19. "Esto fue una mala idea."

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Artemis

No puedo dejar de mirarla.

He intentado distraerme, hablar sobre negocios con mi padre o sobre relaciones publicas con mi madre, hasta he intentado iniciar una conversación con Ares pero apenas Claudia entra en el lugar, no puedo apartar mis ojos por más que lo intento y no me gusta, me desagrada esta sensación de descontrol.

Estamos de vacaciones navideñas en Grecia, el destino favorito y de tradición de mi familia. Claudia y su madre han venido con nosotros como siempre pero ahora especialmente porque Claudia es la encargada de cuidar al abuelo, luce tan cómoda con él, parecen tener una relación muy cercana. Nunca he podido tener ese tipo de relación con él, lo respeto mucho, y es un modelo a seguir, pero no se ha dado la oportunidad de conocernos a fondo.

Estamos en la terraza del hotel, sentados en una larga mesa. El sol del atardecer le da un tono naranja al lugar, mi madre esta tomando su vino favorito, mi padre ocupado en su tablet dibujando gráficas, Ares y Apolo están en sus teléfonos comentando sobre una foto que nos tomamos temprano y al parecer se volvió viral.

El abuelo se ha ido a descansar y Claudia esta sentada al otro lado de la mesa frente a mí. Tiene puesto un vestido de traje de baño rojo que hace juego con su cabello y un vestido playero casi transparente que la cubre un poco. Sin embargo, puedo ver su escote claramente, su piel luce tan suave que no puedo evitar imaginarme pasando mi lengua por su cuello hasta bajar al valle de sus pechos.

Meneo la cabeza, apartando la mirada. No seas un pervertido, Artemis.

Esta mujer va a matarme.

Mi mente se ha vuelto aún más pervertida después de esos besos en la cocina, haberla probado, sentido, haber escuchado sus gemidos me ha hecho querer más y más de ella.

Pero no puedes, así que deja de fantasear con ello.

Claudia toma un pedazo de sandia con ambas manos, envolviendo sus labios sobre la misma antes de darle una mordida. Esos labios que se son tan suaves se tornan ligeramente rojos mientras se come la fruta. Quiero levantarme, tomarla del cuello y besarla, chupar sus labios adulzados por la sandia.

Como he dicho, he tenido problemas severos de concentración cuando ella esta con nosotros.

Claudia parece notar mi mirada y sus ojos encuentran los míos, ella arruga sus cejas y me susurra, —¿Qué?

Solo fantaseando las mil formas en las que quiero follarte, —Nada.

Ella esta ligeramente bronceada y eso hace que las pecas sobre sus pómulos y nariz sean más visibles.

Claudia me da una mirada extrañada antes de seguir comiendo así que me levanto, necesito aire, antes de que mi imaginación me haga tener una erección en la mesa con mi familia de testigo.

Subo a nuestra suite, usando el ascensor, con las manos en los bolsillos de mis shorts. Varias mujeres con el uniforme del Resort se unen al ascensor y las puedo oír murmurar y soltar risitas después de darme unos cuantos vistazos. Ya me he acostumbrado a la atención de las mujeres pero no soy de esos hombres que tienen un ego al respecto, después de todo, ser atractivo fisicamente no me hace mejor o peor que nadie. Y aunque me facilita las cosas con las mujeres, no me ha servido de nada cuando no puedo luchar por la atención de la mujer que me importa.

Entro a la suite y el abuelo esta en el sofá, con una taza de palomitas entre las piernas viendo una película. Le doy una sonrisa de boca cerrada como saludo antes de caminar a la habitación que estoy usando, es una suite inmensa.

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Where stories live. Discover now