Capítulo 28

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Finalmente había sido yo la que salió tarde del trabajo, y por ende, no me quedé a pasar la noche en la casa de Nick. Él estaba verdaderamente urgido por que saliéramos temprano, así que tuve que levantarme, nuevamente, antes de que el sol saliera. No habíamos hablado sobre que tan largo sería el viaje o si quiera adonde es que iríamos.

Yo pensaba que tendríamos una cena en un restaurante de la ciudad, pasaríamos un poco de tiempo juntos, y eso sería llamada nuestra primera cita. Pero no, Nick pasó temprano por mí, diciéndome si tenía suficiente ropa empacada, y que si de casualidad no tenía para todas las ocasiones que llevara mudadas varias. Así que regresamos otra vez para llevar un poco más. No la gran cosa, pero si un traje casual más.

Nos detuvimos a desayunar en un restaurante que quedaba en camino al lugar que sea donde nos dirigíamos. Ya habiendo pedido nuestras ordenes solo nos quedaba esperar a que la prepararan.

—¿Tú que opinas sobre las relaciones de una persona mayor y otra menor de edad? —me preguntó Nick viéndome directamente a los ojos.

—¿Por qué?

—Me resulta que es un tema tabú del que cada persona tiene una opinión diferente, y no sé, sería bastante interesante saber cual es la tuya.

—Para el amor no hay edad. Personalmente no me veo con un hombre menor que mí. Nunca me han llamado la atención y posiblemente nunca lo harán. Ahora, si te respondiera la pregunta en general, depende las circunstancias y ese tipo de relación ¿Sabes? No estaría de acuerdo con la relación de una niña de 15 con un hombre de 40.

—Es un poco asqueroso, ¿no?

—Eso también depende. Porque si yo en este momento tuviera 15 años y te hubiese conocido, estaría tan colada por ti como lo estoy ahora. Y no me resulta asquerosos pensarlo.

—A mí si me resultaría asqueroso pensar en ti como lo hago, si tuvieras 15 años.

—¿Me veo indeseable en tu imaginación?

—Resulta asqueroso querer hacer cosas con alguien que no debería estar haciendo nada más que estudiando. Claramente a esa edad nuestras hormonas son grandes y queremos ponerla aquí y allá, tanto hombres como mujeres necesitamos resolver esa situación, pero nunca con alguien mayor, o en el caso de los enfermos, con un menor.

—¿Nunca te ha parecido bonita una menor? —cuestioné curiosa. Cuando era una adolescente loca leyendo fanfics por doquier, mis favoritas eran en las que el protagonista era mucho mayor que la mujer.

—Tú.

—Soy menor, sí. Pero me refería a una menor de edad.

—Jamás. Bueno, la mujeres son bonitas, ¿sabes? Y sin necesidad de ser un hipócrita, hay muchas que no son de mi gusto pero la belleza es relativa, no soy nadie para ir y llamarle fea a una persona solo porque no me gustó. Han habido ocasiones en las que digo; esa niña es bonita, pero porque tiene buenos genes, no porque alguna vez vaya a intentar algo con ella.

—Que lindo te ves ahí todo serio defendiendo tu punto.

—Oh vamos —dijo riendo—. Era un tema serio, amor.

—Es que eres como un pequeño osito todo lindo y tierno, pero luego te pones en modo hombre respetable y eres un pequeño osito respetable —me hice un poco más a su lado para agarrarle las mejillas y hacerle cariñitos. Con una sonrisa en sus labios junto nuestras fuentes y se bajó para darme un beso en los labios.

Una aclaración de garganta se escuchó a nuestro lado y nos separamos con lentitud. Era la mesera que finalmente había traído nuestra comida, Nick que estaba totalmente rojo, porque él no es muy partidario al afecto público (delante de otra persona que no sea Jazmyn).

—Disculpen la tardanza. Habemos muy pocos meseros atendiendo y tengo que andar por todos lados.

—No te preocupes, gracias.

Ella asintió a lo que Nick le dijo y continuó con su trabajo. Para la siguiente ocasión que nos encontramos con ella fue cuando Nick le llamó para darle propina.

—Guapa, ¿tú has escuchado una canción que se llama My girl? —preguntó Nick bajándole un poco a la radio. Íbamos en camino a Flood que estaba a dos horas, y durante todo el viaje en carretera que tuvimos después del desayuno nos mantuvimos escuchando canciones en la radio.

—¿De quién?

—The Temptations.

—No, bueno, no que yo sepa. ¿Por qué?

—El otro día mientras iba junto a Ryan a un juicio, él tenía bastanted probabilidades de perderlo porque lamentablemente estaba defendiendo al culpable. Y para que se le pasara un poco su inquietud sugirió que escucharamos música —todo este tiempo su vista iba fija en el camino mientras hablaba—. Entonces cuando la canción comenzó a sonar yo me puse a escucharla, cada palabra en esa canción para mí llevaba tu nombre. Yo le comenté lo mucho que me hacía pensar en ti, ¿y sabes que me dijo?

—¿Qué te dijo?

—Que me disculpe mi madre porque voy a fallarle esta vez, pero no quiero tener que cambiar las palabras que él uso —se disculpó y entonces habló—. Hijo de puta, ya te hicieron mierda.

—Por supuesto que Ryan dijo algo como eso —comenté riendo.

—Nunca le he cantado a una mujer antes, ni siquiera dedicado una canción. Porque para mí, son detalles que se dan una sola vez en la vida. Hay algo muy dentro de mí que me dice que incluso si no duramos para toda la vida yo nunca me voy a arrepentir de haberte elegido para darte ese detalle.

Sin saber que responder, y con la sorpresa con la que la situación me había agarrado solamente me mantuvo viendo su hermoso físico mientras manejaba. Tocó algunos botones de la radio y el ritmo de un piano comenzó a sonar. Aún sin haber contacto con mis ojos, él comenzó a entonar la canción.

Nick cantaba tan realmente bien. Dios, prestandole atención a la letra de la canción y la forma en la que él la interpretaba con esa voz digna de forma parte de una orquesta para cantar en el cielo los coros me hacía querer agarrar pancartas con su nombre escrito en ella y orgullosamente alzarlas.

Pero entonces llegó una parte de la canción que realmente marcó una parte importante en mi corazón.

—No necesito fama, fortuna o dinero porque tengo todas las riquezas que un hombre puede pedir. Te has de preguntar ¿de qué estoy hablando? Mi chica, mi chica, estoy hablando de mi chica.

Cuando sentí que el carro había dejado de estar en movimiento, abrí mis ojos. De los cuales no estaba siquiera consciente de que había mantenido cerrados.

Estabamos parqueados en la playa, y frente a nosotros habían pétalos de rosa formando un corazón y un gran, "Lamento si es demasiado pronto para ti, pero te amo."

Varias personas tenían sus caras sorprendidas, otras risueñas pero la mayoría de ellas estaba expectante a mi reacción y grabando con sus celulares. Era una playa totalmente publica, donde todos podían apreciar junto a nosotros el momento.

Él realmente no había hecho algo como eso, ¿verdad?

Incrédula y con las lágrimas picando mis ojos por el detalle, volteé a ver a Nick, quien simplemente se encogió de hombros y dijo.

—Si para ti en el amor no hay edad, ¿para amar hay un tiempo establecido?

Bajo las sábanas; Nick Bateman, Taylor Hill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora