4. "Te he dicho que olvides ese nombre."

2.2M 150K 203K
                                    

Capitulo IV

Artemis

Después de una sesión rápida de sexo en la oficina, me separo de Cristina, ella baja su falda, respirando agitadamente. Arreglo mis boxers y subo mis pantalones, ella se pasa la mano por la cara, —Guau, hoy estas especialmente apasionado.

No digo nada y voy al pequeño baño privado a un lado de mi escritorio, me aseo y acomodo mi corbata para volver a sentarme en mis escritorio, —¿Qué estas haciendo aquí?— le pregunto porque ella sabe que no me gusta que me visite en el trabajo.

Ella sonríe, levantando una ceja, —¿Hasta ahora preguntas?

La había atacado apenas había entrado por la puerta sin dejarla hablar, sin saludarla, sin nada. Necesitaba el sexo, necesitaba relajarme.

Ella se sienta al otro lado del escritorio, —Solo quería verte, tenemos días sin vernos.

—He tenido mucho trabajo.— y ella lo sabe, una de las razones por la que hemos funcionado es porque Cristina lo entiende todo, no exige, no se queja, ella sabe como soy y se ha amoldado a eso.

Ella suspira, —Lo se, solo te extraño.

Mis ojos caen sobre ella y puedo ver como baja la mirada, en un intento de ocultar la tristeza en su expresión, —¿Quieres ir a cenar esta noche?

Ella me mira, sonriendo de oreja a oreja, —Claro.

Le doy una sonrisa corta, —De acuerdo, haré las reservaciones.

Ella se levanta, rodea el escritorio, se inclina y me da un beso corto en la boca, —Bueno, te veo esta noche.

La veo dirigirse a la puerta, saludar a Hannah, la gerente de compras de la empresa, que viene entrando antes de irse.

Hannah me da una sonrisa amable, dejando una carpeta sobre mi escritorio, —Buenas tardes, señor.

—Buenas tardes, espero que sean buenas noticias.

—Si, el bulldozer esta funcionando perfectamente, aquí les dejo los reportes de maquinarias, las piezas, el costo de la mano de obra, si tiene alguna duda me lo hace saber.

Dejo salir una larga respiración de alivio, el bulldozer es una de las maquinas mas costosas que tenemos, —Bien, muchas gracias.

Ella me sonríe amablemente de nuevo y se va.

Involucrarme personalmente en cada pequeña cosa que pasa en la empresa esta en contra de lo que me ha recomendado el medico para el estrés, según el, debo confiar más en mis trabajadores y dejarles más responsabilidades. Lo he intentado, pero no puedo. Me siento inmensamente responsable por esta empresa, mi padre ha confiado en mí y no puedo defraudarlo.

Me paso la mano por la cara, enterrandome en la silla. Cierro mis ojos, masajeando mis sienes. Estoy exhausto, mis noches de insomnio pasando factura.

—Que vista tan desmotivamente.

La voz de Alex me sorprende, abro mis ojos para verlo de brazos cruzados sentado al otro lado de mi escritorio, —Sin ofender, pero te ves fatal.

Alex es mi mejor amigo, nos conocimos en la universidad, estuvimos en la misma facultad pero él estudió finanzas. Cuando tomé el control de la empresa, lo contraté, es una de la pocas personas en las que confío.

Relajo mis hombros, —¿Qué haces aquí?

Él sonríe abiertamente, su cara iluminadose, Alex es muy alegre, —Siempre tan encantador, ¿No puedo visitar a mi mejor amigo?

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Where stories live. Discover now