Capitulo 3.

7.4K 356 6
                                    


--¿Ya terminaste de jugar?
--articulo Nick en cuanto respondí a su llamada. La cual llegó 20 minutos después de mi pequeña e inocente broma.

--¿Por que tardaste tanto en volverme a llamar? Tenías miedo de que fuera una persona dentro de un manicomio, ¿verdad?

Su risa se escuchó tan linda a través del teléfono, que tuve que reírme junto con el.

--Eres graciosa.--se quedó callado por un tiempo antes de responder.--Estoy en horas de trabajo, es por eso que tarde en volverte a llamar, justamente después de que cortaras alguien estaba  pidiendo hablar conmigo.

--Oh, también estoy trabajando en estos momentos.

--Entonces iré directo al grano, te llamaba para saber a qué hora es tu almuerzo, me gustaría verte otra vez.

--¿De verdad?

--¿Que es esa voz sorprendida? No creo haber dado una impresión contraria a la vez anterior.

--No, no es nada. Tengo una hora y media libre a partir de las 12 del mediodía.

--Bien....yo podria tomarme ese tiempo también, me mandas un texto con la dirección de tu trabajo.

--Lo hare.

--Te mando un beso.

Esa de verdad que no me la esperaba. Me sentí incómoda sobre lo que iba a responder, pero, ¿a quien quiero engañar? Simplemente deje que las palabras correctas fluyeran.

--Tambien te mando un beso.

El carcajeo.

--Eso tardo un poco, pero me gustó esa voz en la que lo dijiste. Valió la pena la espera, nos vemos en un rato.

No me sentía segura de decirle a Jazmyn que me vería nuevamente con Nick. Por lo que no di tantos detalles al decirle porque la estaba dejando sola para el almuerzo.

Han sido las inusuales las veces en las que había elegido otro lugar para comer que a su lado, por el simple hecho de que ambos estamos solteras e independientes de nuestras familias como para tener que ir junto a otra persona que no sea la otra a un almuerzo o comida en general.

Nick llegó por mi, 10 minutos después de que Jazmyn se había ido a comer. Agradecida tanto ese tan pequeño incidente.

Lo saludé en cuanto entre al carro, me devolvió el saludo antes de arrancar.

--¿Vamos a un restaurante o te gustaría ir a mi casa?

La pregunta me tomo por sorpresa, y estoy segura de que me había sonrojado ante la mención de su casa. El se rió, pero no hizo nada más que negar con su cabeza y continuar viendo el camino.

--Donde tú quieras.

--Mencione mi casa porque Martha hace una comida exquisita que estoy seguro que jamás has probado. No para hacer cosas como las que seguro pensaste...aunque claro si quieres...

Solté lo primero que vino a mi cabeza al escuchar aquel nombre...

--¿Eres casado?

--¿Que? No.

Asentí pero me mantuve en silencio durante el resto del camino. Mi pregunta había dejado cierta incomodidad en el ambiente y no quería empeorarlo.

Finalmente se había decidido por ir a su casa. Reconocí la calle en la que se metió y lo confirme al tenernos aparcados enfrente de ella.

Una señora con un delantal envuelto en su cintura fue quien nos abrió la puerta, le sonrió a Nick y me miró por unos pocos segundos intentando descifrar de donde había salido yo. Su mirada estaba empezando a ponerme más incómoda de lo que ya estaba por lo que no pude quedarme un minuto más callada.

--Hola, soy Taylor.--me introduje a mi misma y estire mi brazo hacia ella.--Un placer conocerla.

--Un placer conocerte también.
--respondío tomando mi mano.
--Oye, Nick. ¿Realmente viniste con una mujer decente o estoy soñando?

--Martha.

La señora, cuyo nombre parece ser Martha dio una sonrisa amplia antes de dejarnos pasar. Considere dos veces el haber venido, todavía no hemos ni almorzado y este ya está siendo uno de los almuerzos más incómodos a los que he tenido que asistir en mi vida entera.

--Ya va a estar el almuerzo, me puse a remodelar un poco y me dio la hora.

--Estaremos en mi habitación, ve a llamarnos cuando esté la comida y por favor, toca la puerta antes de entrar.

Martha levantó su pulgar hacia él, dándole aprobación de lo que acababa de decir antes de desaparecer a la cocina.

--¿A donde quieres ir?
--pregunto Nick mirándome.
--Dije que iríamos a la habitación sin considerar que quizá no quieras eso.

--Yo, realmente me gustaría ir a ayudarle en la cocina. No quiero dejar una mala impresión y solamente comer sin ayudarle.

--¿Quieres eso?

--Si.

--Entonces vayamos a la cocina.

La mayoría de cosas para el almuerzo ya habían sido puestas en la estufa para cocinar, incluso estaban casi cosidas. Nick se encargó de recalcarme eso pero no me importó, cocinar no era lo único en lo que podía ayudar, amablemente quite a Martha del fregador para continuar lavando los trastes que ella había ensuciado mientras cortaba o lavaba  los alimentos. Después los coloque en los lugares que Nick me indicaba, hasta que se puso junto a mi a hacerlo, una vez que habíamos terminado con eso, sequé y limpie la cocina de los residuos.

--Cambie de opinión, de verdad quiero tenerte en mi cama hoy.
--susurro Nick detrás de mí, dando un apretón ligero en mi trasero.

--¿Cuando lo quisiste?
--pregunte bajo, supongo que ninguno de los dos quería ser escuchado. Dejé a un lado el trapo con el que sequé y caminé fuera de la cocina con Nick siguiendo mis pasos.

--Puedo jurar que cuando llame lo hacía inconscientemente. Para que almorzaramos y nos besaramos como mucho.

--Bueno, es todo a lo que vamos a llegar.
--bufonee. Yo también quería volver a sentirlo, si es de esa forma en la que no va a perder  interés en mi.

El accedió.

--Si es lo que quieres, puedo esperar.

--¿No vas a correr a traer otra mujer?

--¿Que?

Tonta, tonta.

--Estaba bromeando.
--sonreí falsamente, esperado que luciera como una sonrisa real.

--Voy a dejarlo pasar.

Martha nos llamó para almorzar en el momento oportuno, ella se sentó junto a nosotros pero no hablo demasiado. Me hizo algunas preguntas al inicio y me limité a responder lo más corto posible. Me sentía extraña en este lugar.

Era como que  si cada vez que abría la boca alguien decía algo incómodo y luego estaba yo diciendo otra cosa que empeoraba la situacion. Tal vez necesito estar con un poco de alcohol en mi sistema para sentirme cómoda a su lado tal y como la primera vez.


Bajo las sábanas; Nick Bateman, Taylor Hill Där berättelser lever. Upptäck nu