manos. Al terminar me dirijo al balcón en silencio, esperando que se vaya de mi habitación y mi corazón.
Escucho la puerta de mi habitación cerrarse, lo que me hace pensar que ya estoy sola. Suelto un suspiro cansado, pensando que quizás si debi reenviar esas cadenas de whatsapp, quizás si eran ciertas y por eso es que mi vida amorosa es tan mala.
-¿Otra vez llorando por un chico?- pregunta Steve desde su balcón.
-No, esta vez no.- digo mirándolo a los ojos.
-Te vi triste, oye ¿sabias que desde mi habitación se escucha todo lo que hablan?- dice con una sonrisa traviesa.
-¿Eso quiere decir que siempre que veo una película porno tu te das cuenta?- digo tratando de desviar el tema.
-No seas metirosa, tu no ves pornografia.
-¿Cómo lo supiste?- pregunto.
-No lo sabía, pero me lo acabas de confirmar. Por cierto, linda ropa interior.- dice antes de darse la vuelta e irse.
Miro hacia bajo y veo que el nudo de mi bata se desató, mostrando mi ropa interior.
-¡Gracias!- vocifero mientras me encojo de hombros.
Ay Alex... de lo que te pierdes.
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