Capitulo 26

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Ryan caminó más adelante de nosotros una vez que entramos en la casa. La sala lo único que tenía era música porque no fui capaz de ver ninguna persona rondando por allí. Realmente todos estaban en el patio.

—¿Sigues con esa pena? —tanteó Nick, para él era divertido burlarse de mí.

—¿Y es que se me va a quitar de la nada, bruto?

—Oye, solo estaba preguntando. Vamos a salir al patio, y yo te presentaré a ellos, si no te sientes bien me dices y nos marchamos al cuarto.

—¿Cómo vamos a irnos al cuarto? No vas a dejar a tus amigos solos, más mal les voy a caer.

—Como si les cayeras mal ya.

Rodé mis ojos dando por sentado nuestra pequeña discusión. Y aprovechamos el silencio para por fin salir hasta el patio.

La noche se vivía muy bien una vez que salimos al patio, los amigos de Nick estaban riendo y conversando entre ellos. Cuando notaron nuestra presencia la mayoría de miradas se centraron en nosotros dos.

Como mi mente maquinaba a sus amigos no era para nada cerca de la realidad. De verdad, Nick nos presentó y esta vez por suerte, sin mencionar mi temor a conocerlos. Había siete personas aparte de nosotros dos en el lugar, todos adultos.

—¿Y sus hijos? —le pregunté a Nick en voz baja.

—Los dejaron en la casa, no suelen cargarlos cuando hacen fiestas en la noche.

—¿Cuánto llevan juntos, Nick? —una de las mujeres de los amigos de Justin inquirió, creo que se llamaba Kelsy.

—Un par de meses.

—¿La conociste antes o después de tu aventura con Melanie?

—Kelsy —la regañó Marcus, su esposo. Ella lo ignoró y siguió viendo a Justin, expectante de su respuesta.

—No hay problemas con que resuelva dudas Marc, déjala que pregunte. Y bueno, lo que tuve con Melanie fue ¿hace cinco meses, quizá? No duró más que dos salidas en las que tuve claro que no era mi tipo de mujer. Taylor fue después de ella, y a diferencia de la anterior, descubrí ella que era para mí en el momento.

Solté todo el aire que no sabía que había estado conteniendo. Kelsy me dirigió una mirada tímida antes de disculparse por si había sido una falta de respeto para mí lo que había hecho. Realmente no lo fue, todos tenemos una cola que nos pisen.

—¿No van a beber? —nos preguntó Ryan a Nick y a mí cuando él fue a traer más cervezas para el resto de sus amigos. Yo negué rápidamente con mi cabeza.

—No, hermano. Estamos bien.

—¿¡Y para acá no tiras, Ry!? —gritó John señalándose a sí mismo y a Kenneth que estaban asando la carne para la cena de cumpleaños.

—¡Vengan ustedes mismos por ellas, hijos de puta! —vociferó él en respuesta.

—¡Vas a tener el maldito pedazo de carne como el tamaño de tu pene! ¡Pequeño!

—¿¡No lo viste bien anoche, amor!? Ni siquiera tuviste una boca tan grande como para que cupiera completo.

John le respondió alzando su dedo corazón y Ryan le hizo un guiño. Fue imposible no estallar en risas por su intercambio de palabras tan cariñosas.

—Pensé que ustedes no decían malas palabras —comenté.

—¿Por qué?

—Nunca he escuchado a Nick decir una. Asumí que todos serían como él.

—Te tocó el más santito de todos en lengua, tampoco lo he escuchado decir malas palabras nunca —expresó Ryan encogiéndose de hombros.

—Di una mala palabra Nick —lo retó Valeria, la esposa de Ryan.

—No.

—¿Por qué no?

—No es mi estilo de lenguaje.

—Vaya, una sola. Y déjame sacar mi celular para grabarte y ponerlo como tono de llamada hasta el día de mi maldita muerte —molestó Ryan.

—Bien, pero me tienes que grabar.

—Lo voy a hacer, hermano. Tú solo cumple mi sueño.

—Saca tu celular, pues.

—¿De verdad lo vas a hacer? —una asombrada Grace masculló.

Nick asintió sin ningún problema. Si había algo en lo que me especialicé en el último tiempo; era en leer sus facciones, y algo me decía que iba a decir alguna tontería.

—¡Momento inolvidable, chicos! —le informó Ryan a los dos que estaban asando—. ¡Pero no se lo van a perder, mostraré vídeo!

—¿Ya está la cámara?

—Listo.

—Si vamos a hacer las cosas, las haremos bien. Tienes que empezar la toma desde un poco lejos y luego lentamente ir acercándote hasta que yo suelte las palabras.

Mandadito a lo que Nick dijo, Ryan se levantó de la silla y comenzó a grabar primero desde lejos y luego fue acercando, cuando ha estuvo lo suficientemente cerca le hizo una señal a Nick indicándole que podía hablar.

—Estúpido cara de popo.

Ryan cortó la filmación rápidamente y apagó el celular para luego darle un zape en la cabeza. Las cuatro mujeres a nuestro lado se carcajeaban como si no hubiesen reído en años y bueno, yo también estaba haciéndolo. La cara de Ryan había sido tan épica, ni siquiera se rio con nosotros, solamente estaba viendo a Nick con una mirada bastante enojada.

—Hijo de puta estafador, con los sueños de las personas no se juega.

—¡Ryan, muestra el vídeo! —chilló Kenneth desde la parrilla.

—¡No existe!

—¿¡De qué se reían!?

—¡Después sabrás!

Nuestra noche transcurrió entre risas, plática y buena comida. Omitiendo la pregunta incómoda que Kelsy había hecho por un momento, todo sobre conocer a sus amigos fue agradable.

Una vez más, estaba exagerando las reacciones de las personas sin antes haber convivido con alguna de ellas. Si bien no eran demasiado libertinos como jóvenes en un día de campo, sabían dar sabor a una convivencia.

Y aunque honestamente en mis planes estaba terminar la velada con una buena ronda de sexo junto a Nick, eso no se pudo dar porque la fiesta terminó casi a la madrugada. Como si el día siguiente no fuera día laboral y debíamos terminar de cumplir con la semana.

Ya que los hombres se habían ofrecido a cocinar y a servir los platos de comida, una vez terminó todo, a nosotras nos tocó dejar nuevamente limpio el patio y las cosas en su lugar.

Nick y yo terminamos durmiendo en ropa interior en la comodidad de su cama, y para mí, se anexaba la de sus brazos porque me dormí envuelta en ellos, sintiendo su corazón latir lentamente hasta que perdí el conocimiento y caí rendida por el sueño.

Bajo las sábanas; Nick Bateman, Taylor Hill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora