A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]

32. "Hice algo estúpido."

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Claudia.

Nunca he sido de sueño profundo.

Lo culpo a todas esas noches inquietas de mi niñez, donde siempre estuve alerta por si algo pasaba. Ahora el sonido más simple puede despertarme, como la notificación de un mensaje en mi teléfono.

Ignoro el primer mensaje porque estoy envuelta en los brazos de Artemis quien duerme profundamente detrás de mi. No quiero moverme, pero cuando suena una segunda vez, luego una tercera y hasta una cuarta, abro mis ojos para echarle un vistazo a mi celular sobre la mesita de noche, el reloj despertador del al lado marca las 3:45 am.

¿Quién me envía mensajes a esta hora?

Estiro mi mano con cuidado y tomo mi celular, veo la pantalla encendida, los mensajes en la barra de notificaciones visibles.

Es Daniel.

Arrugo mis cejas al leer sus mensajes.

Daniel:

3:40 am

Claudia, te extraño.

3:41 am:

Estoy borracho y no puedo

Dejar de pensar en ti.

Hice algo estúpido.

3:42 am:

Necesito verte, por favor.

Solo una vez.

Y el último mensaje que me hizo dejar de respirar ahí mismo:

3:44 am:

Estoy frente a tu casa,

No me iré hasta verte.

¡Mierda!

Artemis se retuerce detrás de mi y bajo el teléfono enterrándolo en la almohada para que la luz no lo despierte.

Ok, Claudia, necesitas manejar esto de la mejor forma porque puede salir mal de muchas maneras.

Dudo que exista una forma correcta, considero no salir y apagar mi teléfono, tiene que cansarse de estar afuera, pero conozco a Daniel, cuando esta borracho suele quedarse dormido en cualquier lado. Además, no soy tan inhumana como para dejarlo afuera a su suerte cuando ni siquiera se como llegó aquí, ¿Y si vino manejando su auto? De ninguna forma puede irse por si solo.

¡Arg! Sabía que meterme con él la última vez fue una mala idea, fue mi error, yo sabía que el chico tenía sentimientos por mi, no debí usarlo así.

Con cuidado, desenredo los brazos de Artemis de mi cintura y salgo de la cama. Por un segundo veo al hombre desnudo en la cama, los músculos de su espalda claros bajo la luz de luna que se escabulle por la ventana, su mano extendida hacia mi lado como si me buscara dormido.