Capitulo 12.

5.1K 292 21
                                    


Nick estuvo siguiéndonos mientras comprabamos, hasta que llego el momento el que se cansó y desaparecio de nuestras vistas. Lamentablemente, su ausencia no duró mucho porque apareció en la caja donde estábamos pagando.

--¿Están haciendo compras para todo el año o comen como cerdos?.--pregunto señalando el montón de bolsas que iban en las carretas que llevábamos Jazmyn y yo. El solamente llevaba dos bolsas, una con pan molde y la otra con bebidas energéticas.

--Solo para todo lo que resta del mes.

--Entonces comen como cerdos.

No pude aguantar quedarme callada por mucho tiempo.

--¿Ves esos carros circulando?.--sostuve la carreta con una mano y con la otra señale a los carros que buscaban estacionamiento.--Debajo de alguno vas a quedar a como no te calles las bembas.

--Deja de tratar de enamorarme frente a tu amiga, Taylor. De verdad, ten vergüenza.

Jazmyn se rió ante su comentario y el me hizo un guiño, inmediatamente puso sus dos bolsas en mi carreta y me sonrió ignorando la furiosa mirada que le regalé.

--Hazte para un lado, yo la llevo. Solo dirijanmen hasta el vehículo.

Nos ayudó a meter las bolsas en el maletero del carro y se ofreció a llevar las dos carretas al lugar donde debían ponerse una vez que fueron desalojadas. Me trague las ganas de ignorarlo por siempre y le agradecí.

--Ni crean que no note ese montón de guineos que llevaban, con eso se engordan a los cerdos.

Yo lo intenté, de verdad  intente no soltarle un golpe. Pero es que con su actitud de chiquillo me resultó imposible, además, estoy segura que anda por la menopausia porque el día que le lave el cabello aprecie algunas canas. Viejo infantil.

Y si, también sé que a los hombres no les llega la menopausia pero no me importa. Él es medio mujer, aunque con pene y espermatozoides potentes porque fue capaz de poner uno de esos en mi en poco tiempo.

Le solté otro golpe por haberme dejado embarazada. Estudio tanto para ser abogado, o lo que sea a lo que se dedique y no pudo prestar atención a las clases de protección sexual que seguramente le dieron en la biblioteca de la secundaria.

--¿Y el otro por qué fue?

--Por que no te cansas de hacer las cosas mal.

--Es re yo en la vida.--hablo Jazmyn en voz baja, pero pude escucharla. La verdad yo también hacia todo mal pero no iba a admitirlo en voz alta.

--Bueno chicas, iré a dejar las carretas. Guardenme cena porque iré a cenar a donde ustedes hoy.

--Espero que estés bromeando.

--Elmo sabe dónde vives.--manifesto señalandome a mí y a sus ojos consecutivamente antes de caminar lejos de nosotras arrastrando las dos carretas.

Jazmyn se ofreció a hacer la cena cuando oyó decir que yo no estaba preparando nada para Nick. La verdad, tome su comentario como una broma, no como algo que realmente iba a hacer, pero ella no.  Incluso cambio el huevo por pollo frito, y el pan por las tajadas, cuando nunca le ha gustado cocinar eso para la cena porque tarda demasiado en estar.

--Me voy a reír en tu cara cuando lleguen las 10 de la noche y el no haya venido.
--me burle de ella desde la sala. Tenemos 30 minutos de haber llegado a casa y no hay pista de Nick por ningún lado.

--¿Qué apostamos?

--Yo nada, soy una mujer cristiana que ni hace apuestas.

--Ni siquiera sabes cuántos días tardo Jesús en volver a tener vida.

--Tres días.

Estoy segura que me iba responder con  una tontería, porque no le quedó tiempo porque comenzaron a sonar toques en la puerta y le hice un movimiento con la mano avisando que iría a abrir, ella accedió y siguió con su trabajo de chef por un día.

--Pense que estabas bromeando.--le dije a Nick cuando abrí la puerta. Se había bañado y cambiado de ropa, con razón tardo tanto.

--Para nada.

Me hice a un lado para que pasara, y una vez que entro cerró la puerta. El con toda confianza se sentó en un mueble, como si estuviera en su casa donde conocía a todo y todos.

--¿Y, que te ha dado por visitar?

--¿Cómo que qué me ha dado por visitar? Tenías mucho tiempo sin verme, seguro ya estabas empezando a extrañarme.

--Nick, de verdad. Así en pregunta sería, ¿qué edad tienes? Porque actúas como el sobrino de cinco años de Jazmyn.

El se rió y sacudió su cabeza.

--Tengo ese cinco multiplicado ocho veces y un poquito más.

Entonces empecé a hacer cálculos.

Cinco por cinco eran....cinco, diez, quince y seguí contando con mis dedos hasta llegar a 25, conté tres más de cinco en cinco y llegué a los cuarenta. Si, fui la vergüenza de mis padres en las tablas.

--¿¿Cuarenta??---curiose asombrada.
--Se que tienes canas, pero nunca pensé que ibas a ser tan viejo. Vergüenza te debería de dar seguir actuando como adolescente, abuelo.

--Nunca he actuado como adolescente, soy un señor divertido.

--Ni siquiera puedo creer que aún te funcione.

--¿Me funcione el qué?.--inquirio alzando una ceja.

--Ire a ver cómo va Jazmyn en la cocina.
--anuncie negandome a seguir teniendo esa conversación.

Jazmyn ya tenía todo listo para cuando llegue,  solo requirió ayuda en servir los jugos y luche con todas mis fuerzas para no echarle alguna sustancia de sabor raro al de Nick. De verdad me emocionaba en pensar hacerle cosas malas, no del tipo sexual, sino malas de verdad.

--Esto parece de restaurante.--felicito Nick a Jazmyn después de haber probado su plato.

--Ojala vinieras todos los dias para que cambie más seguido los huevos con pan y frijoles.

--¿Lo dices para que te cambie el menú o para verme más seguido por las noches, acosadora?

--Totalmente segura de que es solo por verte.--objeto Jazmyn por mí, pateando mi pie por debajo de la mesa. Evite no quejarme y seguir comiendo.

Me mantuve solamente escuchando la plática que se tenían. Esperando el momento en el que a alguno de los dos se les ocurriera decir algo que verdaderamente fuera relevante. Aunque la que más hablaba era Jazmyn,Nick solo respondía a las mil preguntas que ella le hacía. En la mayoría eran sobre el desempeño de su madre o como era ser verdaderamente dueño de una empresa.

Ojalá le hubiera contado sobre su secreto de las páginas que administra o del grupo del WhatsApp para reírme como corresponde. Claro que estaba mintiendo cuando dije en el hospital que no me acordaba de lo que contó, pero es nuestro secreto.

Incluso si ella no lo sabe.

Bajo las sábanas; Nick Bateman, Taylor Hill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora