9. "¿Qué es lo que quieres, Artemis?"

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Claudia.

Esto es peligroso.

Puedo sentir el calor emanando del cuerpo de Artemis contra el mío, su brazo alrededor de mi cintura calienta mi piel, despertando sensaciones que se que no debería estar sintiendo con él.

Él esta tan cerca que puedo admirar cada una de sus facciones varoniles y lo perfectamente cuidada que esta su ligera barba. Una parte de mi no puede evitar imaginar como se sentiría su ligera barba contra mi piel desnuda.

Sin embargo, no son mis pensamientos lujuriosos los que hacen de esta situación peligrosa sino la determinación en los ojos de Artemis. Él esta en control de la situación por primera vez, en su expresión puedo ver lo decidido que esta. Sino manejo esto bien puede terminar de miles formas diferentes.

En vano, intento empujarlo y él solo aprieta su agarre en mi cintura, presionandóme contra él, —¿Por qué siempre huyes de mí?

Trago grueso, sintiendo la intensidad de sus ojos sobre mí, —No estoy huyendo de tí.

Las curvas de sus labios se alzan ligeramente, formando una sonrisa picara que jamás he visto en él y es desarmante, se ve maravillosamente sensual y tan seguro de si mismo.

Alejáte de él, Claudia.

Mi consciencia me advierte, pero no puedo negar lo bien que se siente estar en sus brazos, su cuerpo es definido y fuerte, me hace sentir segura.

Necesito tomar el control de esta situación. No me gusta ceder el control, me hace sentir vulnerable y es una sensación que no me agrada. Artemis podrá controlar a las personas a su alrededor con facilidad pero no a mí, nunca a mí.

Así que me relajo en sus brazos, y él parece notarlo, sin poder ocultar la sorpresa en sus ojos, levanto mis manos para ponerlas alrededor de su cuello, —¿Crees que puedes manejarlo?

Artemis me da una mirada de sorpresa, —¿De qué hablas?

Le doy una sonrisa llena de confianza, —Si me tienes, ¿Crees que podrías manejarlo?

Artemis alza una ceja, —Oh créeme que puedo.

Me muerdo el labio inferior, acercando mi rostro aún más al de él, —¿Estas seguro?

Lo observo tragar pero no se aleja, su nariz roza la mía, —Déjame probártelo.

El espacio entre nuestros labios es insignificante, un ligero movimiento de su parte o de la mía podría cerrarlo. Él es tan solo un poco más alto que yo así que me paro en la puntilla de mis pies para acercarme a sus labios hasta el punto que nuestras respiraciones se mezclan. Nuestros miradas están atadas, cargadas con el montón de sensaciones que se expanden entre los dos.

Quiero besarlo.

Esa afirmación me sorprende porque solo estaba tratando de ganar el control de la situación, no de iniciar nada pero tenerlo tan cerca, su olor, su respiración, su calor, el deseo en sus ojos, estoy cubierta en su presencia y eso nubla mi razonamiento.

—¿Vas a provocarme toda la noche?— él susurra sobre mis labios.

Antes de que pueda ceder antes mis deseos, aprovecho su confianza para agarrarlo desprevenido y empujarlo, liberandóme, —Debería irme.

Él no parece sorprendido por mis acciones y se pasa la mano por la barba, —No importa que tanto huyas, hay cosas que son inevitables, Claudia.

Cruzo las manos sobre mi pecho, —¿Cómo cuales?

—Tu y yo.

Ignoro sus palabras, —Es tarde, de verdad, tengo que irme.

—Yo te llevo.

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora