Capítulo 50

326 40 28
                                    

Narra Nicky

-¡Adiel, sueltame!- grite asustada.

No entiendo esto, se supone que él debería estar en la cama amarrado mientras yo me reía de su cara, pero ahora los papeles se invirtieron, yo estoy en la cama, debajo de él, mientras él se ríe de mi cara.

-¿Qué se suponía que ibas a hacer?- pregunta.

-Nada- murmuró.

-Si no me dices... voy a terminar de quitarte lo poco que tienes puesto, mi amor.- dice con una sonrisa. Más nerviosa no se puede estar.

-N-no te atreverías.- respondo.

-Ah no...- me toma ambas muñecas con una mano, mientras que con la otra libre va bajando uno de los tiros de mi brasier.

-¡No! Te lo dire.

-Te escucho.- dice apartando su mano.

-Iba a seducirte, para que tuvieras una erección y dejarte amarrado, con ganas y frío.- hablo rápido.

-Eso es cruel.- dice mirándome a los labios.- ¿Que pasaría si yo te hago eso?- pregunta.

-No funcionaria porque soy chica y no tengo pene.- respondo burlona.

El se remueve incómodo por la posición, haciendo que su "cosa" rose mi muslo.

-T-tu cosa se movió.- digo volviendo a los nervios.

-¿Que cosa?- dice con una sonrisa inocente.

-¡No mames, quítate de arriba!- grito tratando de zafarme de su agarre.

-Tranquila o la "cosa" se va a despertar.- dice haciendo énfasis en la palabra cosa.

Trago saliva intentando pensar en conejitos rosados.

Mierda me esta latiendo y no es el corazón.

-Vamos a hacer un trato, tu te quitarás de arriba de mi y yo haré como si nada de esto ha pasado.- trato de mantenerme tranquila.

-Bebé, esto es divertido. Me gusta estar así. Arriba y desnudo.

-Entendí esa referencia. Ahora quítate pendejo. Ya me canse de tus jueguitos.

-Ay por favor, Nicky bonita. Solo será una ratito. Déjame explorarte enterita, déjame robarte un beso que me llegue hasta alma.- empieza a cantar.

Me acerco a sus labios lentamente. El al ver mi intención de besarlo afloja su agarre, aprovecho su momento de distracción y le doy la vuelta. Ahora yo estoy arriba.

-Está posición me gusta más, bebé.- digo imitando su voz.

-A mi también, así puedo apreciar tu hermosa espalda.- dice en un tono burlón.

-Eso también lo entendí.- digo quitándome de arriba.

-¡Vamos! No te molestes. Eres hermosa tal y como eres, además me encanta tu cuerpo.- dice e inmediatamente me vuelvo a poner nerviosa.

-No, ya la cagaste.- digo dirigiéndome a mi armario.

-Amor, no te vistas.

-Ahora que lo pienso- hago una pausa-, estoy casi desnuda, delante de un chico que no es nada mío que, además, está en pelotas. Mi madre estaría muy avergonzada.

-Si, eso se escucha mal. Que bueno que ella no se dará cuenta.- dice con una sonrisa.

-¿Que avergonzada? ella me dio un paquete de condones.- pienso en voz alta.

-Eso es como darte permiso a tener sexo.

-Lo se.- lo miro.

-Entonces... ¿podemos hacerlo?- pregunta con una sonrisa inocente.

Instintivamente bajo mi mirada así su "cosa". ¡Está erecto! Así se ve más grande.

-No. No quiero perder mi virginidad y que me partan en dos.- digo sin apartar la mirada de su erecto pene.

-Seré delicado...

El Proyecto VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora